Tiempos Modernos •  06/02/2015

Hablemos de Esfuerzo

Hablemos de Esfuerzo

Que importante es el esfuerzo en nuestros tiempos. A falta de oportunidades hay que esforzarse para crear, darlo a conocer y venderlo en el mercado. Da igual de lo que se trate, ropa, zapatillas, cepillos, teléfonos, libros, ideas, cuadros. Hay que esforzarse en vender para poder comer.

El esfuerzo es un valor y una capacidad que todos esperamos del resto de personas. En el fútbol gritamos y nos enfurecemos si los jugadores de nuestro equipo no se esfuerzan lo suficiente. En el trabajo decimos que los del departamento tal o cual son unos vagos que no se esfuerzan. Todo el mundo debe esforzarse.

Cada día hay que empezar de nuevo para salir adelante. Si se cumple esta premisa está claro que el éxito no tardará en llegar:

esfuerzo =  mucho dinero = éxito

Esta fórmula me la han lanzado a la cara desde que soy niño, la tele la repetía constantemente, las maestras, las profesoras, y sigue y sigue.

Cada día hay que empezar de nuevo para salir adelante.

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Esta maldita idea esconde cinismo reconcentrado. Cada día no hay que empezar de nuevo, cada día no hay que sembrar, cada día no hay oportunidades. Cada día sí que es el reflejo de lo anterior. Esta fórmula esconde la premisa que todos nacemos iguales i con las mismas oportunidades. ¡Y un carajo!

Esta fórmula nos conduce a la siguiente conclusión:

esfuerzo = mucho dinero = éxito    ->    no esfuerzo = poco dinero = fracaso

La gente pobre lo es por qué no se esfuerza. Los pobres son vagos que no quieren progresar, si quisieran hacer algo productivo no serían pobres.

Esta fórmula nos lleva  a la siguiente conclusión:

nacemos iguales = mismas oportunidades = gana el más listo

Por lo tanto, quién se hace rico es por qué tiene las mejores ideas y aplica las mejores estrategias. Todo el mundo puede ser rico, por eso los ricos son los más listos.

Esta idea pone en jaque a la misma democracia. Si los más ricos son los más listos, por qué deben decidir los “tontos=pobres”, que decidan los listos que son los que toman las mejores decisiones.

Seguimos jugando:

nacemos iguales = mismas oportunidades = gana el más listo

¿Por qué no limitamos la herencia? ¿Por qué no hacemos que cada generación demuestre quienes son los mejores?

Claro está, aquí el sistema colapsa y ya no existe el esfuerzo individual, sino el familiar.


Tiempos Modernos / 

Andreu Llabina.

@andrullabi

Barcelonés del 86.

Historiador.

Miembro de Observatori Internacional de Conflictes Estela Barcelona.

He colaborado en Tercera Información Catalunya.

Colaborador habitual en la revista de pensamiento y cultura El Ciervo.