Redacción •  Vivienda •  18/06/2022

Manifestación en Donosti por un cambio del modelo de ciudad

  • 46 asociaciones vecinales y colectivos se movilizan ante la revisión del Plan General de Ordenación Urbana iniciada por el Ayuntamiento.
Manifestación en Donosti por un cambio del modelo de ciudad

46 asociaciones vecinales y grupos sociales de Donostia participan en una movilización para denunciar las políticas urbanísticas promovidas por el Ayuntamiento y reivindicar la necesidad de un cambio del modelo de ciudad que responda a las necesidades de los vecinos y vecinas y de los barrios. La manifestación partirá a las 18:00h desde el Parque de Araba y finalizará en Alderdi Eder, realizándose bajo el lema «DONOSTIA BERRESKURATU, HIRI EREDUA ALDATU! ¡POR UN CAMBIO DEL MODELO, RECUPEREMOS LA CIUDAD!».

El sentir de cada vez más donostiarras es claro: la ciudad no está cambiando en función de las necesidades vecinales y los poderes públicos han dejado de pensar en una ciudad para sus habitantes, actuando meramente como administrador y cliente de servicios de la iniciativa privada. La supeditación del urbanismo a los mercados turísticos y a los intereses especulativos de los inversores está produciendo graves perjuicios para la colectividad. Las decisiones importantes que afectan directamente a los y las donostiarras son tomadas en función de intereses económicos privados, y este modelo produce consecuencias cada vez más negativas en las condiciones de vida de la mayoría de sus habitantes:

Emergencia de vivienda: aumentan los precios de compra y alquiler y no se ponen límites a los fondos buitre o mercados turísticos para especular con la vivienda. Prosiguen los desahucios  y  las generaciones jóvenes y los vecinos y vecinas con pocos recursos está siendo expulsados de Donostia.

Modelo económico precarizador: la sobreexplotación turística supone un empeoramiento de las condiciones de las y los trabajadores. Se ha desequilibrado la estructura económica de la ciudad, multiplicando las condiciones laborales inestables y precarias. Guiado únicamente por el beneficio a corto plazo, se ha        apostado por un modelo no sostenible.

Mercantilización y masificación de las calles: se priorizan los intereses comerciales en la  gestión del espacio urbano, quedando relegadas las actividades de cuidado, juego y las relaciones sociales que no supongan consumo. Esto impide vivir y desarrollar una vida digna en algunos barrios, que corren el riesgo de convertirse en simples espacios de consumo y ocio. A su vez, se castiga a la protesta social con la aplicación de la Ley Mordaza y de la Ordenanza del Civismo.

Elitización de la ciudad: el actual modelo de ciudad contribuye a aumentar las desigualdades sociales y a acumular la riqueza en pocas manos, con todas las consecuencias de exclusión y segregación de los sectores más desfavorecidos. Mientras se   se pone el foco en la riqueza y el lujo, las y los donostiarras que viven en situación de calle o los que están al límite de una vida digna son ocultados y acallados.

Políticas urbanísticas agresivas: éstas se han acelerado, como lo demuestran la insensata construcción del metro en el centro de Donostia, la proliferación de proyectos urbanísticos polémicos en todos los barrios, el expolio del patrimonio público en Manteo para el Culinary Center, la incesante apertura de hoteles y alojamientos turísticos, la ampliación de grandes centros comerciales, y el fomento de proyectos como el macro-polígono de Belartza Goia y la infraestructura de «olas artificiales» en Antondegi que suponen destruir los entornos naturales y las zonas agrarias cada vez más escasas en la ciudad, en contra de cualquier desarrollo sostenible.

Destrucción de patrimonio arquitectónico: Cada semana asistimos a la destrucción o vaciado de algún edificio histórico, por efecto de la creciente presión inmobiliaria y turística. Donostia es la única ciudad que cuenta con una Alerta Internacional  de Patrimonio, lanzada para denunciar el derribo del Palacio Bellas Artes. Las carencias del Plan Especial de Protección generan un impacto irreversible sobre la imagen urbana y la identidad colectiva.

Ante la revisión del Plan General de Ordenación Urbana iniciada por el Ayuntamiento, consideramos que hay riesgo de que el futuro de Donostia y de las y los donostiarras se vea más condicionado y seriamente dañado a largo plazo, si se sigue por el mismo camino. Tras los simulacros de participación ciudadana, hacen oídos sordos a las y los donostiarras que dan su opinión discrepando de los intereses económicos dominantes y defienden un modelo de ciudad diferente.

Por todo ello, resaltamos la importancia de reunir las energías suficientes para hacer frente a las políticas que entregan la ciudad a las fuerzas del mercado y para reorientar el modelo hacia las clases populares y las necesidades de los barrios. Con este fin, distintas asociaciones vecinales y movimientos sociales se están coordinando para trabajar conjuntamente ante la urgente necesidad de promover un cambio del modelo de ciudad en Donostia.


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