Redacción •  Internacional •  30/01/2022

Portugal acude a las urnas en unas elecciones anticipadas marcadas por la controversia

  • Se prevé un alto incremento de la abstención en unas elecciones marcadas por el contexto sanitario y el desencanto con un escenario político que hasta hace apenas tres años, suponía un ejemplo para Europa.
  • La extrema derecha de Chega! podría situarse como tercera fuerza política del país.
Portugal acude a las urnas en unas elecciones anticipadas marcadas por la controversia

Más de 10 millones de portugueses están llamados hoy a las urnas en unas elecciones generales anticipadas rodeadas de controversia. Los comicios, resultado de una crisis política que impidió al gobierno socialista de Antonio Costa aprobar su proyecto de presupuestos, ante la negativa de sus socios de izquierda, el Bloco de Esquerda de Catarina Martins y la coalición del Partido Comunista Portugués, CDU, han estado rodeados de la controversia, por la pertinencia de su convocatoria en mitad de una nueva ola de la pandemia de COVID-19, y la incertidumbre.

De hecho, cuando las urnas de votación ya se encuentran abiertas en todo el territorio luso, aún no se cuenta con un pronóstico claro sobre cual será el resultado de estas elecciones. Las encuestas, que han mantenido al gobernante Partido Socialista en primer puesto de intención de voto durante toda la campaña, también han ido mostrando un progresivo declive de los apoyos a medida que avanzaban las semanas. Los últimos datos, apuntaban a tan solo una ligera ventaja de Costa frente al candidato neoliberal del PSD, Rui Rio.

Los buenos resultados económicos y de empleo, la gestión de la crisis sanitaria y la popularidad de Costa no parecen ser suficientes para mantener su apoyo entre el electorado, caracterizado en Portugal por su fuerte variabilidad entre los dos partidos mayoritarios. La fuerte campaña puesta en marcha por Rio, buscando proyectar una imagen de moderación centrista durante toda la campaña, han permitido al PSD recortar significativamente distancias.

Frente a estas dos fuerzas mayoritarias, las mismas consultoras demoscópicas muestran un paulatino declive de los apoyos al Bloco, un estancamiento de la intención de voto a los comunistas y, lo más preocupante, un significativo crecimiento de los pronósticos para Chega!, partido de extrema derecha liderado por un comentarista de fútbol impulsado por un discurso altamente racista.

Difícil gobernabilidad

Sea cual sea el resultado, todos los pronósticos indican que el encaje de gobernabilidad no será aún más complicado que durante las últimas dos legislaturas. La imposibilidad de establecer una mayoría absoluta en 2015 llevó al Partido Socialista a depender de las fuerzas de izquierda en una alianza política, la conocida como gerigonça, que supuso un modelo a seguir para las fuerzas progresistas de Europa. Sin embargo, la última legislatura, fue testigo de un creciente distanciamiento entre los socialistas y sus socios, que rechazaban la introducción de políticas orientadas a beneficiar los grandes negocios capitalistas.

La pérdida de apoyos tanto del Partido Socialista como del Bloco y el Partido Comunista, amenazan con no permitirles reeditar un bloque de gobierno hábil. Incluso en el caso de recabar los apoyos electorales suficientes, el desencuentro y las duras acusaciones mutuas entre Costa, Martins y el secretario general del PCP Jeronimo de Sousa, hacen difícil imaginar una reedición de la alianza.

Por su parte, una derecha también profundamente dividida, atravesada por el éxito de Chega! (ante la cual el PSD sí parece dispuesto a mantener un cordón sanitario, diferenciando al conservadurismo portugués del de sus homólogos en el resto de la península), no parece capaz de articular una alternativa.

Durante la última semana de campaña y ante este posible cuello de botella político, la posibilidad de una alianza entre los dos partidos mayoritarios, una suerte de Große Koalition portuguesa entre el PS y el PSD, ha comenzado a aparecer en los debates y análisis políticos.

En cualquiera de los casos, cualquiera de los escenarios, tendrá que contar con el resultado de una elecciones con una previsiblemente elevada abstención, una Asamblea de la República con difíciles mayorías y el inquietante crecimiento de la ultraderecha. El escenario quedará claro en apenas unas horas.


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