Barreda acepta resignadamente el óbito de Caja Castilla-La Mancha
Finalmente parece que Barreda da por perdida la Caja Castilla-La Mancha. Ante las dos opciones posibles, a saber: la intervención del Banco de España o la absorción por otra entidad, los intentos de rescate in extremis se están dirigiendo hacia esta segunda posibilidad, es decir, se está intentando presionar a IBERCAJA para que absorba a CCM.
Como ni una cosa ni la otra tiene relevancia en lo que se refiere a la seguridad de los depósitos pues ambas los garantizarían por igual, pero sí mucha respecto a las consecuencias personales que se puedan derivar para los responsables de haber llevado a la entidad ―CCM, se entiende― a la situación en la que se encuentra; la consigna parece ser evitar, a cualquier precio, la intervención.
Intervenir CCM obligaría a dar cuentas detalladas de porqué esa medida ha sido necesaria y de por qué el Banco de España tiene que tomar el control de la situación; y no es por establecer paralelismos molestos, pero el último banquero intervenido, Mario Conde, acabó preso y aún lo está por muy “abierto” que sea su actual régimen carcelario.
Así se comprende la rápida sucesión de declaraciones que se está produciendo. El pasado día 4 El Confidencial daba la noticia de que IBERCAJA y CCM habían iniciado contactos con vistas a la absorción de la segunda por la primera. Al día siguiente, IBERCAJA negaba la posibilidad de la fusión, considerando infundados los rumores. Un día después, Amado Franco, presidente de IBERCAJA llegaba a la tercera negación, pero ya con sustanciosos matices: «a día de hoy, 6 de febrero, encima de mi mesa no hay ninguna operación concreta y firme en relación al tema de las fusiones», es decir, que sí había operaciones inconcretas y pendientes encima de su mesa. Ayer, 9 de febrero, Alberto Larraz, Consejero de Economía del Gobierno de Aragón, dijo que su Gobierno «no se negaría a que una caja de ahorros aragonesa se fusionara con una entidad de otra comunidad».
En este punto, a María Luisa Araújo, vicepresidenta y consejera de Economía y Hacienda de Castilla-La Mancha, le faltó tiempo para mostrarse tan receptiva como le fue posible: El Gobierno regional estudiaría «con mucho afecto el proceso de integración»
Independientemente de este lenguaje empalagoso que infecta la Corte toledana ―porque, digo yo ¿qué tendrá que ver el «afecto» con una operación de fusión entre bancos o cajas?― lo innegable es que a Barreda le corre prisa, mucha prisa, endosar la «píldora» al primer descuidado que pase por delante de la Puerta de Bisagra con el estómago recio para poder digerirla, y el menor de los males posibles, para él y para su mentor José Bono, es que ese «descuidado» esté bajo el control del mismo partido.
Digo que este es el menor de los males, porque si CCM acaba absorbida por IBERCAJA, Barreda perderá el control absoluto que ahora disfruta en la Caja de Hernández Moltó pero, a cambio, podrá esperar una «razonable» comprensión por parte de sus socios aragoneses, comprensión relativa al reparto de puestos en el nuevo consejo de administración y, sobre todo, «discreción» en cuanto al contenido oculto bajo las alfombras.
Entre tanto, CCM anda procurando deshacerse, cuantos antes, de ciertos activos, no sé si tóxicos o pura y llanamente venenosos, como es el caso del Aeropuerto de Ciudadreal o, si hacemos caso a los rumores que cada día proliferan más por Toledo, de su participación en el campo de golf de Carranque; aunque esto último sería una minucia comparado con otros «negocios» fabulosos como, por ejemplo, el de «EL REINO DE DON QUIJOTE», un complejo ―gravemente herido tras la quiebra de DHO― de locales para timbas al estilo de Las Vegas, campos de golf ―como no podía ser de otra manera― y chalecitos aún por construir y, lo que es peor, aún por vender.
Y es que, si malo ha sido concentrar riesgos en el sector inmobiliario, lo que ha hecho Juan Pedro Hernández Moltó, o quien mande en Juan Pedro Hernández Moltó, ha sido dar un gran salto en el vacío y concentrar, de forma extravagante, riesgos en cuatro constructores de la cuerda del quebrado Luis Portillo, del lírico José María Barreda y del campechano José Bono: Aurelio González Villarejo, Domingo Díaz de Mera, sus socios inseparables los hermanos Barco Fernández y el polémico, sobre todo en Sevilla, Román Sanahuja, por no citar al detenido e imputado en la Operación Malaya, Enrique Ventero Terleira.
Ahora sólo faltaría que la Operación Gürtel, el escándalo de corrupción que Garzón acaba de destapar en Madrid y que ya fue denunciado hace cuatro años por la organización «Manos Limpias», acabara tocando también a CCM, por ejemplo, conectando a la caja con la trama salmantina de la Operación Malaya (Pedro Román, el difunto Emilio Rodríguez Bugallo y Juan María López Alvarez) Y con los asuntos de Majadahonda, sin ir más lejos, a través de Fernando Agulló Díaz-Varela, hasta hace poco consejero de PATRIMONIO MUNICIPAL DE MAJADAHONDA y socio del citado Juan María López Alvarez en alguna que otra sociedad como CORTIJO DEL MORO SA, CLAUDIA ZAHARA 22 SL o MOLA-15…
Habrá que estudiar la cuestión. De lo que caben ya pocas dudas es de que el final de CCM tal y como la hemos conocido, está a la vuelta de la esquina.