Sindicat de llogateres •  Vivienda •  05/01/2024

Intrum i Cerberus dispuestos a desahuciar a Juanjo, nosotras a impedirlo

El 19 de enero nuestro compañero Juanjo se enfrenta a un intento de desalojo y necesita todo el apoyo para evitarlo.

Intrum i Cerberus dispuestos a desahuciar a Juanjo, nosotras a impedirlo

 Un apoyo que él ha brindado a muchas otras personas durante años de lucha y que ahora tenemos el deber de devolverle. Como explicaremos en este texto, el conflicto que enfrenta Juanjo no tiene nada de único. De hecho, es una historia que nos resulta familiar (¡y demasiado!) a todas las personas que no tenemos la vivienda garantizada, es decir, arrendatarios, hipotecados, realquilados, okupas y toda la gente de clase trabajadora que vive como puede (o como la dejan). Por eso mismo, Juanjo es uno más de nosotros, uno de los nuestros, y defender su hogar con uñas y dientes es defender cada uno de nuestros hogares.

La historia de Juanjo no es única, pero sí es un ejemplo paradigmático de los problemas del sistema de vivienda en nuestro país. Actualmente, Juanjo lleva más de 20 años viviendo en el mismo piso de su barrio de siempre, Ciutat Meridiana, Nou Barris, Barcelona. En 2013 se enfrentó a los problemas de la estafa hipotecaria. En plena crisis social, se vio obligado a entregar su casa en dación en pago a Catalunya Banc, la entidad con la que tenía la hipoteca. De hipotecado pasó a inquilino, pero alimentando las mismas bocas. Como decíamos, es una situación que seguro que conocéis de sobra.

Más adelante, en 2016, Catalunya Banc quebró y fue absorbida por el BBVA. Todos los activos inmobiliarios de Catalunya Banc pasaron a manos del BBVA, incluida la vivienda de Juanjo. A partir de esa operación entre bancos, la propiedad del piso de Juanjo pasó a ser de Divarian, una empresa ad hoc creada por el BBVA para gestionar las viviendas adquiridas. Un nuevo paso que vivimos muchos de nosotros durante esa fase de la crisis de la vivienda.

El «viaje» no había terminado, claro. Tan solo un par de años después, en 2018, el BBVA vendió Divarian a Cerberus, un fondo de inversión oportunista con sede en Nueva York. Este fondo financia campañas de políticos americanos y aprovechó sus contactos para llegar a España con negocios muy lucrativos. En este punto quizás es necesario recapitular un momento. En tan solo 5 años, el piso de Juanjo había cambiado 3 veces de propietario hasta llegar a manos de un fondo buitre que tenía la intención de especular con su hogar. Como podéis imaginar, él no tuvo voz ni voto en ninguna de estas operaciones. Ahora mismo hay aún un fondo buitre más involucrado. Una empresa llamada Intrum que compró Divarian a Cerberus.

Mientras jugaban al Monopoly con su hogar, Juanjo siguió pagando y tuvo un contrato de alquiler social hasta 2020. De nuevo pasó por lo mismo que miles de personas que habían sufrido la estafa hipotecaria. Cuando llegó el momento de renovar su contrato, Cerberus se negó e ignoró todas sus propuestas. Querían echarlo de su hogar para seguir enriqueciéndose y sin atender a razones. Desde ese momento, Juanjo ha luchado incansablemente para conseguir un nuevo contrato y se sumó a las asambleas del Sindicat de Llogateres. Inicialmente, pudo encadenar algunas prórrogas extraordinarias por la Covid-19 y luego se quedó fuera de contrato a la espera de una negociación.

Durante estos tres años, Juanjo ha sido siempre un ejemplo de resistencia (y resiliencia, como le gusta decir a él). Ha superado los momentos más difíciles para seguir luchando por lo que es justo: no perder su hogar y vivir tranquilamente. Juanjo ha mantenido lo que dentro del Sindicat llamamos la estrategia Nos Quedamos, es decir, negarnos a los desalojos invisibles, seguir pagando el alquiler y reivindicar que la propiedad siga pactando un contrato que se ajuste a las necesidades de los inquilinos. También es un camino que ha recorrido mucha gente, miles de personas, desde 2018 hasta ahora.

Juanjo es un compañero ejemplar. Siempre que puede acude a las convocatorias para detener desalojos de otras familias, a acciones para conseguir nuevos contratos o rebajas de alquiler, a manifestaciones para defender el derecho a la vivienda y donde sea necesario. Se ha implicado de muchas maneras diferentes dentro del Sindicat de Llogateres y también intenta estar presente en todas las luchas de los colectivos de referencia del movimiento por la vivienda en su barrio: el Sindicat d’Habitatge de Nou Barris y la Asociación de Vecinos de Ciutat Meridiana.

Paradójicamente, quien está incumpliendo la ley es Cerberus 

Además, Juanjo no solo tiene la razón, el sentido común y el cariño de sus compañeras de su parte. Hay leyes, conseguidas gracias a la lucha del movimiento por la vivienda, que lo respaldan o al menos deberían hacerlo. En concreto, según la legislación catalana desarrollada a partir de la ILP de Vivienda, tiene derecho a un alquiler social y Cerberus tiene la obligación de proporcionárselo. Sin embargo, el fondo buitre y todas las empresas que tiene contratadas para tratar de expulsar o exprimir a los inquilinos se niegan a cumplir la ley. De nuevo, es una situación que aunque parezca difícil de entender, están atravesando miles de hogares.

Pero Juanjo no se rinde fácilmente ni está dispuesto a que jueguen con su vida. En 2022, después de 2 años fuera de contrato y sin ninguna notificación de Divarian, presentó una denuncia ante la administración por el incumplimiento de la ley 24/2015 y las posteriores modificaciones. En este caso, la obligación de la administración pública según la ley es sancionar a los propietarios que incumplen su obligación de hacer un alquiler social. De todas maneras, la teoría y la práctica no encajan demasiado tampoco en cuanto a las sanciones y la Generalitat y el Ayuntamiento de Barcelona aún no han sancionado a Cerberus por vulnerar los derechos de Juanjo.

Durante 2023 Juanjo tuvo por fin lo que creía que eran buenas noticias. Divarian le envió un burofax solicitando toda la documentación necesaria para ofrecerle un alquiler social (informe de vulnerabilidad, datos fiscales, nóminas, certificados de Hacienda…). Rápidamente, Juanjo superó la gimnasia burocrática para conseguir todos los papeles y enviarles toda la documentación requerida. Todo parecía avanzar en la dirección correcta después de sangre, sudor y lágrimas. Sorpresa: Divarian no responde. Pasan meses y meses sin ningún tipo de respuesta. Aún peor: la siguiente novedad del conflicto entre Juanjo y Cerberus es una notificación de desalojo con fecha el 19 de enero de 2024. El juzgado que lleva el caso ha decidido fijar una fecha de desalojo y ha rechazado un recurso para detenerlo, a pesar de que Juanjo tiene derecho a un alquiler social y la propiedad se está saltando la ley.

Sus compañeras del Sindicat de Llogateres no permitiremos que esta gentuza expulse a Juanjo de su hogar. Por eso, pedimos a todas las personas que estén leyendo este texto que se guarden la fecha del 19 de enero y avisen a todo el mundo que puedan que ese día tenemos que ser muchas personas en Ciutat Meridiana. Si somos muchos conseguiremos pararles los pies a aquellos que piensan que pueden destrozar nuestras vidas solo por hacer dinero y más dinero.


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