Las redes sociales y las nuevas vías de información
Facebook, Twitter, Instagram. E incluso se pueden añadir aquí las diferentes aplicaciones de mensajería instantánea como WhatsApp, Telegram o Facebook Messenger. Es en estas plataformas donde cada vez más se informa la gente, dejando a un lado motores de búsqueda como Yahoo o Google, a los que los usuarios van a buscar cosas concretas.
¿Es esto beneficioso para la sociedad? ¿Puede ser peligroso dejar en manos de pocas empresas el acceso inmediato a la información? ¿Son los algoritmos un método infalible de reconocimiento de gustos? Ninguna de estas preguntas tiene una respuesta fácil, pero se puede intentar al menos analizar las posibles consecuencias de todo ello.
Dejando de lado los motores de búsqueda
Consulta sistemática de redes sociales
Información seleccionada mediante algoritmos
Sobreestimación de las redes sociales
Dejando de lado los motores de búsqueda
Los motores de búsqueda se convirtieron hace tiempo en un elemento indispensable de la sociedad. Y lo siguen siendo, pero esta responsabilidad se ha ido repartiendo entre las distintas redes sociales que cada vez más están acaparando prácticamente todo.
De hecho, hace algunos años muchos diarios digitales y periódicos españoles se pusieron en pie de guerra ante Google News, un servicio que permitía a los usuarios acceder a las distintas noticias de estos periódicos a través del buscador de Google, algo que no gustó a los editores que, en nombre de una supuesta libertad de elección del usuario, veían como cada vez perdían poder en beneficio de una multinacional como Google.
Pero la llegada de las redes sociales hizo que el ‘problema’ pasara de la propia Google a plataformas como Facebook, Twitter o Instagram. El buscador de los de Mountain View siguió acumulando búsquedas en otros ámbitos al que las redes sociales no pueden llegar y parece que actualmente ya hay una clara línea divisoria entre ambos servicios.
Hoy en día Google se usa para buscar cosas concretas, incluso noticias, pero en las que el usuario elige qué buscar. Así, si se quiere comprar una bici a buen precio se usa Google, si se quiere saber el resultado de un partido de LaLiga se usa Google, o si se quiere buscar un análisis seguro y fiable de Caliente Mx también se usa el buscador más grande del mundo.
Consulta sistemática de redes sociales
Las redes sociales se han convertido en un fenómeno global, unas plataformas que la mayoría de la población, sobre todo los más jóvenes usan muy a menudo. No hay prácticamente ninguna persona entre 15 y 40 años que no mire al menos una vez su cuenta en Facebook, Twitter e Instagram.
¿Por algo en concreto? Pues normalmente no. Simplemente por mirar en su muro qué novedades hay entre sus amistades o en aquellas páginas a las que sigue. Además, hay una tendencia en apps como Facebook de lanzar notificaciones continuamente que animan a más consultas con el fin de que los usuarios ‘estén’ en su plataforma todo el tiempo.
Y una vez que la gente está, ya es pan comido ofrecer información a sus usuarios en función a unos algoritmos que seleccionan diferentes páginas a gusto del consumidor, con lo que estos van consumiendo información en la propia aplicación sin necesidad de ir a los diferentes portales y periódicos digitales.
Información seleccionada mediante algoritmos
Una vez analizados los motivos, se pueden desglosar con mucha más facilidad las consecuencias de este cambio de paradigma en el mundo. Sí la radio ‘acabó’ con la información de los periódicos de papel (o eso parecía), si la televisión ‘acabó’ con la radio (o eso parecía), mucha gente piensa que las redes sociales podrían acabar con los medios de comunicación tradicionales en poco tiempo.
Pero esto no parece que vaya a ser así, al menos en el corto plazo. Facebook no cuenta actualmente con medios suficientes como para no depender de los propios periódicos, televisiones o radios a la hora de ofrecer contenido.
Lo que sí cuentan es con información muy valiosa sobre gustos, localización y amistades de sus usuarios, que son prácticamente todos los que viven en una sociedad digitalizada, y eso les permite mediante algoritmos muy avanzados ofrecer a los usuarios lo que les gusta.
Y aquí viene el problema. Problema porque a pesar de que siempre los grandes medios de comunicación han sido controlados por pocas empresas, al menos eran varias. Ahora se da el caso de que Facebook puede ir seleccionando las noticias de manera personal con el fin de facilitar este acceso a las personas sin que estas hagan ningún esfuerzo. Pero claro, ¿quién garantiza que en un futuro no se filtre información por otras causas? Nadie.
Sobreestimación de las redes sociales
Fuente: FirmBee/Pixabay
Además, el hecho de que cada vez más los usuarios se informen a través de las redes sociales, lo que implica seguir a personas y consumir ideas cercanas a cada uno, puede producir una endogamia de información que puede resultar peligrosa.
Peligrosa por el hecho de que se puede llegar a pensar que las redes sociales son la realidad, fabricando una conciencia alternativa muy lejana a la sociedad física. Esta es diversa, multicultural y multi-ideológica y, por tanto, es bastante fácil que ambas ‘realidades’ se acaben separando a una velocidad de vértigo.
Obviamente, creer que la realidad es lo que pasa en las redes sociales está muy lejos, o es directamente contrario, a ser una persona informada. Por ello, se puede dar el caso de que un usuario consumidor de cientos y cientos de informaciones se convierta en una persona muy alejada de la ‘realidad’ real, valga la redundancia.