Redacción •  Negocios y Ocio •  25/11/2023

La importancia del desarrollo personal al emprender

La importancia del desarrollo personal al emprender

La cultura empresarial ha sido un área de investigación valiosa en la investigación de gestión desde hace años, en particular gracias a la extensión de nuevas perspectivas de emprendimiento y gestión empresarial

En el contexto de las empresas, cabe preguntarse qué es la cultura emprendedora. Esta puede describirse como actitudes, valores, habilidades y poder de un grupo o individuo que trabaja en una organización que se caracteriza por el riesgo.

Desde la perspectiva del empresario, la cultura empresarial incide en una serie de actitudes y aptitudes que impulsan su que impulsan su capacidad de gestión y la toma de decisiones, así como el contexto más o menos propicio para emprender.

De esta forma, la autonomía, la libertad de actuar con independencia, la capacidad de innovación, la libertad de experimentación, la asunción de riesgos, la capacidad de tomar iniciativas y la agresividad competitiva, se configuran como rasgos clave en el emprendimiento.

Pero, lejos de asumir estas características como elementos inherentes de la persona, las escuelas de negocio han asumido desde hace años el peso de la formación, la capacitación y la experiencia. Una formación que debe estar bien enfocada y encararse en función de los objetivos de desarrollo personal del empresario.

En este sentido, ser emprendedor siendo una actividad que puede generar inseguridad cuando se tiene en mente todo lo que hay que pasar para que un nuevo negocio tenga éxito.

Emprender requiere de un crecimiento y cumplir unos objetivos desarrollo personal, partiendo del área en la que se desea tomar una iniciativa de negocio. La disposición para aprender y ampliar las perspectivas para evolucionar constantemente en el proyecto, son fundamentales.

Crear una empresa implica un aprendizaje y un desarrollo personal continuos. Los empresarios adquieren diversas habilidades, como la resolución de problemas, la toma de decisiones y el liderazgo, que pueden ser valiosas tanto en el ámbito profesional como en el personal.

Esta apertura al aprendizaje, es tan solo una de las ventajas de ser empresario, las cuales trascienden el propio ámbito de negocios para extenderse a otras áreas de desarrollo personal.

Así, por ejemplo, los emprendedores cuentan con la oportunidad de dar rienda suelta a su creatividad y hacer realidad ideas innovadoras, desarrollar nuevas ideas y procesos, introducir nuevos productos, nuevas perspectivas y, en definitiva, impactar en la sociedad más allá de los límites de su propio proyecto. En este sentido, los emprendedores tienen la oportunidad de causar un impacto duradero en su sector, comunidad o incluso en el mundo

Una característica muy relacionada con el ámbito de libertad, independencia y control tanto del proyecto que se ha emprendido, como del comportamiento e implicación personal en el mismo.

Elementos que se suman a los atractivos habitualmente considerados y valorados por las personas a la hora de emprender, como la mayor perspectiva de beneficios o el control de los recursos económicos en base a la visión personal del empresario.

Intraemprendimiento y desarrollo personal en el equipo

La importancia del desarrollo personal en la cultura empresarial no se limita únicamente al empresario. En cualquier iniciativa de negocio, es fundamental contar con un equipo de personas que reúnan las capacidades técnicas para desarrollar el proyecto, junto a la voluntad, la motivación y la vocación que marcan su implicación en el mismo.

Partiendo de esta perspectiva, en los últimos años ha destacado el desarrollo del intraemprendimiento, el proceso de crear y desarrollar nuevas ideas dentro del equipo humano que compone una empresa.

A través del intraemprendimiento, valores como la responsabilidad, la apertura, la creatividad, la resiliencia y la superación de los retos se hacen extensivos a todas las personas involucradas en el negocio, transmitiéndose al funcionamiento de todo el equipo.

Extender los valores y las habilidades empresariales de los miembros del equipo, permite que sus ideas puedan ser aplicadas con éxito en beneficio tanto de la empresa como del individuo.

Para ello, es fundamental facilitar y otorgar la libertad de desarrollar y el pensamiento creativo entre las personas, dotarles de los recursos adecuados y asumir y canalizar la posibilidad de cometer errores.


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