16 de Julio de 1927: la Batalla de Ocotal
- El 16 de julio de 1927, Augusto César Sandino iniciaba la acción militar contra el cuartel de las fuerzas estadounidenses en Ocotal que dirigiría a la batalla con el mismo nombre. Una acción que dio paso a la guerra de guerrillas que se extendió hasta 1933.
Hace 96 años, el 16 de julio de 1927, el General Augusto César Sandino, quien había rechazado la oferta económica y política del enviado del Presidente de Estados Unidos de Norteamérica, Henry L. Stimson, conocida como el “Pacto del Espino Negro” (4 de mayo de 1927); decidió atacar la ciudad de Ocotal, ciudad fronteriza con Honduras, específicamente al cuartel de los Marines Norteamericanos y de la recién creada Guardia Nacional (GN), acantonados en este cuartel, como una respuesta contundente a las provocaciones insolentes e imperialistas del jefe de dicha guarnición militar, el Capitán USMC Gilbert D. Hatfield.
Esa fue la primera acción militar que respaldaba su decisión política de no aceptar la imposición del Imperialismo Norteamericano, es decir, pasaba de la teoría nacionalista y antintervencionista, a una militancia consecuente con su postulado de luchar con las armas en la mano, antes que aceptar la imposición de los Estados Unidos de Norteamérica.
Sandino pudo quedarse en la retórica, y poco a poco disolver su ánimo, pero no fue así, más bien, toma la decisión de atacar un cuartel combinado de Marines y Guardias Nacionales, para demostrar con esta acción su firmeza e irreversible decisión de luchar por una Patria en Libertad o morir en defensa de la Soberanía Nacional.
Desde el ataque al cuartel de Ocotal, 16 de julio de 1927, hasta le exitosa operación militar del nuevo Ejército Defensor de la Soberanía Nacional (EDSN) al cuartel militar combinado de Marines y Guardia Nacional (GN) en Telpaneca, hecho sucedido el 19 de Septiembre del mismo año de 1927; los Marines se dan a una tenaz persecución del General de Hombres Libres, rastreándolo por todos los rumbos posibles después de su salida de Ocotal.
Los vemos alcanzándolo en El Jícaro, donde casi lo matan, según él mismo dice en una de sus cartas, y luego desaparece a la vista de los Marines, quienes no logran encontrarlo para asesinarlo en ninguno de los pueblos del área geográfica de Nueva Segovia. Comienza a mencionarse su cuartel general “El Chipote”, como una ciudad escondida en las montañas, desde la cual sus hombres salían a hostigar a los Marines y a la Guardia, sin ser localizados. La obsesión por descubrir el paradero de El Chipote, se comerá las ansias de los Imperialistas y sus lacayos. Sandino es un fantasma y el Sandinismo comienza a crecer no solo en hombres sobre las armas, sino también en mística y leyenda popular.
Atrás en Ocotal ha quedado el cuerpo inerte del héroe de la primera batalla antimperialista del General Sandino contra los Estados Unidos de Norteamérica. El Coronel Antonio Rufo Marín, quien después de poner una bandera rojinegra en el área frontal del cuartel de Ocotal le toca la suerte de una bala disparada por el Imperialismo, terminando una corta carrera militar al mando del General Sandino, pero adquiriendo la honra de inscribir su nombre en la historia de Nicaragua, como un héroe por la dignidad y la soberanía de Nicaragua.
La bandera que se quedó atrapada en manos de los Marines, fue exhibida luego por los yanquis, y existe una foto en la cual varios de ellos la muestran como trofeo de guerra. Uno de estos Marines, el Teniente GN, Thomas G. Bruce (sargento de la USMC), morirá en enero del siguiente año, 1928, en el combate de las cruces, con varios de sus hombres que enarbolaban el 16 de julio, como signo de victoria, la bandera del General Sandino.