45 años de la legalización del PCE
- El 9 de abril de 1977, el gobierno de Adolfo Suárez anunciaba la legalización del Partido Comunista de España, en un ambiente de extrema tensión, normalizando la actividad de la oposición política a la dictadura.
El PCE celebra hoy el 45 aniversario de su legalización. El 9 de abril de 1977, Radio Nacional de España anunciaba la legalización de la organización que más activamente había presentado batalla, desde la clandestinidad, al régimen dictatorial de Francisco Franco.
Durante décadas, el PCE había sido la auténtica bestia negra de la dictadura. Su capacidad de organización en la clandestinidad y su rechazo sin contemplaciones a la dictadura, la habían constituido como una organización de masas, la única capaz de presentar cara al franquismo. Tras la muerte del dictador, la dirección del PCE en el exilio, con Santiago Carrillo al frente, había abogado por la denominada ruptura democrática con el régimen, a través de la Junta Democrática de España en un primer momento, y de la Coordinación Democrática por otro.
Por su parte, el gobierno de Adolfo Suárez trataba de hacer frente a las crecientes amenazas de un golpe militar involucionista, que frenase la transformación de las instituciones franquistas en una estructura constitucional parlamentaria. La Ley para la Reforma Política había sido aprobada en diciembre de 1976 dando paso a la legalización de los partidos políticos. Sin embargo, el caso del PCE continuaba siendo un escollo por sus implicaciones para el sector más férreo del régimen.
Tras unas controvertidas negociaciones entre el gobierno de Suárez y la dirección comunista, se acordó el anuncio de su legalización coincidiendo con el sábado de Semana Santa, una estratagema para impedir que los estamentos militares respondiesen con una asonada, un riesgo real en aquel momento. Así, los medios de comunicación dieron la noticia mientra millones de personas se habían desplazado por la vacaciones y los cuarteles militares se encontraban con mínimo despliegue operativo.
Tras su legalización, el PCE tendría que enfrentarse a las elecciones de junio de 1977 con escaso margen para prepararse y con una maquinaria orientada hacia la actividad política a pie de calle y en los centros de trabajo, pero con menor capacidad operativa para las contiendas electorales que un PSOE financiado y sostenido por la socialdemocracia europea. Sus 1,7 millones de votos y 20 diputados para las Cortes Constituyentes no fueron un mal resultado.
Después, llegaría el IX Congreso de 1978, la renuncia al marxismo leninismo y la sucesión de disputas internas que iría reduciendo progresivamente el nivel de afiliación del Partido. Pero esa, es otra historia.