Todas las hojas son del viento

“Todas las hojas son del viento, menos la luz del sol”
Spinetta
Algunos aprendemos a leer entre líneas y mostramos lo que subyace en los relatos que leemos.
Esto no siempre gusta.
Podemos equivocarnos, claro, pero no somos los únicos.
Hay personas que directamente te borran o bloquean siendo que miramos el mundo desde ventanas muy cercanas y hasta, tal vez, hemos formado parte de las mismas movilizaciones.
Y me detengo en esto porque la otra noche ví en la tele una excelente entrevista a un joven de la izquierda independentista catalana, Gabriel Rufián, 43 años.

Fue bastante extenso y se habló de muchas cosas, pero hay algo que me gustó mucho que lo dijera.
El tipo asumió el error de muchos sectores de izquierda de, en determinado momento, repartir acreditaciones de puristas.
Y esto me llevó a otras conclusiones siempre abiertas.
PENSARNOS
Hacer un currículum de luchas y trayectorias no le sirve al que vive al lado de la mierda desde chico.
Tampoco al que viaja todo apretujado para ir a un trabajo en donde gana, apenas, para llegar al 20 de cada mes.
Sin embargo, hay una especie de superioridad en muchas personas que creen estar más jerarquizadas que otras para defender determinadas causas o para hablar de determinados temas.
Y si no te sumás al coro de moda, o si no sos aplaudidor serial políticamente correcto, sos un hereje, un pesado, un traidor o un vaya a saber qué.
Volviendo al diputado independentista catalán, al que es un lujo escuchar en los debates parlamentarios, dice que para él, Joan Manuel Serrat es intocable. Y todos sabemos que Serrat no estuvo ni está de acuerdo con la independencia de Cataluña

En fin, que el sectarismo, la creación de «tribus» y la jerarquización de las palabras y las personas de acuerdo a cómo hablen, con e o con x, de acuerdo a qué círculos frecuenten, si son más o menos conocidas, han hecho posible, entre otras cosas, que personajes como Milei gobiernen nuestro amado país.
Hay una ausencia absoluta de autocrítica y una incapacidad escandalosa para aceptar la diversidad de los debates: todo el mundo está a la defensiva. Y por ahí, creo que no es.
NUESTROS REFERENTES
Por suerte, muchos de nosotros hemos sido contemporáneos a personas que nos han marcado un camino a través de sus escritos y actitudes.
Y además, algunos, tuvimos el privilegio de entrevistarlos en más de una oportunidad.
Y cito a cuatro, entre muchos otros: Osvaldo Bayer, Nora de Cortiñas, Stella Calloni, Vicente Zito Lema.
El avance ultra en muchos países no solamente se da como una ola reaccionaria ante determinados temas y agendas y bajo la potencia de poderes fácticos.
También se da porque los ultras han sabido comprender mejor que nosotros a través de dónde se entra en el sentir de muchos votantes.
Y siempre doy el mismo ejemplo y perdonen mi falta de creatividad.

Llega un colectivo social con las mejores intenciones a un barrio carenciado y comienzan a conversar con unos jóvenes cuyos padres viven, como ellos, en calles de barro, sin cloacas y al lado de aguas contaminadas.
Sus abuelos también han vivido allí.
Y el colectivo social le empieza a hablar de la importancia del lenguaje inclusivo.
O le dice que “hombre” es igual a patriarcado.
Los jóvenes se miran entre sí, mientras se quitan la bosta de las zapatillas.
Termino como he empezado.
Algunos aprendemos a leer entre líneas y mostramos lo que subyace en los relatos que leemos.
Esto no siempre gusta.
Podemos equivocarnos, claro, pero no somos los únicos.
Néstor Tenaglia Álvarez