Napoles, una ciudad con carácter, única y singular
Italia es un país maravilloso. Un destino con historia, dinámico, moderno y siempre emocionante. Sus gentes, como los españoles, son abiertas, cálidas, sencillas y muy hospitalarias. Cuentan con un carácter latino, y mediterráneo, que nos hace sentir como si estuviéramos en casa.
Roma, eternamente turística
Roma, la capital de Italia, es la Ciudad Eterna. Una metrópoli moderna y europea que conserva la esencia del Imperio Romano, de la que fue epicentro, lo cual se aprecia todavía en lugares como el Coliseo, el Arco de Constantino o el Panteón. Además, es un fascinante destino para el turismo religioso: junto a admirables iglesias, ofrece la posibilidad de visitar el estado-ciudad del Vaticano, donde el papa de la Iglesia Católica tiene su sede, en la que se atesoran lugares tan fascinantes como la Basílica de San Pedro y la Capilla Sixtina.
Cada rincón, cada plaza, cada callejuela romana transmiten magia, alegría y vida. Pasear por su seno resulta una experiencia emocionante y divertida. Además, la gastronomía romana -con la pizza, la pasta al dente, el tiramisú y los helados artesanos a la cabeza- te deja un sabor de boca incomparable.
Después de visitarla, toma un tren de Roma a Nápoles para cambiar por completo.
Nápoles, auténtica y distinta
En el sur de Italia se encuentra esta ciudad con carácter, única, singular y verdaderamente sorprendente. La localidad en la que se inventó la pizza Margarita sigue ofreciendo degustaciones incomparables de este plato típicamente italiano. También los capuccinos tienen un sabor insuperablemente napolitano, sobre todo cuando los saboreas en una terraza mientras contemplas el transcurrir de la vida local.
Es cierto que, desde un punto de vista urbano, Nápoles destaca por las angostas y no siempre perfumadas calles, pero todas ellas están repletas de vida, de caos, de auténtica esencia mediterránea. En ellas, las mammas y los pequeños recorren potenciales escenarios de camorra.
Con todo, los dos mayores atractivos turísticos de Nápoles tienen nombre propio: Pompeya y el Vesubio. Visitar las ruinas de la magnífica ciudad que fue completamente sepultada por el Vesubio es inexcusable. De igual manera, admirar este volcán desde la bahía de Nápoles y subir hasta el cráter son experiencias formidables.
Para volver a tu ciudad de origen, los trenes de alta velocidad de Nápoles a Roma no tienen rival.
Un tren para vivir
Si vas a moverte entre estas dos ciudades, nada mejor que tomar un tren de Roma a Nápoles a la ida y otro tren desde Nápoles a Roma, para el regreso.
El trayecto entre estas dos ciudades, separadas por 186 kilómetros, se puede realizar en poco más de una hora. En la estación romana de Trimini, y según el día de la semana, es posible encontrar hasta doce salidas de trenes de alta velocidad que van a Nápoles. Por su parte, desde la estación central de Nápoles salen cada día dieciséis viajes a Roma.
Además de desplazarte con comodidad y rapidez, viajar en un tren de estas características se convierte en una aventura vital estimulante, ya que te codeas con la gente del país, te relacionas la cotidianidad italiana y vives en primera persona las costumbres y el idioma locales.
Reservar tus billetes de tren con Rail Ninja es sinónimo de explorar Roma y Nápoles en todo su esplendor.