Federico Rubio Herrero •  Memoria Histórica •  12/11/2024

La épica de la CNT en Barcelona (19 de julio de 1936)

El General Emilio Mola, «el Director» de la trama golpista había previsto varios puntos negros en la sublevación militar, uno de ellos era Barcelona, dado que la ciudad constituía un importante centro del movimiento obrero.

La épica de la CNT en Barcelona (19 de julio de 1936)

Aún así, los oficiales afectos al golpe militar habían logrado reunir una importante fuerza (3.000 efectivos), obteniendo la adhesión de gran número de oficiales, así como de voluntarios derechistas, tradicionalistas y falangistas. Su plan era que las unidades que había situadas en los diferentes cuarteles de la periferia de la ciudad debían converger sobre la Plaza de Cataluña, Ayuntamiento, Comisarías de Orden Público, Centros de Telecomunicaciones y Estaciones de Radio. Los militares sublevados contaban con el prestigio del General Goded y su habilidad para lograr alinear a las tropas barcelonesas y asegurar la posesión de esta importante ciudad.

A las cuatro de la madrugada del día 19, han salido de sus cuarteles las tropas de la guarnición y avanzan hacia la Plaza de Cataluña. Cuando sale el sol diríase que el ejército sublevado va a adueñarse rápidamente de la ciudad. No es así. La Guardia Civil, con su Jefe el General Aranguren, permanece fiel a la República, y lo mismo los Guardias de Asalto, fuerza esencialmente republicana. Mientras, los obreros se han movilizado por decenas de millares. Durruti, Ascaso, García Oliver y otros dirigentes de la CNT dirigen una resistencia heróica. Las restantes organizaciones obreras, socialistas y comunistas, participan en la lucha.

Las tropas procedentes del Cuartel de Pedralbes han chocado a las cinco de la mañana con las Fuerzas de Asalto, ayudadas por obreros en el cruce entre Paseo de Gracia y Diagonal. Una parte de la tropa se dispersa en franca derrota por las azoteas o se entrega, y el resto, principalmente los mandos van a refugiarse al próximo convento de Las Carmelitas de la calle de Claris donde, después de unas horas de resistencia son hechos prisioneros. Mientras tanto, el 7º Regimiento de Artillería Ligera ha avanzado por el Paseo de San Juan y entra por la Diputación hacia la Plaza de Cataluña. Por la Avenida de Icaria, por la zona del puerto, los militares son impotentes frente a una muchedumbre que se lanza a cuerpo descubierto ante el fuego de las ametralladoras y es capaz de tomar los cañones por asalto. Hay soldados que tiran las armas o se pasan a los grupos obreros; lo  mismo hace una Batería de Artillería.

El Capitán López Varela, se dispone a tomar la Consejería de Gobernación. Pero los Guardias de Asalto y los trabajadores improvisando barricadas con bobinas de papel de períodico, salvan la situación. López Varela, es herido y hecho prisionero.

Con todo, los militares han llegado a la Plaza de Cataluña y ocupado el Hotel Colón y la Telefónica. Pero sus fuerzas están partidas en dos y su dispositivo roto.

Mientras tanto, los obreros de la Barceloneta cierran el paso a nuevos regimientos que debían enlazar con los sublevados. El Cuartel de Atarazanas se haya sitiado por el pueblo. Las baterías tomadas al ejército son emplazadas contra Capitanía General, donde Goded está instalado. Cuando comienzan a disparar, iza bandera blanca y telefonea a la Consejería de Gobernación diciendo que se rinde al General Aranguren. Preso, es salvado de las iras de la multitud y conducido al Palacio de la Generalidad donde se encuentra el Presidente Companys.

Encarcelado en el buque «Uruguay», Goded será juzgado por un Consejo de Guerra y fusilado en el mes de agosto.

El Capitán Ramón Mola (hermano del General Mola) se suicida de un disparo en la cabeza, cuando detenido, era conducido a las dependencias militares recién tomadas.

Fuentes: Julio Aróstegui (¿Por qué el 18 de julio …y después?)

                Manuel Tuñon de Lara (La España del Siglo XX). 


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