Josep Suñol: diputado republicano y presidente del FC Barcelona
Suñol fue fusilado por los franquistas en los inicios de la Guerra Civil Española y silenciado durante la dictadura de Franco.
Josep Suñol i Garriga (1898-1936) nació en Barcelona el 21 de julio de 1898, en el seno de una familia dedicada al comercio de productos coloniales como el refinado del azúcar. Hijo de Josep Suñol y de Aurora Garriga, su abuelo fue el destacado abogado y político Ildefons Suñol.
Suñol estudió en los Escolapios y cursó la carrera de Derecho en Barcelona, licenciándose en 1920. Al finalizarla, se centró en la empresa familiar, La Azucarera del Jalón, con sede en Barcelona y fábrica en Épila, localidad de la provincia de Zaragoza.
En 1925, Suñol se hizo socio del FC Barcelona e inició una vinculación con el club azulgrana que lo llevaría años después a la presidencia de la entidad.
En 1927, después de ser padre por primera vez, empezó a colaborar con el diario La Nau, centrando su actividad en la edición deportiva del medio: La Nau dels Esports. En 1930, fundó el semanario deportivo La Rambla. En esa etapa de su vida, muy ligada a la prensa deportiva, Suñol también fue directivo del FC Barcelona y presidente de la Federación Catalana de Fútbol.
Al iniciarse la década de los años treinta del siglo pasado y triunfar la República en España, Josep Suñol se adentró en el terreno de la política. Catalanista y republicano de izquierdas, se hizo miembro de Esquerra Republicana de Cataluña (ERC) y participó en diferentes elecciones con éxito.
Suñol fue elegido diputado de las Cortes españolas en 1931, 1933 y 1936, representando a ERC. En 1933 y 1934, alternó su condición de diputado republicano con la de presidente del Real Automóvil Club de Cataluña (RACC); y, desde 1935, con la de presidente del Fútbol Club Barcelona.
Tras el Golpe de Estado del 18 de julio de 1936 contra la Segunda República Española y el inicio de la Guerra Civil, Suñol permaneció fiel a la República asumiendo grandes riesgos, lo cual acabó costándole la vida.
Suñol abandonó Barcelona y se marchó a Madrid nada más empezar la guerra, encargado de realizar diversas actividades en favor de la Segunda República. Una de ellas consistía en realizar pagos a las tropas republicanas.
En agosto de 1936, Suñol tenía que desplazarse al frente de guerra para poder realizar un pago. Recibió informaciones que anunciaban que un ataque republicano había conseguido tomar el Alto del León de la Sierra de Guadarrama, lo que le hizo pensar que era el momento propicio para llevar a cabo el pago. Marchó hacia el frente.
El automóvil en el que viajaba sobrepasó las últimas posiciones republicanas, sin que él y los otros ocupantes (el periodista Pere Ventura Virgili, un teniente republicano y el chófer) se diesen cuenta.
Pocos kilómetros después, Suñol y sus acompañantes fueron detenidos por las tropas golpistas. El 6 de agosto de 1936, sin juicio previo, todos fueron fusilados. La noticia impactó poderosamente en el FC Barcelona, en ERC y en las filas republicanas. Josep Suñol, destacado diputado de ERC y presidente del FC Barcelona, había sido fusilado sin juicio alguno.
Entre el 16 de noviembre de 1937 y el 17 de enero de 1939, el FC Barcelona consideró a Josep Suñol como el presidente “ausente”. Durante la dictadura que se impuso en España tras la Guerra Civil, la figura de Josep Suñol fue silenciada durante cuarenta años.
A mediados de los años noventa del siglo XX, Suñol fue rescatado del olvido. En 1995, el distrito de Les Corts de Barcelona le dedicó una calle. En 1996, fue fundada la asociación Els Amics de Josep Suñol. La asociación instaló en 1998 una placa dedicada a su figura en La Rambla de Barcelona, justo en el sitio en el que estuvo la redacción de su semanario deportivo La Rambla.
En 2015, el FC Barcelona celebró el Any Suñol 2015, con diversos actos, como la inauguración de un espacio permanente en el Museo del FC Barcelona, llamado Espai Suñol, o un nuevo palco, la Llotja President Suñol.
Gracias a esa labor a favor de la recuperación de la memoria, Josep Suñol se encuentra hoy junto a los barcelonistas, a los republicanos, a sus viejos compañeros de partido y club, y no ha vuelto a padecer el olvido, el injusto olvido.