Notitia Criminis •  11/01/2009

La operación Mahou-Calderón III. Jacques Hachuel, el socio de Marc Rich que sí acabó en prisión

Otro de los nombres que aparecen sostenidamente unidos a Marc Rich es el de Jacques Hachuel Moreno (puede descargarse un dossier de prensa sobre él desde aquí) Este “financiero” de origen judío, al igual que Rich, nacido en Argentina y criado en Tánger, empezó a alcanzar fama pública en 1987, cuando a través de H CAPITAL se lanzó a la compra de los almacenes “Celso García”. Por esas fechas se le estimaba una fortuna superior a los 13.000 millones de Pts y pocos, más allá de los enterados del gremio financiero e inmobiliario, sabían de su existencia.

Llegó a España en el 59, desde Tánger, cuando la ciudad fue recuperada por Marruecos y sus medios de vida se limitaban a un concesionario de automóviles de la marca Citroën regentado por la familia. Entró en el negocio de las “commodities” (tráfico de materias primas) Trabajando para José Gomendio. Sin embargo, donde realmente se inició la forja de su fortuna fue en PHILIPP BROTHERS, multinacional en la que comenzaron a trabajar juntos él y Marc Rich.

Los dos, Rich y Hachuel, abandonaron esta compañía en 1973 y en unión con otros socios de PHILIPP BROTHERS, entre ellos Pincus (Pinky) Green, fundaron MARC RICH AG, domiciliada en Zug, Suiza. A partir de entonces fue cuando Rich se hizo un nombre internacionalmente conocido, traficando con el petróleo iraní durante el embargo, con la Sudáfrica del apartheid, con las embargadas Cuba y Libia, etc. Por el contrario Jacobo Hachuel permaneció en una discreta penumbra y así, cuando en 1983 el FBI se lanzó a la búsqueda y captura de Marc Rich, entonces el mayor defraudador de la historia de Estados Unidos, y éste huyó a Suiza; Hachuel abandonó formalmente MARC RICH AG y continuó sus negocios en solitario, al menos aparentemente, porque su relación con Rich no sufrió en absoluto por aquella defección como, después, hizo patente el caso Banesto.

A finales de los 80 ya había comenzado a alcanzar cierta notoriedad en España y especialmente en Madrid. Fue socio del grupo británico HERON INTERNATIONAL en la operación de compra de la división inmobiliaria de RUMASA y de las Torres de Jeréz, reprivatizadas entonces por el gobierno español y, particularmente, por Miguel Boyer, ministro de economía de la época, cosa significativa, como se verá más adelante al hilo de las relaciones entre Marc Rich y Petra Mateos.

De aquellos días de finales de los 80, data también uno de los más turbios episodios de la biografía de Hachuel y que supuso que la prensa ligara H SEGURIDAD, una empresa controlada por el citado Hachuel a través de testaferros, con las actividades encubiertas del Mosadd, el servicio secreto israelí, en España.

El 10 de octubre de 1989 “El País” publicó un artículo titulado “Una compañía israelí de alta seguridad opera ilegalmente en España con cobertura de Hachuel“. La empresa de “alta seguridad” era ICTS y esa cobertura, en realidad, se daba a través de H SEGURIDAD. En el citado artículo se especifica que el vicepresidente de ICTS, Menachem Bacharach, era un teniente coronel del Ejército de Israel que había trabajado 15 años para los servicios de seguridad de su país y para la compañía aérea EL AL, también de Israel. El presidente Dan Issacharoff era, igualmente, un militar de alta graduación. Es más, el vicepresidente ejecutivo de la compañía a fecha de los hechos, Moshe Lan, reconoció en una entrevista dada a “El País” que toda la directiva de ICTSsomos ex funcionarios de seguridad del Gobierno israelí” y que el hijo de Bar Leuf, jefe de la policía israelí y el adjunto de éste, Tarki, si bien no estaban contratados por ICTS, sí tenía relaciones con la compañía. Naturalmente el señor Moshe Lan negó cualquier relación con el Mossad o con actividades de espionaje en España. También aseguró que el hecho de que su sede social en Londres estuviera localizada en un sótano de un gris barrio de la ciudad se debía a que “los alquileres en Londres son caros“.

Lo cierto es que la llegada a España de ICTS precedió a la constitución de H SEGURIDAD, según reconoció el propio Moshe Lan en la entrevista citada, de modo que bien podría sospecharse que H SEGURIDAD fue creada con el fin de servir de tapadera a ICTS y a sus actividades en España dentro de un sector, el de la seguridad, especialmente regulado y estratégicamente sensible. Esta sospecha se acrecienta si tenemos en cuenta que algunos de los más significativos clientes de ICTS estaban relacionados con Hachuel y con Marc Rich. Así ocurría, por ejemplo, con la inmobiliaria británica HERON, a la que ya hemos visto actuar junto a Hachuel en la compra de las Torres de Jerez; los almacenes Celso García, adquiridos por Hachuel; y la compañía ALFA JET, propiedad de Marc Rich y con Hachuel de socio. Sin embargo, uno de los clientes de mayor trascendencia por los hechos que se iban a producir algunos años después, fue Mario Conde, el presidente de Banesto.

