Esther López: «Estamos ante un política de hechos consumados, y es que ni el PSOE ni el PP van a cambiar las reglas y el statu quo de un régimen del 78 que se ha cimentado sobre miles de fosas comunes»
«En este país hemos vivido en una anomalía democrática tan grande, que era una urgencia que lo primero que se hiciera después de casi 40 años de democracia fuera ocuparse de los restos óseos que yacían bajo la tierra yerma».

Pablo Iglesias conversa con Esther López Barceló, historiadora y autora de El arte de invocar la memoria o Quan ja no quede ningú, sobre la memoria histórica como herramienta de resistencia. A través de objetos encontrados en intervenciones arqueológicas en fosas de víctimas del golpismo fascista primero, y de la dictadura franquista después, como unos zapatos de tacón o un sonajero, López Barceló reflexiona sobre la impunidad del franquismo, la lucha por la justicia en España o el mantenimiento de un estatu quo bochornoso para una democracia en la transición española. Se aborda la diferencia entre la memoria y el relato oficial, el papel de la arqueología en la recuperación de la verdad y la falta de una política de justicia para víctimas en una cosmovisión muy diferente entre hombres y mujeres caídas, entre otros aspectos.
En la entrevista que me hizo @PabloIglesias solo me faltó reafirmarme en mi deseo de que el Estado dinamite la Cruz de Cuelgamuros por ofender los sentimientos democráticos. Pero hablamos de 'El arte de invocar la memoria'y los cuadernos de Manolita ❤️ https://t.co/mS95EhgQRC
— Esther López Barceló ✍️ (@Elba_Celo) March 12, 2025
En El arte de invocar la memoria. Anatomía de una herida abierta, la escritora e historiadora da cuenta de la fuerza del recuerdo colectivo a través de sus múltiples representaciones y materialidades: objetos personales encontrados en fosas, como los zapatos representados en la cubierta de este libro; grafitis fugaces, a modo de epitafios de urgencia, que dan cuenta del paso de condenados por un campo de concentración; unas escaleras transformadas en pruebas periciales…
Este vibrante ensayo, escrito en un delicado tono poético, trenza un recorrido por distintas formas de invocar la memoria de una herida abierta, la de las víctimas del franquismo —y de otras dictaduras—, a través de vestigios arqueológicos y de artefactos culturales que nos interpelan y, a la vez, nos conectan a un pasado que, gracias a ellos, no es ni será nunca un tiempo perdido.

Con una escritura que nos emociona y nos sacude a partes iguales, en Quan ja no quede ningú (Cuando ya no quede nadie), Esther López Barceló nos deslumbra con una primera novela que ha cautivado a crítica y público. Una historia sobre el amor, la dignidad y la fortaleza de las mujeres de la posguerra que se erigieron en guardianas de la memoria frente al silencio oficializado. Un relato que sentimos cercano y que nos hiere el corazón porque en realidad abarca miles de otros relatos: los de la gente humilde y trabajadora que sufrió la derrota, pero también un miedo que se perpetuó durante generaciones. ¿Pero cuántas décadas de silencio puede resistir una familia? ¿Cuánto queda aún por desenterrar de las fosas del olvido?
