El metro de Barcelona y Madrid, al comienzo de la guerra de España (Crónica de febrero de 1937)
En ambos metros, las compañías privadas que los explotaban fueron sustituidas por comités de empresa de los sindicatos que mantuvieron la gestión y la explotación. La situación política que se vive en la zona controlada por el Gobierno de la Republica con incautaciones de los servicios públicos, ha puesto en manos de los comités sindicales a muchas empresas, incluidos los transportes.
En el otoño de 1936, un comité de control obrero (formado por UGT y CNT) se hizo cargo de la gestión del servicio del metro, que hasta entonces había estado en manos de la Compañía del Ferrocarril Metropolitano de Alfonso XIII de Madrid. Hasta el momento, el director de la compañía, Miguel Otamendi, permanece en la ciudad a pesar de haber sido apartado de su cargo.
Las primeras medidas adoptadas por el comité fueron el despido de los altos cargos y la readmisión de los trabajadores depurados a raíz de la huelga general de 1934. El comité aprobó, asimismo, un aumento de sueldo de los empleados, así como una mejora de las condiciones laborales y de jubilación. Al mismo tiempo, las mujeres comenzaron a desempeñar tareas de jefe de estación de segunda, jefes de tren, guardafrenos, telefonistas y ascensoristas.
En Barcelona, el 19 de Julio de 1936, el Sindicato Único del Ramo de Transporte (SURT) tomó la decisión de colectivizar todas las empresas de transportes. Los comités de empresa de la CNT tomaron el control del gran metro, del ferrocarril transversal y del ferrocarril de Sarria, normalizándose el servicio a finales de julio. Al poco tiempo, los comités obreros de control se convirtieron en consejos de empresa.
Ambas ciudades padecen bombardeos, por lo que las estaciones de metro se han convertido en refugios para la población civil.
A partir del 6 de agosto, la dirección del metro de Madrid decidió la apertura de las estaciones durante la noche para que sirvieran de protección a la población en caso de que se sucedieran estos. Además, andenes, vestíbulos y pasillos se han transformado en el lugar de acogida de las personas que huyen a la capital ante el avance de las tropas sublevadas.
En Barcelona con el comienzo de los bombardeos a partir del 17 de febrero, las estaciones subterráneas del metro también se transformaron en refugio.
El metro de Madrid inaugurado el17 de octubre de 1919, tiene una longitud total de 20,60 kilómetros y 34 estaciones, todas subterráneas. La red está formada por 4 lineas: Línea 1: Tetuan-Puente de Vallecas; Línea 2: Cuatro Caminos-Ventas/Diego de León; Línea 3: Sol-Embajadores; Ramal Fermín Galán-Norte (clausurado por su proximidad al frente).
El metro de Barcelona está constituido por dos líneas independientes sin conexión física entre ellas, sumando un total de 11,80 kilómetros y 24 estaciones: Gran Metropolitano: Lesseps-Liceo/Correo y Ferrocarril
Transversal: Santa Eulalia-Marina. Además, un ferrocarril de cercanías presta servicio de metro entre Plaza de Cataluña y Sarria.