Christian Zampini •  Memoria Histórica •  07/01/2023

44 aniversario de la liberación de Phnom Penh y la caída del régimen de Pol Pot

  • El 7 de enero, una coalición de fuerzas guerrilleras, desertores del Jemer Rojo y tropas vietnamitas, entraron en la capital de Kampuchea acabando con los 4 años de régimen de terror.
44 aniversario de la liberación de Phnom Penh y la caída del régimen de Pol Pot

El 7 de enero de 1979, el Frente Unido para la Salvación Nacional de Kampuchea (FUSNK) apoyado por un importante contingente de tropas de Vietnam, irrumpían en Phnom Penh, acabando con el experimento político de la Kampuchea Democrática. El conflicto, uno de los más complejos y enrevesados de la Guerra Fría, tenía sus raíces en el proceso de descolonización, la ruptura chino-soviética y la Guerra de Vietnam.

Una complejidad que causó una de las situaciones diplomáticas más inverosímiles de la época: Las fuerzas de Pol Pot y los Jemeres Rojos, enemigos irreconciliables de Washington hasta la fecha, recibían el reconocimiento y el apoyo de Estados Unidos. Mientras tanto, la Unión Soviética y el bloque socialista, condenaba las atrocidades del proceso revolucionario camboyano, y un país socialista como Vietnam, jugaba un papel fundamental en el desmantelamiento de su régimen.

Pol Pot y el Jemer Rojo

El Jemer Rojo, una guerrilla de inspiración marxista-leninista-pensamiento Mao Tse-Tung, había alcanzado el poder en una extraña alianza con las fuerzas monárquicas de Norodom Sihanuk en abril de 1975, tras ganar la guerra al régimen títere de Lon Nol, sostenido por la presencia militar estadounidense. La victoria del Jemer Rojo se adelantaba de hecho a la liberación de Saigon con por el Vietcong y la derrota de los estadounidenses en la interminable Guerra de Vietnam.

A pesar de que durante el conflicto, el Jemer Rojo había sido un aliado firme de Vietnam del Norte y de que el Partido Comunista de Camboya procedía, al igual que el movimiento revolucionario vietnamita, del Partido Comunista de Indochina, la deriva ideológica de su líder, Pol Pot, marcada por una interpretación ultranacionalista de la Revolución Cultural China, condujeron a una ruptura prácticamente inmediata con Hanoi, y el establecimiento de un experimento de revolución integral en Camboya que causó centenares de miles de muertes.

El experimento camboyano, a diferencia de un error de interpretación ampliamente extendido que lo vincula con un ideal agrario y primitivista, se basaba en una suerte de desarrollismo autárquico extremo. El Angkar, el gobierno de Partido Comunista de Camboya y los monárquicos de Sihanouk, aspiraba a consolidar un avanzado desarrollo industrial del país, en una sociedad sin clases, sin influencias extranjeras y basada en el comercio internacional. Para desarrollar una agricultura, basada en el monocultivo de arroz, competitiva a nivel mundial sin medios técnicos, se puso en marcha un faraónico proyecto de construcción de canales. La población, no cualificada y sin medios, fue sometida a jornadas extenuantes de trabajo que, unidas a la pobre alimentación, causaron cientos de miles de muertos.

A esto se sumó un estado de permanente psicosis frente a la infiltración de supuestos enemigos extranjeros, que llevó a la purga y la ejecución de decenas de miles de personas, incluidos menores de edad, acusados de ser agentes de potencias extranjeras destinados a desestabilizar el país.

En su delirio ultranacionalista, el Angkar inició operaciones militares contra las fronteras de Laos y Vietnam, sus antiguos aliados, para reconquistar los territorios del antiguo Imperio Jemer. Estas tensiones condujeron al inevitable conflicto militar con Vietnam.

La intervención vietnamita

A partir de 1977, las hostilidades en la frontera vietnamita aumentaron exponencialmente, al tiempo que cientos de miles de personas que huían del país, se refugiaban al otro lado de la frontera. Fue en los campos de refugiados en Vietnam donde comenzó a fraguarse el FUSNK. Unidades guerrilleras compuestas en su inmensa mayoría por desertores del propio Jemer Rojo, aterrorizados por la desviación del proceso revolucionario y las purgas. A finales de 1978, la situación se tornó absolutamente insostenible, tras la masacre de las aldea vietnamita de Ba Chúc, en la que fuerzas de la Kampuchea Democrática asesinaron deliberadamente a 3157 civiles vietnamitas y refugiados camboyanos.

El 21 de diciembre de 1978, las fuerzas del FUSNK irrumpieron en Camboya, en una ofensiva relámpago. El 25 de diciembre, el ejército de Vietnam entraba en apoyo de las fuerzas revolucionarias, causando el desplome inmediato del Angkar. En apenas dos semanas, el experimento de Pol Pot llegaba a su fin, y las fuerzas opositoras apoyadas por Vietnam entraban en la capital.

Las consecuencias

A pesar de la rápida victoria y de la huida de Pol Pot, la operación militar no suprimió la presencia de fuerzas leales al Jemer Rojo, que mantuvieron, siempre en alianza con los monárquicos y otras fuerzas anticomunistas, una guerra de baja intensidad de en el país que se extendió hasta 1991.

El absurdo diplomático conduciría a que, durante los años ’80, los Estados Unidos de Ronald Reagan reconociesen como gobierno legítimo de Camboya a los remanente de la Kampuchea Democrática, financiando con decenas de millones de dólares a su guerrilla.

Además, la República Popular China, aliado internacional de Camboya y enfrentada a la prosoviética Hanoi, inició una invasión contra Vietnam (con el mismo resultado que todas las potencias que intentaron una aventura militar contra el resistente país sudasiático durante el siglo XX).

Derivas extrañas de las relaciones internacionales aparte, la intervención vietnamita permitió concluir uno de los momentos más oscuros de los movimientos revolucionarios internacionales y de los procesos de descolonización.


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