El gobierno sirio denuncia el secuestro de 44 niños para simular un ataque químico
El ministro de Exteriores sirio Walid Mualem denunció que la organización con patrocinio de líderes extranjeros intenta acusar al Gobierno de usar armas químicas.
El Gobierno de Siria informó este jueves que integrantes de la organización Cascos Blancos secuestraron a más de 44 niños con el objetivo de usarlos para un montaje de un suspuesto ataque con armas químicas, en la región de Idlib al noreste del país. El ministro de Exteriores sirio Walid Mualem denunció que la organización con patrocinio de líderes extranjeros ha fraguado este tipo de planes, para acusar al Gobierno de utilizar armas químicas en contra de los terroristas y la población.
«La organización secuestró 44 niños en Idlib para organizar un incidente con armas químicas (…) Detrás de la creación de la pseudoorganización Cascos Blancos, están los servicios especiales británicos. Ellos son los patrocinadores y los líderes», dijo Mualem durante una reunión pública con el canciller de Rusia, Serguéi Lavrov en Moscú.
Mualem advirtió que Estados Unidos, Francia, Inglaterra y sus tropas se encuentran en la región con la intención de apoyar a las células terroristas del Frente Al Nusra. «Estuvieron detrás de la organización de los escenarios inventados para el uso de armas químicas y ahora están preparando otro en Idlib», destacó. Además aclaró que su país no ha realizado ningún tipo de ataques químicos, ya que no posee ese tipo de armamentos bajo su poder.
Asimismo, reiteró que el Gobierno de Damasco, en colaboración con las tropas rusas, continúan su lucha contra grupos terroristas del autodenominado Estado Islámico (Daesh, por sus siglas en árabe) y Al Nusra. «Siria está dando el último paso en la lucha contra el terrorismo, para que esta lucha llegue a su fin», subrayó.
La denuncia del diplomático se suma a las declaraciones del Gobierno de Rusia, quien horas antes acusó a la coalición tripartidista (EE..UU. Reino Unido y Francia) de doblar la presencia de sus militares en el territorio sirio, para intentar atacar el país en menos de 24 horas.
Por su parte, el eviado de la Organización de las Naciones Unidas en Siria (ONU), Staffan Mistura confirmó que los grupos terroristas en el país alcanzan los 10.000 integrantes más sus familias, lo que constituyen un riesgo para la paz de la nación.
Denuncias similares en 2017
Las denuncias sobre la utilización de niños para operaciones de falsa bandera y la grabación de estremecedoras imágenes por parte de los Cascos Blancos ya fue denunciada en abril del pasado año. Concretamente un grupo de profesionales sanitarios suecos denunció que los montajes ponían en riesgo la vida y la seguridad de civiles tras analizar una serie de vídeos sobre supuestas operaciones de rescate de los Cascos Blancos tras un presunto ataque de las fuerzas del gobierno sirio. Los médicos suecos revelaron que los procedimientos de rescate vistos en la película eran incorrectos – de hecho, amenazan la vida de aquellos supuestos rescatados – o simplemente falsos.
La Doctora Lena Oske, señalaba como ejemplo una supuesta inyección de adrenalina, realizada en el vídeo de los Cascos Blancos afirmando que, según su critero de especialista el procedimiento realizado en el vídeo era absolutamente contraproducente e incorrecto. “Si no estuviera ya muerto, esta inyección habría matado al niño”, dijo, agregando: “Una inyección intracutánea icon adrenalina puede ser utilizada si cualquier otra medida de reanimación no tiene éxito, en especial en circunstancias precarias, como en situaciones de emergencia en el campo, donde formas más seguras de administración de medicamentos pueden ser difíciles o no estar disponibles. Pero no de la manera que se muestra en el vídeo.”
“Se supone que el vídeo muestra medidas de salvamento después de un ataque químico con gas de clorina (que ahora se dice que es sarin, lo cual es imposible en las condiciones que aparecen en el vídeo), incluyendo la inyección de adrenalina a través de una jeringa con una aguja larga en el corazón de un niño», afirmaba Oske. «De ninguna manera, estos son tratamientos correctos para cualquier agente químico potencial», añadía.
Las rebelaciones del grupo de médicos suecos, llegaban a sugerir una realidad aún más macabra tras los video. El diagnóstico visible por el equipo de expertos médicos suecos, basado en lo observado en el vídeo, indicaba que “el niño sufría un suministro de opiáceos y probablemente estaba muriendo de una sobredosis. No hay evidencia de ningún agente químico».