El espantoso bombardeo de Alicante (25 de mayo de 1938)
El bombardeo formaba parte de la campaña de terror ordenada por el gobierno nacionalista cuando su ejército alcanzó el Mediterráneo y comenzaron su avance hacia Valencia.

En Alicante a las 11:18 horas del día 25, entre 7 y 9 aviones Savoia Marchetti SM-79 «Sparviero» italianos, que habían despegado de Mallorca a las 8:10 de la mañana, lanzaron sobre el centro de la ciudad alrededor de 84 bombas (56 de 100 kg., 8 de 20 kg. y 20 de 15 kg.), algunas de las cuales cayeron en el Mercado Central, repleto de gente dada la hora de la mañana que era (por si fuera poco, no habían sonado las sirenas de alarma), otras cayeron, indiscriminadamente, sobre zonas muy concurridas: Plaza de Gabriel Miró, calle Vicente Inglada, Club de Regatas, calle Gerona, etc., por lo que la mortandad fue espantosa. La tripulación de los bombarderos eran italiana en su totalidad y los jefes de las dos escuadrillas que llevaron a cabo el ataque, con cuatro minutos de intervalo, fueron los capitanes De Prato y Ziguiotti.
Lo cierto es que los aviones no entraron por el mar, como venía siendo habitual, sino que lo hicieron desde el interior, escapando de las escuadrillas antiaéreas situadas en la Playa del Postiguet y en el puerto, orientadas hacia el Mediterráneo.
El parte de guerra republicano habló de que «la criminal aviación extranjera al servicio de los facciosos» había causado 275 muertos en su mayor parte mujeres y niños y alrededor de 1.000 heridos de diversa consideración (más de cincuenta edificios habían quedado destruídos, entre, ellos la sede del periódico republicano «El Luchador»). Algunos supervivientes dejaron relatos terroríficos sobre el alcance del bombardeo: Gente corriendo sin rumbo, desesperadamente, cadáveres decapitados, miembros humanos esparcidos por todas partes, aceras de la ciudad hacinadas de moribundos, entre gritos de dolor y de espanto, niños con el rostro ensangrentado, etc.. El historiador Enrique Cerdán Tato, relató «que aquel trágico miércoles 25 de mayo, corrieron regueros de sangre por algunas de las calles cercanas al Mercado. Los despojos de las víctimas se llevaban en carros de basura, a la casa de socorro o al hospital de campaña, improvisado, levantado a duras penas en un bar de la calle Calderón de la Barca».
El cuerpo diplomático acreditado en Alicante hizo público un comunicado en el que mostraba su pésame por las numerosas víctimas producidas pertenecientes al elemento civil y denunciaba que «el ataque haya sido recibido en el casco céntrico de la ciudad, alejado de objetivos militares».
Cuando un corresponsal del «Times» preguntó a Franco sobre este suceso, su respuesta fue la siguiente: «Es cierto que se producen bajas civiles, pero el gobierno rojo, lejos de evitarlas, las sitúa cerca de los objetivos militares. En el fondo desean esas víctimas para su propaganda».
Actualmente, en la entrada principal del Mercado Central de Alicante, se encuentra, inaugurado en el año 2013, un monumento con una leyenda recordatoria a «las más de 300 víctimas civiles del bombardeo de la aviación fascista italiana del 25 de mayo de 1938». Trescientas luces se iluminan de rojo a las doce del mediodía, todos los días.
Fuentes: Luis Martínez Mira (Alicante 1936-1939, Tiempos de Guerra).
Josep María Solé y Sabaté, Joan Villarroya (España en Llamas, la Guerra Civil desde el Aire).