La evaluación y la aplicación de estrategias de rehabilitación claves ante el aumento de consumo de sustancias adictivas

“La oferta de drogas ilícitas – que sigue registrando cifras sin precedentes – y las redes de traficantes – cada vez más ágiles- agravan las crisis mundiales convergentes y suponen un reto para los servicios de salud y las respuestas policiales”. Con este contundente enunciado, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) ha advertido sobre el alarmante crecimiento del consumo de sustancias a nivel internacional. Un fenómeno en el que España no queda a la zaga, tal como apuntan los datos más recientes del Observatorio Español de las Drogas y las Adicciones (OEDA).

El incremento en el consumo de sustancias adictivas, tanto legales como ilegales, viene agravada por un problema añadido. El desconocimiento en torno a las dinámicas del consumo, tanto sociales, como a nivel personal, incrementa el riesgo de perduración y recaída en hábitos adictivos. Este factor, unido a estigmas y percepciones erróneas, ha provocado que las personas no sean conscientes de la importancia de acudir a un centro de desintoxicación para superar la adicción a las drogas.

Así, según el último informe del OEDA, a pesar del incremento del consumo de sustancias, se registra “una reducción del 23% de las admisiones” a tratamiento por abuso o dependencia de drogas. Los especialistas de Help Adicciones, un centro de desintoxicación en Galicia, son contundentes a este respecto. La cifra de personas que logra superar una adicción por su propia cuenta, sin ayuda médica, se reduce a una de 95.000 personas. Así, la asistencia médica y profesional se torna imprescindible tanto en la desintoxicación física “sin correr riesgos de fallo, recaída o más graves”, como en la plena rehabilitación de las personas.

En este segundo aspecto, señalan el peso de la terapia encaminada a mantener la voluntad de superar una adicción, dado que el peligro de la adicción permanece. Una evaluación permanente de los aspecto de riesgo que pueden influir o incitar al consumo y a la recaída, así como la disposición de estrategias preventivas y terapéuticas con ayuda de profesionales, son aspecto fundamentales que tan solo pueden obtenerse en centros especializados.

A nivel mundial, el patrón, nuevamente, se repite. La demanda de tratamientos para trastornos relacionados con las drogas continúa en gran medida insatisfecha, de acuerdo a los datos de la UNODC, y solo una de cada cinco personas que padecía trastornos relacionados con las drogas seguía un tratamiento para su consumo.

Un contexto en el que, junto a las políticas de prevención y salud pública, se torna imprescindible afrontar la necesidad de afrontar el problema ya existente. Evitar la normalización, el soterramiento de esta realidad, acompañada de la concienciación social sobre la complejidad de enfrentar a un caso de adicción, se tornan imprescindibles.