Sólida como el diamante
Se requiere fortaleza para resistir con dignidad el aberrante sistema patriarcal.
Se requiere fortaleza para resistir con dignidad el aberrante sistema patriarcal.
Cuando las relaciones están teñidas de miedo, cuando el “otro” es tu peor enemigo.
Un estado de frustración contiene toda la energía necesaria para generar cambios.
Un proyecto vital para la niñez de Guatemala, carente de recursos y marginado por falta de interés.
“Que toda la vida es sueño y los sueños, sueños son”, reza el monólogo de Segismundo.
“Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe,
y en cenizas le convierte
la muerte ¡desdicha fuerte!
¿Qué hay quien intente reinar
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte?”
Su carta es el testimonio de cuánto sufrimiento es posible infligir en un ser indefenso.
Nada tan letal para una democracia como la concentración del poder político.
Cuando se menciona al sistema –cualquiera sea este- como fuente fundamental del fallo de un proceso de gestión gubernamental, se deja de lado algo tan esencial como la participación de la ciudadanía en su papel de objeto. Es decir, ya sea una dictadura o una democracia, siempre existe un objetivo hacia el cual se dirige el discurso, la propuesta o el acto represivo; ese objetivo tendrá un papel en el devenir de los acontecimientos y de él dependerá cuánto poder va a conceder a sus gobernantes.
Para ver brotar talentos como el de Yahaira Tubac es necesario cambiarlo todo.
Para evitar una fiscalización del quehacer público, se torpedea la nave del conocimiento.
Imposible cerrar el calendario con tantos casos no resueltos de niñas y niños desaparecidos.