Redacción •  Memoria Histórica •  16/02/2025

USTEA reivindica en la ruta de la Desbandá su compromiso con la memoria democrática en las aulas

  • El sindicato ha animado a los docentes a transmitir un compromiso con la memoria democrática en las aulas para «defender la democracia y la dignidad para el pasado, el presente y el futuro».
USTEA reivindica en la ruta de la Desbandá su compromiso con la memoria democrática en las aulas

El sindicato USTEA ha reivindicado su compromiso con la memoria democrática tras el establecimiento de la carretera N-340 como Lugar de Memoria Histórica. La organización sindical realizó el pasado 9 de febrero una ruta histórica de La Desbandá, como parte de los homenajes actor de memoria de la masacre perpetrada por los navíos sublevados contra la población civil.

USTEA, ha animado a los y las docentes a construir una sociedad andaluza democrática y comprometida con su historia. Porque enseñar memoria es nuestra obligación, es  defender la democracia y la dignidad para el pasado, el presente y el futuro.

Igualmente, ha pedido a la Consejería de Educación, que esta efeméride sea celebrada en todos los centros andaluces a partir de unas instrucciones anuales que tengan como fin la búsqueda de justicia, de reparación y de dignidad a las personas asesinadas en uno de los episodios más execrables de nuestra historia, que no puede ni debe caer en el olvido.

La carretera N-340, entre Málaga y Almería, fue escenario de uno de los momentos más terribles de la Guerra de España. En febrero de 1937, cientos de miles de malagueños y malagueñas huyeron hacia Almería ante la llegada de las tropas franquistas y la apodada por ellos mismos, “guardia mora”. El pánico ante la represión, la violencia y los asesinatos perpetrados por el ejército franquista en los territorios que iba ocupando, empujó a unas 150.000 personas al exilio, un camino marcado por el terror y la brutalidad de los bombardeos ejecutados por la aviación y la marina nazis, la artillería fascista italiana y las fuerzas franquistas por tierra, mar y aire.

En medio de la barbarie, muchas personas anónimas se convirtieron en enfermeras, gestoras y guardianas de la memoria, enfrentando el horror y rescatando vidas. Figuras como Tina Modotti, desde el Socorro Rojo Internacional, Matilde Landa o la solidaridad del médico canadiense Norman Bethune son testimonios del coraje y la resistencia de quienes desafiaron el silencio impuesto por el franquismo y perpetuado durante décadas de democracia.

«Recordar esta historia no es solo un ejercicio de memoria, sino un compromiso con la justicia, la verdad y la reparación. La memoria democrática en las aulas es clave para que estas historias, junto a la dignidad de quienes lucharon contra el fascismo, no caigan en el olvido», han apuntado desde USTEA.


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