«Lamentablemente, la mayor parte del mundo mira ahora a EEUU con desprecio o lástima»
La pandemia solo ha hecho más evidente la devastación de la salud y los niveles de vida del mundo, opina Peter Kuznick,profesor de Historia de la American University de Washington. En vez de ayudar a sacar al mundo de su pantano actual, el otrora líder global de EEUU está cayendo en picado. ¿Cambiará algo tras las elecciones presidenciales?
Según el analista estadounidense Peter Kuznick, director del Instituto de estudios nucleares, la pandemia del COVID-19 afectó tanto a la derecha como a la izquierda.
«En la derecha, hemos visto un aumento del hipernacionalismo, con un trasfondo a menudo fascista. Muchos derechistas están usando la pandemia como excusa para tomar medidas enérgicas contra los inmigrantes en particular y los extranjeros en general, intensificando las tendencias ya existentes hacia la intolerancia, el racismo y la xenofobia», comentó en declaraciones a Sputnik.
Mientras tanto, en la izquierda, según Kuznick, «la gente está usando la pandemia para iluminar las injusticias de un mundo en el que las ocho personas más ricas tienen más riqueza que los 3.800 millones de personas más pobres».
«La pandemia solo ha hecho más evidente la devastación de la salud y los niveles de vida del mundo como resultado de cuatro décadas de políticas económicas neoliberales sin límites que han dejado a gran parte de la población mundial maltratada, empobrecida y desprovista de los recursos básicos necesarios para la supervivencia», señaló.
Para Kuznick, «el nuevo coronavirus ha servido para recordar lo interconectados e interdependientes que estamos a nivel mundial a medida que crece la conciencia de que algo que ocurre en Wuhan, China, puede afectar rápidamente a la vida de casi todos los habitantes del planeta».
Si viviéramos en un mundo sano, un desastre como la pandemia del coronavirus nos permitiría mejorar las instituciones de cooperación mundial, opinó Kuznick.
«Entonces el mundo futuro no se verá muy diferente del mundo que existía antes de la pandemia. Lo que veremos es menos viajes nacionales e internacionales, ya que las personas realizan más negocios y reuniones de manera remota, y un mayor énfasis en la autosuficiencia de fabricación donde se involucran medicamentos, equipos y otros productos que son esenciales para la seguridad nacional», explica el experto.
Sin duda, la crisis del coronavirus afectó el comercio y la inversión mundiales, pero el desarrollo internacional continúa, según Kuznick, «mientras China se aferra a su política de la Ruta de la Seda como una forma de reavivar la actividad económica mundial y otros buscan seguir su ejemplo a su manera».
El papel de EEUU en el mundo, a su vez, ya había estado disminuyendo antes de la pandemia, observó el analista y consideró probable que esa tendencia continúe.
Kuznick señaló que el pueblo estadounidense se había cansado de la guerra hace años. «Las desastrosas y costosas guerras en Irak y Afganistán, combinadas con el fiasco en Libia, los han hecho escépticos de la sabiduría de continuar actuando como un policía global». El analista pronosticó que «el pivote de Asia continuará», teniendo en cuenta su apoyo bipartidista.
«Pero Estados Unidos, dada su patética respuesta a la pandemia y su absurdo sistema electoral, ya no podrá sostenerse de manera creíble como abanderado moral o político o ejemplo para la comunidad internacional. Lamentablemente, la mayor parte del mundo mira ahora a EEUU con desprecio o lástima», comentó el experto.
Con Donald Trump como presidente, los índices de aprobación internacional de EEUU han caído en picado. «Cuando los delegados de la ONU se ríen abiertamente de las absurdas pretensiones de Trump, queda claro hasta dónde ha caído la estatura de EEUU».
«Pero la gente alrededor del mundo se da cuenta de que mientras EEUU puede carecer de autoridad moral, todavía tiene el poder de terminar la vida en nuestro planeta. Así que no dirán abiertamente que el emperador no tiene ropa, pero cada vez más ignorarán a EEUU cuando busquen soluciones a los problemas del mundo real. Eso es desafortunado porque EEUU, bajo un liderazgo más ilustrado y progresista, podría ofrecer mucho para ayudar a sacar al mundo de su actual pantano», expresó Peter Kuznick.
Las próximas elecciones presidenciales, mientras tanto, no garantizan que EEUU recupere su papel de líder global, según el profesor.
«Si gana Biden, EEUU recuperará un poco de la estatura perdida, pero no necesariamente reanudará su antiguo papel como líder de un ‘mundo libre’. Respetará y reconstruirá sus fracturadas alianzas globales, aunque la debacle de Trump hará que las naciones no confíen demasiado en los compromisos de Estados Unidos».
De acuerdo con el analista, Biden instituirá una política ampliamente progresiva a nivel nacional centrada en aliviar las tensiones raciales, hacer avanzar los programas para el mejoramiento social y económico de los trabajadores, ampliar la atención de la salud y las oportunidades educativas, aplicar una versión diluida del Nuevo Trato Verde (Green New Deal, en inglés) y restaurar una política fiscal más progresiva.
Kuznick consideró positivos estos potenciales pasos de Biden, pero lo que «no le deja dormir tranquilamente» son las políticas exteriores del candidato demócrata, puesto que «sus asesores más cercanos en su mayoría provienen de la Administración Obama/Biden, gente como Susan Rice, Michele Flournoy, y Samantha Power».
«Esta gente quiere ponerle una cara más amable al Imperio estadounidense, pero cree en el excepcionalismo estadounidense y en preservar la hegemonía global de EEUU. No estará deseosa de hacer una transición necesaria de un mundo unipolar a uno multipolar. Y estará dispuesta a utilizar el Ejército de EEUU para hacer cumplir su visión global», advirtió el analista.
Fuente: Sputnik