La internacional ultra en Buenos Aires
TACONES LEJANOS
No son los tacones de aquellas mujeres hermosas de Almodóvar.
Son los tacones de calzado pijo y, ¿por qué no? de botas.
Les encantaría a estos señoritos (en su mayoría), pero también, a estas señoras, vestir el uniforme verde oliva.
Pero sería muy grosero.
Esta semana se reúnen en Buenos Aires para «unir fuerzas contra los zurdos».
Ahora los golpes contra un estado de derecho y las destituciones vuelan en avión, con maletas, con saco y corbata y ni siquiera.
A veces, sólo basta con Internet y una fábrica de falsedades.
Si a eso le sumamos, unos medios poderosos que amplifican las mentiras y algunos jueces amigos, resulta que tenemos un combo perfecto.
Lógicamente que estos energúmenos necesitan de millones de loros que repitan sus consignas a toda hora y en todos los sitios posibles.
LA LABOR DE LOS LOROS
Estos loros barranqueros del montón, reproducen una falsa realidad que busca atemorizar al vecino desprevenido, al que está pensando en cómo llega a fin de mes, o al que no lee ni mira tele.
Y, aunque parezca paradójico, los efusivos señoritos, generalmente fanáticos religiosos y patriotas con bandera y todo, hablan en nombre de la libertad y contra la opresión «zurda», pero no hablan de su plan económico, ni de su proyecto de país.
¿QUÉ PLAN DE GOBIERNO TIENEN?
¿Y por qué no lo explicitan?
Porque si lo desarrollaran, nadie los votaría.
Y esto no es una opinión, es información que se puede constatar en cualquier hemeroteca.
Cuando los gobiernos de derecha han gobernado, lo único que han promovido es: retrocesos en derechos sociales y laborales, reducción de servicios públicos, desmantelamiento del estado, beneficios fiscales para las grandes corporaciones económicas y financieras, más impuestos para las clases medias y bajas, desregulación del mercado, represión ante cualquier protesta, persecución sindical, y manejo a su antojo de una parte del poder judicial y mediático y de las fuerzas de seguridad del Estado.
¿PARA QUÉ?
Para frenar los avances sociales y la re distribución de la riqueza.
Ellos gobiernan para unos pocos muy ricos, unas élites que están dispuestas a tumbar gobiernos, pero sin mostrar la cara.
Que la cara la muestre el macho alfa españolito o el alienado de la motosierra, o el fanático religioso ultra de Brasil.
Suelen nombrar a la patria y a Dios a cada rato como si esos mantras fueran reales: el único dios que defienden es el dios mercado.
Las derechas de ayer, neoliberales, han dejado de ser «moderadas».
Ahora están los ultras mostrando los dientes, y los incapaces mentirosos asociados a ellos, gobernando regiones o países sin ninguna empatía por lo que provoca su obra de gobierno: angustia, impotencia y muertos.
Pero la última palabra no ha sido dicha: las calles son nuestras y la democracia se defiende, también, en ellas.
Néstor Tenaglia Álvarez
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