Vivienda, sanidad y educación fuera del mercado
Este mes de mayo viene cargado de lucha sindical y en defensa de nuestros servicios públicos. Las trabajadoras y usuarias de la Sanidad y de la Educación se movilizaran en las calles y marcharán a la huelga para defender nuestro patrimonio común y por ello, desde el Sindicato de Inquilinas de Madrid queremos mostrar todo nuestro apoyo a nuestras compañeras y solidarizarnos activamente con su lucha.
El desmantelamiento y la privatización de nuestros servicios públicos no es casual. Forma parte de un plan medido de la Comunidad de Madrid en el que se deteriora lo público para segregarnos e imposibilitarnos construir una alternativa a este sistema, facilitando el negocio a todo un entramado de fondos y grandes empresas que mercadean con nuestros derechos.
Por un lado, estamos las que sufrimos la cara más cruenta de este modelo neoliberal. Quienes nos hemos quedado sin médicos en nuestro centro de atención primaria, quienes formamos parte de las más de un millón de personas que tenemos que esperar un año para hacernos una prueba médica en la que nos va literalmente la vida, quienes estudiamos en colegios e institutos masificados y sin recursos, quienes trabajamos en la sanidad y la educación pública en un situación cada vez más precaria. Y por otro, quienes todavía pueden permitirse recurrir a la sanidad o la educación privada viéndose forzados a ello.
Mientras nuestra sanidad y nuestra educación se encuentran en proceso de descomposición y de privatización, la vivienda es el ejemplo de hacia dónde nos quieren llevar. Un modelo en el que un derecho básico es utilizado como un bien especulativo con el que hacer negocio y como medio para empobrecer a todas aquellas que no tenemos propiedades. Por eso, actualmente la mitad de las inquilinas e inquilinos somos pobres por tener que pagar más de la mitad de nuestro sueldo a un rentista que no aporta nada a la sociedad.
Las consecuencias las sufrimos en nuestras propias carnes. Bajo un sistema que prioriza nuestros derechos como mercancías, los únicos beneficiados son los empresarios y políticos que se enriquecen haciendo negocio con nuestra salud, nuestra educación y nuestros hogares.
Aún con todo, seguimos jugando con una ventaja: somos muchas más quienes queremos construir una sociedad justa y libre en la que la vivienda, la sanidad y la educación estén garantizadas universalmente y fuera del mercado.
Desde el Sindicato de Inquilinas estamos convencidas de que ha llegado la hora de unirnos en un frente común que defienda nuestras vidas contra el capital. Somos muchas y tenemos todo por ganar.
Caminemos hacia una huelga de alquileres que baje los precios.
Caminemos hacia una huelga de servicios públicos que garantice nuestros derechos.
Caminemos hacia una huelga general que lo cambie todo.