Además, en el mes de agosto de 1989, sorpresivamente, todos los poseedores de participaciones de H SEGURIDAD recibieron la orden de venderlas. Dicha venta se realizó al bufete de Jorge Trías Sagnier, que retuvo esas participaciones como fiduciario. De quién era fiduciario o testaferro Jorge Trías quedó claro cuando Moshe Lan, en la entrevista citada, declaró que “creo que lo que pasó es que Jacques Hachuel decidió vender CELSO GARCÍA, decidió vender también ALFA JET, y H SEGURIDAD es un negocio muy pequeño para él. Entonces nosotros pusimos el asunto en manos de Trías porque queremos seguir trabajando en España“.

Curiosamente, la precipitada venta de H SEGURIDAD se produjo después de que el el 29 de junio de 1989 tuviera entrada en la Jefatura Superior de Policía de Valencia un escrito de denuncia presentado por el detective privado Juan de Dios Vargas
contra ICTS por actividades ilegales en España y por intrusismo profesional. Tras la venta de las acciones de H SEGURIDAD, también se supo que la policía no tenía conocimiento, como correspondía según la normativa aplicable, de la citada venta ni de su comprador real. Por su parte, el Gobierno de Israel declinó cualquier responsabilidad por la actuación de empresas de seguridad dirigidas por sus nacionales, en el extranjero.

Para acabar de liar esta manta hay que añadir que ni Jacques Hachuel ni ningún miembro de su familia ha figurado nunca como propietario de las acciones de H SEGURIDAD. A pesar de ello, la vinculación entre esta mercantil y H CAPITAL, entidad inversora desde la que opera el Grupo de Hachuel, y H SEGURIDAD; es evidente por la coincidencia de nombres en los distintos consejos de administración. Entre esas coincidencias, “El País” citaba una especialmente: “Entre los fundadores de ambas empresas (H SEGURIDAD y H CAPITAL) figura Coloma Armero, una abogada vinculada al bufete de José Mario Armero“.

A más de lo dicho, el fiscal que instruía el caso de su antiguo socio Marc Rich en Estados Unidos señaló que éste, es decir Rich, había trabajado para el Mossad y le definió como “uno de los mayores traficantes de información secreta del mundo“. Es más, un ex jefe del Mossad, Avner Azulay, ocupa el cargo de Director General de la Fundación Rich.

Pero la actividad de Jacobo (Jacques) Hachuel Moreno no se ha limitado a su relación más o menos “hipotética” con servicios secretos extranjeros. En octubre de 1990 saltó a la prensa lo que se llamó el “caso del fraude del IVA”. Más de 142 grandes empresas habrían defraudado unos 5.000 millones de Pts de las de entonces comprando facturas falsas a otras 54 pertenecientes a una trama societaria controlada por Pedro Bou. En aquel momento, los abogados de los detenidos declararon que sus representados habían vendido facturas falsas a, entre otras empresas, H CAPITAL, dominada por Hachuel y el mismo día en que si hizo pública la noticia, la sede de esta empresa fue registrada por la policía judicial. Una oleada frenética de “declaraciones complementarias” del IVA consiguió que en esta ocasión el peligro pasara rozando la sien de Hachuel y de otros notorios responsables de las empresas implicadas.

Peor suerte corrió el socio de Marc Rich cuando se desencadenó el “Caso Banesto“. Su implicación, como no podía ser de otra manera, resulta considerablemente compleja y, por tanto, demasiado extensa como para entrar en detalles ahora. De ella da cuenta pormenorizada la Sentencia de la Sala de lo Penal del Tribunal Supremo 867/2002, de 29 de julio, que se puede descargar desde aquí.

En cualquier caso, Jacques Hachuel Moreno fue condenado a cuatro años de prisión menor y la accesoria de suspensión de todo cargo público durante el tiempo de la condena. También resultó obligado a pagar a BANESTO una indemnización de 1.344 millones de Pts. a más de las costas del proceso.

Por otro lado, el nombre de Marc Rich tampoco fue ajeno a este caso. Entre las muchas operaciones turbias o puramente delictivas que destapó el “Caso Banesto“, la de la compraventa de la de la urbanización Belleuve, en Alcudia, Mallorca, sirvió para poner de manifiesto la implicación de Rich en las tramas financieras tejidas por Mario Conde y sus Consejeros, entre ellos, Hachuel.

