«Solidaridad cubana en la València en guerra (1936-1939). Una deuda con la memoria histórica»
Se trata de una producción de la Asociación Valenciana de Amistad con Cuba José Martí y Cubainformación TV, con el patrocinio de la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática de la Generalitat, que muestra la presencia solidaria cubana en defensa de la República a través de varios protagonistas.
El 28 de enero, en el marco de una jornada dedicada a José Martí por su 170 aniversario, se presentó en València un vídeo en homenaje a la solidaridad cubana en defensa de la República titulado “Solidaridad cubana en la València en guerra (1936-1939). Una deuda con la memoria histórica”, producido por la asociación José Martí y por Cubainformacion.tv, y patrocinado por la Conselleria de Participación, Transparencia, Cooperación y Calidad Democrática.
El audiovisual, de una duración de 5 minutos, es una primera aproximación al trabajo de recuperación de la memoria histórica compartida entre los pueblos cubano y valenciano. En el film se destaca la presencia de más de 1.200 cubanos y cubanas que vinieron en auxilio de la República agredida por el fascismo, su presencia en la València que fue capital de la República, así como el impacto que les causó y les hizo mantener su compromiso antifascista y de solidaridad internacionalista de por vida.
La Cuba solidaria que hoy asombra al mundo con miles médicos y maestros presentes en numerosos países del mundo es consecuencia, en parte, de esa etapa heroica de solidaridad con la República, que alimentó el hilo rojo de la Historia.
En la proyección estuvieron presentes los historiadores y especialistas en memoria democrática valenciana José María Azkarraga y Juan Salazar, uno de los guionistas junto a David Rodríguez, miembro de Honor de la Fundación Nicolás Guillén de La Habana, quienes destacaron la necesidad del compromiso con la recuperación de la memoria en nuestro país para defender la verdad ante la tergiversación de la historia, así como la importancia de poner nombre y cara a los brigadistas internacionalistas, héroes en sus países, como sucede en Cuba, pero desconocidos en nuestra tierra, consecuencia de años de dictadura y silencio cómplice.
Rocío Raya, presidenta de laAsociación Valenciana de Amistad con Cuba José Martí, acompañada de la Cónsul de Cuba en Barcelona Idalmis González, expuso el origen de este trabajo audiovisual sobre la memoria histórica cubana y su relación con la memoria democrática valenciana, que comenzó a través del convenio con la Fundación Nicolás Guillén y la organización de las jornadas sobre el 80 aniversario del II Congreso de Intelectuales para la defensa de la Cultura en La Habana y en València en 2017, y de las jornadas celebradas el pasado octubre junto con la participación del historiador cubano Elier Ramírez, subdirector del Centro Fidel en La Habana, de Noemí Rabaza, vicepresidenta del ICAP (Instituto Cubano de Amistad con los Pueblos) y de Nicolás Hernández Guillen, nieto del Poeta Nacional de Cuba y presidente de la Fundación que lleva su nombre.
Más información en: brigadas.cuba@gmail.com / @AsocJoseMarti /
Facebook: Asociacion Valenciana de Amistad con Cuba Jose Marti
Fotografías: Rafa Pérez Benlloch y Tito Alapont.
Solidaridad cubana en la València en guerra (1936-1939). Una deuda con la memoria histórica
El 18 de julio de 1936 el gobierno democrático de la República sufrió un golpe de estado militar. El golpe fracasó por la resistencia de la población, de los sindicatos y de los partidos de izquierdas, comenzando una guerra de casi tres años. Los militares sublevados recibieron, desde el principio, el apoyo de la italia fascista y de la alemania nazi.
La República, asediada, recibió el apoyo de una ola de solidaridad internacionalista. Las Brigadas Internacionales, entre 30.000 y 40.000 hombres y mujeres de más de 50 países, acudieron en defensa de la causa republicana y contra el fascismo.
De ellos, más de 1.200 voluntarios cubanos llegaron a España para luchar, siendo Cuba el país que más brigadistas aportó en función de su población total.
Además, amplios sectores populares en Cuba organizaron comités de apoyo a la República y envíos de ayuda.
Una vez en la península, mujeres y hombres, blancos, negros y mulatos, trabajadores, enfermeras, militantes políticos, artistas e intelectuales, deportistas, músicos y militares participaron de una resistencia heróica antifascista.
En noviembre de 1936 València se convierte en la capital de la II República. Durante casi un año se celebran actos de gran importancia, como el II Congreso Internacional de escritores para la defensa de la cultura, en el que participan intelectuales cubanos de la talla de Nicolás Guillén, Juan Marinello, Félix Pita, Leonardo Fernández y Alejo Carpentier.
Gracias a su presencia tenemos valiosos testimonios de la vida en la capital durante la guerra. Nicolás Guillén comenta: “El mismo día que llegamos a Valencia, al anochecer sonaron las sirenas: la ciudad fue bombardeada. Bonita recepción…. A Marinello y a mí nos habían instalado en una misma pieza de hotel, un hotel que estaba situado en la muy valenciana calle de la Paz”.
Para el futuro poeta nacional de Cuba, su experiencia solidaria con la República será determinante: “Yo quiero afirmar aquí esta noche una triple causa de adhesión en mí al pueblo español: como escritor (…), como cubano (…); y como negro (…).
Otras cubanas y cubanos pasan por la ciudad, la mayoría con destino al frente o a Madrid. Uno de los más conocidos fue el periodista Pablo de la Torriente Brau, que escribe: “Y yo me voy a España ahora, a la revolución española, en donde palpitan hoy las angustias del mundo entero de los oprimidos”.
Pablo conocerá y entablará amistad con el poeta alicantino Miguel Hernández, que le dedicará un poema a su muerte en el campo de batalla.
«Pablo de la Torriente,
has quedado en España
y en mi alma caído:
nunca se pondrá el sol sobre tu frente,
heredará tu altura la montaña
y tu valor el toro del bramido».
Más de un centenar de cubanos fallecieron durante la guerra. Los supervivientes corrieron la misma suerte que los españoles. Unos cayeron presos, otros huyeron a Francia cruzando a pie los Pirineos y acabaron en los campos de concentración franceses. Muchos continuaron de por vida con su militancia antifascista.
Ese ejemplo de solidaridad internacionalista iniciada en la guerra de España acabará siendo una constante de la historia posterior cubana.
“Sois la historia, sois la leyenda, sois el ejemplo heroico de la solidaridad y de la universalidad de la democracia, frente al espíritu vil y acomodaticio de los que interpretan los principios democráticos mirando hacia las cajas de caudales, o hacia las acciones industriales, que quieren liberar de todo riesgo. (…) No os olvidaremos. ¡Vivan los héroes de las Brigadas Internacionales!” Dolores Ibarruri, octubre de 1938, en la despedida de las Brigadas Internacionales.