La Academia del Cine estadounidense busca la igualdad de género con sus nuevas invitaciones: de los 842 nuevos miembros, la mitad son mujeres
El séptimo arte, al igual que la pintura, la música o la literatura, siempre ha estado rodeado de un importante foco mediático. Más allá de si las producciones audiovisuales son de calidad o no, la sociedad valora especialmente el mensaje que se traslada desde las instituciones que se esconden tras esta potente fábrica de cultura. Un mensaje que en los últimos años ha sido cada vez más escrutado y criticado, sobre todo en relación a la presencia de determinados colectivos sociales en todas las etapas del proceso de producción.
Si en la época dorada de Hollywood a nadie le importaba que no existiera casi ninguna mujer cineasta -casos como los de Dorothy Arzner o Ida Lupino eran los menos-, hoy en día se clama por poner en valor el trabajo de las directoras femeninas, así como el de las actrices, directoras de fotografía, iluminadoras, etc. De esta forma, la industria cinematográfica ha tenido que ir reconstruyéndose a sí misma y tomando una serie de medidas para adaptarse a los nuevos tiempos y a la lucha social actual. Una de las últimas iniciativas en esta línea es la que ha anunciado la Academia del Cine estadounidense, que ha invitado a casi un centenar de nuevos miembros en los que la presencia femenina cobra un peso muy importante.
La nueva filosofía de la Academia del Cine nació tras el anuncio de los nominados a los Oscar de 2016. En aquella ocasión, los 20 intérpretes que aspiraban a una estatuilla eran de raza blanca, lo que indignó a numerosos colectivos y provocó una serie de cambios dentro de la institución. Así, la presidenta Cheryl Boone, la primera persona de origen afroamericano en ostentar este puesto y la tercera mujer en hacerlo, anunció que desde la Academia se iban a llevar a cabo una serie de iniciativas a corto plazo con el objetivo de multiplicar al doble el número de mujeres y de personas pertenecientes a minorías sociales entre los miembros de la institución. La fecha límite impuesta por la propia Boone es el próximo 2020.
Tras este anuncio, la Academia comenzó a tomar medidas, que se vieron aumentadas con la eclosión del movimiento MeToo en 2017. De hecho, son muchos los que consideran que esta apuesta por diversidad y la igualdad de género no es más que una estrategia de marketing apoyada en una nueva realidad social. Así, al igual que muchas compañías, desde el sector de lujo a las casas de apuestas, emplean bonos como estrategia de marketing para captar a nuevos clientes, la Academia se estaría valiendo de una lucha social para mejorar una imagen institucional que lleva años anclada en el pasado. Las personas que realizan esta crítica apoyan su discurso en datos como los de la pasada edición: ninguna mujer fue nominada en la categoría de Mejor Dirección. Una situación todavía más dolorosa si tenemos en cuenta que en 2018 contamos con grandes cineastas como posibles candidatas: Debra Granik con No dejes rastro, Chloé Zhao con The Rider, Lynne Ramsay con En realidad nunca estuviste aquí, o Marielle Heller con ¿Podrás perdonarme algún día?
En cualquier caso, y más allá del motivo real que se esconda tras estos cambios, lo cierto es que éstos se están llevando a cabo. De hecho, si bien las mujeres fueron las grandes olvidadas de la edición de los Oscar de este año, el colectivo afroamericano sí consiguió una gran representación. Así, un total de siete afroamericanos se subieron al escenario del Dolby Theatre para recoger sus estatuillas, siendo el de Spike Lee el más emotivo de todos, pues con 62 años recibió el Oscar honorífico que reconoce toda su carrera cinematográfica. Eso sí, el premio no pudo evitar su enfado tras conocerse que Green Book se había alzado con el Oscar a Mejor Película.
Ahora, con estas nuevas invitaciones, la Academia pretende reforzar ese espíritu de renovación que anunció en 2016. Así, de las 842 personas llamadas a ampliar las filas de la organización que cada año escoge a los premiados, 421 son mujeres. Además, la institución también ha señalado que el 29% de estos nuevos miembros se corresponde con personas de color. Estas cifras suponen un aumento cualitativo con respecto a los datos de 2015, año previo a la reforma, aunque no cumplen con las promesas de Boone. Así, si en 2015 el porcentaje de mujeres entre los académicos era del 25%, ahora esta cifra se sitúa en torno al 32%, bastante lejana todavía del 50% que debería alcanzar para duplicar los datos iniciales. En donde sí se ha cumplido el crecimiento estimado es en el número de votantes no blancos, ya que con estas nuevas invitaciones se alcanza el 16% del número total de académicos, mientras que en 2015 esa cifra rondaba el 8%.
Por otra parte, la de este año no ha sido la hornada de nuevos miembros más inclusiva de la institución estadounidense. En 2018 la Academia propuso a 928 nuevos académicos, de los cuales el 49% eran mujeres y el 38% no blancos. Además, más de 40 intérpretes de origen iberoamericano pasaron a formar parte de la institución en aquella ocasión.
La actriz Irene Escolar es uno de los nuevos miembros de la Academia.
Este año la presencia de profesionales iberoamericanos se sitúa en 54, siendo 16 de ellos de origen español. Así, han sido invitados a formar parte de la institución americana Manuel Cristóbal, Julia Juániz y Sylvie Imbert, los tres miembros de la junta directiva de la Academia de Cine española; los montadores Nacho Ruiz y Teresa Font; los actores Juan Diego Botto e Irene Escolar; el diseñador de sonido Oriol Tarragó; los directores Rodrigo Sorogoyen y Rodrigo Blaas; las productoras María del Puy Alvarado, Cristina Huete, Beatriz Sequeria y Nuria González Blanco; la diseñadora de vestuario Lena Mossum; la maquilladora Ana López-Puigcerver, y el peluquero Manolo García.
A los invitados españoles se les unen, entre otros, 16 de origen mexicano, entre los que destacan los actores Bruno Bichir, Marina de Tavira y Héctor Bonilla, y 10 brasileños. Además, con esta nueva hornada también pasan a formar parte de la institución nombres de gran calado internacional como la cantante Lady Gaga, ganadora del Oscar a Mejor Canción Original en la edición de este año; Claire Foy, conocida por su papel de Reina Isabel en la serie de Netflix The Crown; Tom Holland, que viene de estrenar Spider-Man: Lejos de casa; Jean-Louis Trintignant, referente del cine francés que se retiró el pasado 2018 a los 87 años; o el actor italiano Toni Servillo.
Cabe destacar que, de los 842 nuevos miembros invitados, tan solo 82 han estado nominados al Oscar alguna vez a lo largo de su carrera, y solo 21 de ellos han logrado alzarse con la estatuilla. Además, la Academia también ha buscado la pluralidad de naciones, ya que los nuevos miembros provienen de 59 países diferentes.
Con esta decisión, la Academia continúa con su reformulación desde los cimientos. De manera lenta, eso sí, ya que todo apunta a que el próximo año no se habrán cumplido los objetivos de Cheryl Boone.