Rousseff encabezará acto contra Temer tras un año del golpe en Brasil
A 365 días del impeachment contra Rousseff, el Gobierno no electo que funciona en Brasil lleva adelante una agenda de reformas de carácter neoliberal.
La presidenta constitucional de Brasil, Dilma Rousseff, encabezará este jueves un acto en Río de Janeiro (sureste) contra el Gobierno no electo de Michel Temer, a un año del impeachment que la despojó de sus fueros.
«A un año del golpe de Estado»—nombre del evento— Rousseff estará en el debate político en el que elevará nuevamente su voz contra Temer, quien lleva meses de reformas neoliberales y una alta impopularidad.
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El acto fue convocado por parlamentarios del Partido de los Trabajadores (PT), que tras haber pasado 13 años en el Palácio do Planalto, con Luiz Inácio Lula da Silva primero y luego con Rousseff, también fue desalojado del poder junto con la exmandataria.
Temer, hasta entonces vicepresidente, había sustituido a Rousseff en mayo del año pasado, cuando comenzó el juicio político que la suspendió temporalmente de sus funciones, y heredó definitivamente el cargo cuando el Senado se inclinó por sacarla del poder.
«Lo que vimos en aquella votación fue cómo Temer compró la gobernabilidad a golpe de talonario, ofreciendo enmiendas y favores a los diputados para tenerlos de su lado. Por lo tanto es una gobernabilidad muy frágil», aseguró la profesora de Relaciones Internacionales de la Universidad Federal de Sao Paulo (Unifesp), Esther Solano, citada por el diario español Público en su portal web.
Desde entonces, Temer ha dado a un giro a las políticas de acento social desarrolladas por los Gobiernos del PT e implantó un duro ajuste fiscal de corte neoliberal, que la izquierda denuncia como un intento de acabar con derechos conquistados por los trabajadores.
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El desempleo afecta al 13 por ciento de la población, la pobreza ha crecido exponencialmente, solo en este 2017 se espera que entre 2,5 y 3,6 millones de brasileños pasen a ser «nuevos pobres», acota el Banco Mundial en un informe.
Además el presidente no electo de Brasil tiene un respaldo de su gestión del 5 por ciento.