Miserias del PSOE de Alcalá de Guadaira.

Esta semana conocíamos la noticia de que el PSOE de Alcalá de Guadaira (Sevilla), había decidido denunciar al único edil que Izquierda Unida tiene en esa localidad, por haber llamado criminal a Mariano Rajoy, en un gesto de rabia que tuvo hace dos meses, al conocerse que tres vecinos de su ciudad habían muerto intoxicados, y que las primeras informaciones atribuyesen  esas muertes a que la familia se alimentaba de productos recogidos en la basura.

A quien no conozca la política de este municipio sevillano, probablemente pueda chocarle el que un grupo municipal -supuestamente de izquierdas-, se haya metido gratuitamente en este berenjenal, para defender al máximo líder de la derecha española. A mí sin embargo no me ha sorprendido. Yo que soy alcalareño por parte de padre, hace mucho que perdí la capacidad de asombro a las decisiones que el PSOE toma en Alcalá, una ciudad en la que gobierna desde tiempos inmemoriales, a  pesar de haber tenido a un alcalde condenado por haber estado implicado en una de las tramas de corrupción más sonadas de la historia de la democracia.

Cualquiera podría entender que- como ha dicho el propio Alberto J. Miranda  que es el concejal denunciado-, el PSOE alcalareño  ha querido con esta acción salir por fin del armario, y reconocer a Rajoy como referente ideológico, pero yo no creo que sea así, ya que el nivel de oportunismo que reina en ese partido local es incompatible con ningún referente -por viciado que éste sea-,  al margen de la propia barriga y los bolsillos de sus dirigentes, y especialmente de su alcalde, ese prohombre de orden y sevillanas maneras que es don Antonio Gutiérrez Limones. En realidad, el verdadero motivo de la denuncia es que al PSOE le molesta la oposición que plantea Miranda, y por eso mismo ya lanzaron una campaña contra él haciendo creer que entre Izquierda Unida y el grupo popular existía una estrategia común, pero como eso no caló y Miranda siguió molestando, ahora han ideado esta torpe estrategia, tan a destiempo que ni siquiera el PP ha querido entrometerse demasiado en el asunto.

Tal vez Gutiérrez Limones debería preocuparse de otras cuestiones, como la enorme tasa de paro que asola al municipio,  la concejala  que tiene imputada por prevaricación, o el cierre de fábricas como Puleva; pero seguramente es que Limones no tiene tiempo de pensar, habida cuenta del enorme desgaste que me imagino tiene que provocarle el compatibilizar su cargo de alcalde con el de senador, y cobrar dietas e indemnizaciones de hasta seis empresas públicas, algo muy cansado pero imprescindible si se quiere llegar a ser rico estando en política, y tener 600.000 euros en el banco, e intervenir chuleando con un chaqué pijo en el Senado, y alternar con Susana Díaz y Pepiño Blanco, y recibir elogios de una patronal que le pone como modelo a seguir, y todo esto señoras y señores sin haber trabajado en su puñetera vida más que en lo público.

Lo que Alberto Miranda dijo literalmente fue que: “el pueblo español se tiene que levantar de una vez, y ese criminal llamado Mariano Rajoy tiene que pasar el resto de su miserable vida entre rejas”.  Yo no sé qué piensan ustedes pero yo no tengo nada que objetar, ya que creo que como dijo Alberto Garzón, ciertamente si Rajoy no está ya en la cárcel es porque en España no hay leyes que se adecúen a la ética, además de por el enorme esfuerzo que su partido está haciendo por silenciar su implicación en el caso Bárcenas. Yo, que seré un trasnochado, entiendo que engañar al pueblo es un crimen, y en todo caso y aunque mi opinión no importase,  ateniéndonos exclusivamente a lo que indica la Real Academia Española, un crimen es “una acción indebida o reprensible”, algo en lo que muchos millones de españoles estaremos de acuerdo incurre el gobierno de Rajoy, con lo que no entiendo a qué viene tanta tontería.

Pero en realidad reconozco que no estoy del todo de acuerdo con que Miranda se expresase así aquel día, ya que para los alcalareños que viven en el barrio de Rabesa soportando calamidades mientras su alcalde se pasea por la ciudad con su Audi A4, el criminal no podía ser sólo Rajoy, ya que también lo era aquel que hace sufrir a su pueblo con políticas nefastas mientras él se enriquece a costa de lo público, y por ello creo que Miranda debía haber hecho extensible su crítica a Gutiérrez Limones; aunque no me hagan caso, yo no he dicho nada, no vaya a ser que Limones encuentre otro hueco en su agitada vida de parásito de lo público y me denuncie a mí también.