27 de enero de 1945: El Ejército Rojo libera Auschwitz, el principal campo de exterminio nazi
Auschwitz se cobró la vida de 1,1 millones de prisioneros a partir de su fundación en 1940 hasta su liberación. Desde 2005, el aniversario de la llegada de las fuerzas soviéticas marca el Día Internacional de Conmemoración del Holocausto.
Desde su origen en 1920, el Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán defendía la segregación social de los judíos. El antisemitismo presente en Europa se convertiría así en el eje de la política nazi con su llegada al poder en enero de 1933. El régimen totalitario de Adolf Hitler impulsó una serie de propuestas legislativas que relegaron a los judíos a ser ciudadanos de segunda clase, por lo que fue intensificando las expropiaciones y las detenciones forzosas contra la comunidad.
La deportación de 16.000 judíos polacos de Alemania motivó a Herschel Grynszpan, un polaco de origen judío, a asesinar en París al diplomático alemán Ernst vom Rath. Este atentado desencadenó la noche de los cristales rotos el 9 de noviembre de 1938. Ese día, las fuerzas paramilitares nazis (SS) y la población civil lanzaron ataques coordinados contra los judíos en toda Alemania. Casi un centenar perdieron la vida y miles fueron enviados a campos de concentración. A partir de ahí, los nazis radicalizaron sus posiciones antisemitas y empezaron a plantearse el exterminio de la población judía de Europa.
Auschwitz: un plan de exterminio
El expansionismo del Tercer Reich alcanzó una nueva dimensión con la invasión de Polonia en septiembre de 1939. La entrada de las Fuerzas Armadas alemanas en territorio polaco dio comienzo a la Segunda Guerra Mundial. Con ello, las ambiciones militares de Hitler se extendieron a casi todo el continente. Esas nuevas conquistas de los nazis generaron un conflicto poblacional en las extensas fronteras de Alemania. El Partido necesitaba eliminar a los pueblos autóctonos para reubicar a los alemanes a lo largo del lebensraum, el espacio vital alemán para los nazis. De este modo, los altos dirigentes decidieron acabar con los judíos y otras minorías que pudieran obstruir la germanización de los territorios anexionados.
El plan inicial constaba de dos medidas: fusilamientos masivos de los escuadrones de la muerte y deportaciones a los campos de concentración. Esto obligó al Tercer Reich a acelerar su construcción. En mayo de 1940, Auschwitz se convirtió en el séptimo campo que los alemanes levantaban. Los nazis edificaron el complejo sobre unas instalaciones abandonadas del Ejército de Polonia en el pueblo de Oświęcim (‘Auschwitz’ en polaco). La elección de esta localidad obedecía a factores estratégicos: conectaba las líneas ferroviarias de Praga y Viena con Berlín y Varsovia, facilitando el transporte masivo de personas. Auschwitz se convirtió así en el centro neurálgico de los campos administrados por las SS.
El origen del Holocausto
La operación Barbarroja marcó un antes y un después en la cuestión judía. Los nazis culparon a los judíos de haber alentado a las milicias partisanas que frustraron la invasión alemana de la Unión Soviética en 1941. En ese contexto, los altos rangos del Partido y las SS se reunieron enero de 1942 en Wannsee, al suroeste de Berlín, para aprobar la “solución final a la cuestión judía”. Los quince asistentes acordaron el genocidio de los judíos en las cámaras de gas de los campos de exterminio. Los prisioneros serían envenenados con Zyklon B, un pesticida a base de cianuro, y sus cadáveres pasarían a los hornos crematorios.
La “solución final” obligó a ampliar las instalaciones de Auschwitz con la edificación de Birkenau (Auschwitz II) y Monowitz (Auschwitz III). A diferencia de Auschwitz I y III, donde los judíos realizaban trabajos forzados, Birkenau se concibió solo para aniquilarlos: más de dos tercios de los recién llegados fueron directo a las cámaras de gas. Bajo el liderazgo del comandante Rudolf Hess, Auschwitz se convirtió en el campo de exterminio nazi más grande de Europa, con unos 4.000 miembros de las SS desplazados allí en el verano de 1944.
El final de la fábrica de la muerte
A finales de ese año, el curso de la guerra ya anunciaba la derrota de Alemania. Meses antes, el Ejército Rojo había aprovechado el desembarco de los Aliados en la región francesa de Normandía para lanzar la operación Bagration en el este. Con esta ofensiva, los militares soviéticos impidieron que los alemanes trasladaran sus divisiones al frente occidental y les expulsaron de la URSS. Después, la inminente llegada de las tropas de Stalin a Polonia incitó a los nazis a evacuar los campos de concentración.