A consecuencia de la compra por Marc Rich de la citada urbanización, propiedad de BANESTO, en la que actuó como intermediario Alejandro Arroyo Díaz Merry (suegro de Mario Conde) éste recibió una comisión de más de 7.379.000 $, unos 800 millones de Pts. al cambio de la época tal y como se demostraba por la existencia de cuatro cheques por importe total de esa cantidad que el tal Alejandro Arroyo recibió en Zurich, según informó entonces “El Mundo“.

Una parte de ese dinero, aproximadamente unos 400 millones de Pts. fueron desviados a la cuenta 13.0.60-50L del BFC BANK (Cayman) Ltd. domiciliado en en la isla de Gran Cayman, paraíso fiscal por excelencia. Antes de eso, las comisiones fueron blanquedadas mediante una cuenta interpuesta del BANCO BILBAO AG de Zurich, es decir, para que no haya ninguna duda, de la sucursal suiza del BANCO BILBAO.

Las comisiones de esta compraventa fueron pagadas por las sociedades holandesas TUVOR BV y BELEGGIUSMAATCHAPPIJ BV. “Dicho pago se efectuó mediante el procedimiento de ‘blanquear” cuatro cheques al portador, emitidos por las firmas autorizadas contra una cuenta corriente de Nueva York vinculada a las operaciones mercantiles de Marc Rich, empresario que controlaba las dos sociedades compradoras“. Esos cheques fueron los que, precisamente, tuvieron entrada en las oficinas suizas del BANCO BILBAO el 8 den noviembre de 1988.

La cuestión, no obstante, se complica porque Alejandro Arroyo, lo más que reconoció haber recibido por su intermediación en la compraventa en cuestión, fueron 80 millones de Pts. Naturalmente Arroyo podía estar mintiendo aunque no había mucho motivo puesto que el pago de una comisión por intermediación, en principio, no es ilícita y, además, así estaba estipulada en el contrato de compraventa.

Por lo tanto, si el suegro de Mario Conde, no había recibido más que 80 millones de Pts. como bien dijo Carlos Schvartz en su artículo de “El Mundo”, debía de haber otro u otros perceptores de esa comisión que permanecieron ocultos: “la hipótesis más consistente es que en el reparto de las comisiones de esta operación ha habido tres receptores, de los cuales dos siguen en la sombra. Estos perceptores serían personas del grupo Banesto

Cuando BANESTO quedó intervenido, la cuestión de Belleuve se tapó discretamente, lo cual no es extraño puesto que esa intervención puso a la cabeza de BANESTO a ejecutivos del BANCO BILBAO BIZCAYA y no parece razonable pensar que estos tuvieran mucha apetencia por explicar el papel de su sucursal suiza en el blanqueo de los talones con los que se pagó la comisión de marras.

Lo cierto, como continúa diciendo Carlos Schvartz en su artículo, es que “el contacto de
Mario Conde con Marc Rich fue facilitado por Jacques Hachuel y no por Alejandro Arroyo. A nadie le pueden caber dudas de que Marc Rich sabía perfectamente a quién pagaba las comisiones -más del 10% del total de la operación- máxime con los antecedentes del empresario“.

Esto es cierto, aunque incompleto. Es cierto porque Jacobo Hachuel era miembro del equipo directivo de Mario Conde al frente de BANESTO y hombre de su confianza, tan de su confianza que acabó condenado y preso junto a aquél cuando el Caso Banesto llegó a los tribunales. No obstante es incompleto, porque entre Marc Rich y Mario Conde existía otro eslabón de mayor relevancia que el de Hachuel dadas sus conexiones políticas, aunque consiguió mantenerse más en la penumbra que éste. Ese eslabón era Petra Mateos-Aparicio Morales, jefa del gabinete de Miguel Boyer cuando éste fue ministro, consejera de Banesto junto a Mario Conde y, también, asociada a Rich en RON INVESTMENTS, donde fue nombrada Consejera en 1991 y donde permaneció, con distintos cargos, hasta 1997 para refugiarse luego a la sombra de José Bono como presidenta de TELECOM CASTILLA-LA MANCHA, Consejera de CAJA CASTILLA-LA MANCHA CORPORACIÓN, vocal de CCM y presidenta de HISPASAT e HISPASAT CANARIAS, una vez que su mentor José Bono llegó al Ministerio de Defensa.

Pero de Dª Petra Mateos, natural de La Solana, Ciudad Real y asidua, casi compulsivamente, a bodas, banquetes, bautizos, congresos, conferencias, exposiciones, aniversarios, sepelios, etc. etc.; se hablará en la siguiente entrega y con detenimiento, pues lo merece.


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