Seguro de vida: un bien necesario que no debe suponer un gran gasto
Llega un momento en la vida en que es preciso plantearse eso de tener un seguro de vida, sobre todo si nuestros ingresos económicos suponen el sustento principal de la familia. Es necesario proteger su patrimonio. Dependiendo de la compañía, el seguro de vida puede variar, pero tiene una serie de garantías básicas, como el pago de una renta por fallecimiento, los gastos de sepelio y los de testamento, así como unas garantías complementarias. En estas últimas se encuadran, entre otras, el pago de rentas por invalidez absoluta permanente.
Contratar un seguro de vida es un proceso sencillo, porque toda la información necesaria y el modo de hacer los trámites están al alcance de un clic. Las compañías, que suelen ofertar precios muy competitivos, acceden incluso a llamar a los clientes para proporcionar información gratuita. Bastará con dar los datos de identificación o equivalentes, una declaración de salud y, dependiendo de la aseguradora y el tipo de póliza que se vaya a contratar, un reconocimiento médico presencial o telefónico.
Cada persona tiene un contexto que determinará cuándo es el mejor momento para contratar un seguro de vida. El que ofrecen las compañías es amplio, puesto que suele ir desde los 18 a los 60 años. Lo ideal es planteárselo al formar una familia, puesto que bienestar del cónyuge y de los hijos suele preocupar. Incluso aunque la del asegurado no sea la fuente principal de ingresos, el poder adquisitivo de la familia puede mermar considerablemente, poniendo el riesgo el mantenimiento de sus bienes.
Otro momento que suele determinar la decisión de contratar un seguro de vida es el momento de firmar una hipoteca, por motivos similares. Cuando falte uno de los dos cónyuges, la familia puede tener serios problemas para afrontar el gasto, lo que pondría en riesgo su bienestar.
Por otra parte, considerando que existen seguros de vida que tienen también planes de pensiones, es habitual plantearse su contratación a partir de los 50 años, con el deseo de poder disfrutar de una jubilación y una vejez sin sobresaltos.
Los comparadores como gran herramienta
Las páginas webs dedicadas a comparar precios y ofertas de seguros de vida se han convertido en el gran arma de los consumidores, porque facilitan mucho la adquisición de productos y servicios. Reúnen en la misma página información detallada pero bien resumida de lo que se está contratando, así como del precio fijo o de la oferta de seguro a la que el consumidor se pueda acoger en un momento determinado. Una página como Seguro-vida.ofertas10 se ha convertido en una de las más efectivas para conseguir ofertas seguros de vida.
El procedimiento es muy sencillo. La misma página de inicio ya reúne ofertas de compañías como Antares o Allianz, que dibujan una horquilla que va desde los 42,49 a los 68,94 euros al año.
El de la primera es una cobertura por fallecimiento que incluye promociones exclusivas por tener un buen estado de salud, un anticipo por los gastos de sepelio, un servicio telefónico de soporte médico o la invalidez permanente y absoluta por cualquier causa. El de la segunda es una cobertura por fallecimiento e invalidez, que incluye la repatriación en caso de fallecimiento y renta por enfermedad crítica.
Estos datos dan una idea de los tipos de seguros a los que acogerse. La web de Ofertas 10 separa los productos entre los que cubren solo el fallecimiento o los que cubren tanto fallecimiento como invalidez. Los primeros, según la web, van desde los 42,49 euros al año de Antares a los 52,84 euros de Previsora General. Los segundos, desde los 57,51 de Fidelidade a los 82,98 euros al año de CA Life.
Qué debes tener en cuenta para contratar un seguro de vida
Hay que considerar las peculiaridades de cada seguro, y estudiar muy bien las condiciones para saber si se ajustan a lo que se necesita.
En el caso de un seguro por fallecimiento, la compañía preguntará cuánto capital se desea asegurar al momento de contratar. Hay que hacer el cálculo en base a lo que se espera dejar a los adjudicatarios en caso de fallecimiento, por ejemplo, un capital que sea, al menos, cinco veces el salario bruto. Como explica Ofertas 10, si tienes una hipoteca debes sumarle el importe que quede por abonar.
Las compañías de seguros, por lo general, concluyen las pólizas entre los 70 y los 75 años del asegurado, marcando como edad límite de contratación los 65 años. A más edad, mayor será el importe. Es necesario recordar también que no es lo mismo un seguro de vida que un de decesos, porque ya que el primero ofrece sustento económico a los adjudicatarios y el seguro solo cubre los datos derivados del funeral.
En el caso de los seguros que cubren la invalidez, además del fallecimiento, debes tener en cuenta que esta debe ser declarada por Seguridad Social y, para poder cobrar el seguro, se debe presentar también informe médico. En caso de cambiar de profesión, hay que comunicarlo a la compañía, y el capital asegurado se puede cambiar si se avisa con un mes de antelación, como mínimo, a la fecha de vencimiento.
La aseguradora, por otra parte, no puede rescindir el contrato si el asegurado contrae una enfermedad, a no ser que descubra y pueda demostrar que este ha actuado de mala fe.