El heroísmo del pueblo de Madrid (18-20 de julio de 1936)
El 18 de julio, en las calles de Madrid, una multitud cada vez más numerosa, que reclama armas, prorrumpe en gritos de ¡traición! al conocerse la noticia de que Martínez Barrio, va a formar un Gobierno que negocie con los sublevados. Grupos de obreros con las raras armas que poseen, se sitúan en lugares estratégicos, lo cual parece inquietar a los medios oficiales.
Amanece. La indignación crece en los medios populares de la ciudad, donde casi nadie ha pegado un ojo en toda la noche. Martínez Barrio, cuyos intentos de mediación han fracasado, comprende que no puede presidir un Gobierno carente de apoyo decidido de un pueblo con el que hay que contar para emprender la lucha. Todavía Prieto, intenta convencerle de que siga. No; él ha comprendido. Parece que Azaña también. Se va a llamar a alguien de Izquierda Republicana. Se piensa en Ruiz Funes, pero este no acepta. Por fin, Giral acepta formar Gobierno, constituido solamente por republicanos, pero apoyado por los partidos obreros y decidido a entregar las armas al pueblo. El Gobierno de la mañana del 19 de julio, fue este: Presidencia y Marina, José Giral; Estado, Augusto Barcia; Gobernación, General Pozas; Guerra, General Castelló; Justicia, Manuel Blasco Garzón; Hacienda, Enrique Ramos; Trabajo, Sanidad y Abastecimientos, Juan Lluhí Vallescá; Industria y Comercio, Plácido Álvarez Buylla; Agricultura, Mariano Ruiz Funes; Educación Francisco Barnés; Comunicaciones y Marina Mercante, Bernardo Giner de los Ríos.
Las primeras armas se distribuyen a las organizaciones del Frente Popular y sindicatos, el 19 por la mañana; pero hay 45.000 fusiles de reserva inutilizados, porque sus cerrojos están en el Cuartel de la Montaña, donde las tropas observan una actitud hostil. Se han perdido cuarenta horas decisivas.
El día 20 va a ser todavía trascendental. Desde la caída de la tarde del domingo se ha iniciado en Madrid el asedio al Cuartel de la Montaña, en respuesta a las primeras descargas hechas desde el mismo. Los obreros armados se encuentran reforzados por oficiales republicanos y guardía de Asalto. El lunes por la mañana se organiza el sitio en regla. En vano pide Fanjul ayuda a García de la Herrán, que muere al ser dominada su sublevación en Carabanchel. Frente al cuartel sublevado se emplazan tres cañones y se hace fuego, además con todo tipo de armas. Una vez vencidos los sediciosos de Getafe y Cuatro Vientos, la aviación cuya mayoría siguen fieles a la República, empieza el bombardeo del Cuartel de la Montaña. Por dos veces los sitiados izan bandera blanca, pero cuando se aproximan los milicianos son recibidos con fuego de ametralladora. Arrecia el pueblo en su empuje y la resistencia es ya imposible. Una muchedumbre armada toma por asalto el Cuartel y da muerte a todo el que encuentra a su paso. Los oficiales republicanos y los guardia de Asalto logran salvar a Fanjul y a varios oficiales del linchamiento. El General será fusilado en agosto después de haber sido juzgado por un consejo de guerra.
Por la tarde, el Regimiento de Infantería nº 1, hasta ese momento indeciso en su cuartel, reitera su fidelidad a la República. Inmediatamente sale esa fuerza para la Sierra, mandada por oficiales republicanos.
La misma tarde, las milicias dominan por completo la capital de España y se lanzan hacia Alcalá, Guadalajara y Toledo.
DIARIO «AHORA» – MADRID DEL 22 DE JULIO
«A media tarde regresaron de Alcalá varios camiones de milicianos que, en el día de ayer, habían batido a los facciosos de esa ciudad. Uno de ellos era portador del Estandarte del Regimiento de Caballería sublevado. El Capitán de Aviación Antonio Rexach, hizo entrega del trofeo al Subsecretario de Gobernación Ossorio Tafall, quien desde el balcón central del Ministerio tuvo que dirigir la palabra al entusiasta público y milicias allí concentrados».
Fuentes: Diario «Ahora» – Madrid (21-22 de julio de 1936)
Manuel Tuñón de Lara (La España del Siglo XX).