Redacción •  Memoria Histórica •  02/04/2025

Una Extremadura digna (UED) crítica que el ayuntamiento de Cáceres no retire la «cruz de los caídos» en la reforma de Cánovas

Óscar Pérez, portavoz de Una Extremadura digna (UED): Que el alcalde de Cáceres diga que la retirada de la cruz de los caídos «es un debate que no está en nuestra ciudadanía» es falso y es una forma de silenciar a la ciudadanía cacereña que llevamos años exigiendo la retirada del monumento franquista de la cruz de los caídos.

Una Extremadura digna (UED) crítica que el ayuntamiento de Cáceres no retire la «cruz de los caídos» en la reforma de Cánovas

UED, recordamos al ayuntamiento de Cáceres gobernado por el PP de Rafael Mateos el incumplimiento de la Ley de Memoria Histórica en España, busca reconocer y reparar a las víctimas del franquismo, ha sido un tema de debate en varias localidades, incluida Cáceres. La ley establece que se deben retirar símbolos y monumentos que ensalzan el régimen franquista como es el caso de la cruz de los caídos construido como conmemoración la victoria del bando nacional y de exaltación de la dictadura franquista, aunque le hayan querido cambiar su significado cuando llegó la democracia.

En el caso de la Cruz de los Caídos en Cáceres, su permanencia ha generado controversia y protestas por parte de la ciudadanía que consideramos que su existencia perpetúa una memoria histórica que debería ser superada. A pesar de las demandas para su retirada, algunos gobiernos del ayuntamiento cacereño como el actual del PP de Rafael Mateos han mostrado resistencia o han argumentado dificultades legales, administrativas para llevar a cabo estas acciones o la negación que la ciudadanía cacereña no tiene debate sobre la misma.

El incumplimiento de la ley puede tener diversas implicaciones, tanto a nivel social como político. Por un lado, generará descontento entre aquellos que buscamos justicia y reconocimiento para las víctimas del franquismo. Por otro lado, también puede abrir debates sobre la interpretación de la historia con el negacionismo histórico de los herederos de la dictadura franquista y cómo se debe abordar el legado su pasado en el espacio público para que perpetúe su simbología.

UED pedimos al gobierno municipal de Cáceres que la reforma con 6,5 millones de euros de Cánovas se amplíe a la plaza de América con la retirada de la Cruz de los caídos y la convocatoria de un concurso público para la construcción de un nuevo monumento acorde con los valores democráticos, así dando cumplimiento a la ley de memoria histórica.

Historia de la cruz (fuente)

Estando Cáceres bajo el yugo del fascismo tras triunfar el golpe de Estado, los cargos políticos fueron repartidos entre los adeptos al nuevo régimen. La alcaldía de la ciudad recayó sobre el falangista Narciso Maderal Vaquero, el cual decidió quitar un monolito anterior para levantar una cruz de piedra en memoria del ‘movimiento nacional salvador de España’. Las directrices del gobierno municipal franquista estaban encaminadas a magnificar el Nuevo Estado a partir de celebraciones públicas y los monumentos arquitectónicos de inspiración totalitaria.

Según los fascistas, la Cruz de los Caídos sintetizaba los valores del régimen: la cruzada victoriosa de la religión y el franquismo contra la desviación comunista. “Vamos a inaugurar -comentó el alcalde de aquel momento- esta cruz que, siendo símbolo de la redención del género humano, lo es a la vez de la redención de España”. La obra se terminó en mayo de 1938. El proyecto fue del arquitecto municipal Ángel Pérez, el mismo que hizo el monumento al trabajo, la torre de la Plaza de Antonio Canales.

Días antes de la inauguración llegó Pilar Primo de Rivera, jefa nacional de la Sección Femenina, que fue nombrada por el ayuntamiento ‘Huésped de Honor de Cáceres’. Llegó el 8 de mayo y permaneció en la ciudad cuatro días. «Ante ella desfilaron 15.000 camaradas y 300 banderas. A su paso se soltaron más de mil palomas», según recogió la prensa reaccionaria de la época. Un acto de propaganda del régimen que intentaba ocultar el hambre y la represión que se vivía en toda Extremadura.

El acto inaugural se celebró el 10 de mayo a las ocho y media de la tarde, contó con la presencia de toda la jerarquía franquista de la región, entre ellos el sanguinario Capitán Luna, líder de la Falange de Extremadura desde su fundación, que actuó como militar al servicio de burgueses, ricachones y terratenientes durante la II República y tuvo un destacado papel en la represión tras la guerra.

Según la crónica del periódico Extremadura, la inauguración consistió en la presencia de Pilar Primo de Rivera, la bendición de la cruz por el obispo y el rezo de un responso, de rodillas y en voz alta, por todas las personas que allí se encontraban, muchas obligadas por el miedo a un régimen sanguinario que había desatado una ola represiva que no tenía límites.

La cruz está construida con sillares de mármol, con una altura de 12,50 metros y una sección de 0,80 metros. Los brazos miden tres metros y cuatro y medio el zócalo. Tenía las siguientes inscripciones que fueron retiradas con la llegada de la democracia. Por un lado se podía leer 18 de julio de 1936. ¡Arriba España! Saludo a Franco. En otro frontal estaba la inscripción A los hijos de esta ciudad que dieron su vida por España una, grande y libre. Tenía también escudos del régimen franquista con las águilas superpuestas.

Hay que aplicar los principios de verdad, justicia y reparación y por lo tanto retirar la Cruz de los Caídos de Cáceres para resarcir a las víctimas de la represión franquista y que el resto de generaciones no tengan que seguir viendo un vestigio del fascismo construido sobre los cacereños y las cacereñas que fueron leales a la República.


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