El Sindicat de Barri de Carolines intentará impedir el desahucio de una compañera y su familia, en el Pasaje Artesanía (Alicante) el 24 de julio

Comunicado

Su hijo padece una grave enfermedad sobrevenida llamada parálisis cerebral infantil con epilepsia que le mantiene postrado en un silla de ruedas, y le hace necesario asistir al Centro de Educación Especial el Santo Ángel de la Guarda en Alicante. En el auto el juez, hace unos meses desestimó la suspensión del lanzamiento aludiendo que era un procedimiento entre personas físicas y que el juzgado no puede caer en el error de suplantar la labor de protección del Estado. Las instituciones que en teoría deben servirnos sólo ponen trabas: ya sean gobiernos municipales regionales, entidades de vivienda, instituciones sociales o como vemos la judicatura; en definitiva, dejadez y maltrato de los organismos de protección del Estado. El magistrado alude también a que nos encontramos ante un caso entre dos particulares, pero creemos que no podemos caer en la normalización de que un propietario con 6 viviendas y sin una clara necesidad habitacional en ellas, haya ganado incluso el debate público y se enarbolen este tipo de actos bajo de la bandera de la justicia social, ya que podemos ver como una familia se pueda encontrar en la calle el próximo miércoles.

Después de que gracias a la presión vecinal y al apoyo del Sindicat de Barri de Carolines y sus militantes, el pasado 3 de julio se consiguiera paralizar el desahucio de ésta familia durante 20 días, nos encontramos de nuevo con la misma situación pasada sin ninguna solución en el horizonte. Cuándo los problemas habitacionales de la ciudad son señalados por el Sindicat en los medios de comunicación, se crea un cierto revuelo en las instituciones que hace remover las ganas de éstas de realizar ciertos movimientos que hagan lavar su imagen respecto a los ciudadanos alicantinos, pero pocas son las concreciones en verdaderas soluciones para los casos que nos encontramos en el día a día. Supuestas viviendas adjudicadas que no se concretizan en nada, proposiciones habitacionales que además de no definirse en nada, contribuyen a la gentrificación expulsando a la clase trabajadora de los barrios, promesas a largo plazo que se diluyen en el tiempo. Todo esto nos hace darnos cuenta de la necesidad de organizarnos para intentar frenar y denunciar estas injusticias provocadas por este sistema que nos ahoga.

Una vez más, nos plantamos ante la normalidad capitalista de mercantilizar brutalmente nuestros derechos más básicos como el acceso a la vivienda en condiciones dignas, privilegiando a los grandes propietarios y dejando a la clase trabajadora sin soluciones.

¡Siempre nos tendrán enfrente! Força Sindicat!