Tiempos Modernos •  14/11/2014

De paseo por el 9N

De paseo por el 9N

He tardado casi una semana en lograr sentarme y escribir lo vivido alrededor del 9N. No quiero que parezca dramático, pero es bueno tener la cabeza fría para hablar de algo tan sensible como los sentimientos la gente.

Quizás sea bueno que me presente. Mi nombre es Andreu, tengo 28 años y soy de Barcelona, toda mi vida he vivido en el barrio de l’Esquerra de l’Eixample. No tengo especial interés en contaros mi vida, pero creo que es importante la contextualización de quién os escribe.

Lo mejor será que empiece a escribir como he vivido la larga previa a la votación (ilegal).

El martes día 4 de noviembre el Tribunal Constitucional volvió a prohibir la votación; aunque esta ya no era legal y se entendía como un acto estrictamente simbólico. Hasta ese día no tenía demasiado claro si ir a votar o a pasar el fin de semana con mis amigos. La decisión del Tribunal me cabreó, a mí y a todos los que me rodean, así que decidí ir a votar con el corazón y dejar de dar vueltas al asunto (si voto le hago el juego a Mas, si no voto le hago el juego a Rajoy, etc).

Ese mismo martes a las diez de la noche estalló una cacerolada de diez minutos, este acto se repetiría cada noche a la misma hora hasta el sábado por la noche en señal de protesta por no poder votar ni simbólicamente.

La situación en los bares era graciosa, la gente hablaba del tema. Como hace dos años que “el derecho a decidir” copa las tertulias uno se limitaba a escuchar en distintas bocas exactamente los mismos argumentos: voy a votar por…, no se puede votar por… Por primera vez deseé que alguien hablara de fútbol.

El papel de los medios de comunicación públicos ha sido terrible, tanto TV3 como TVE1 no han estado a la altura. El día que la televisión catalana promueva del mismo modo una huelga general como ha sucedido con la consulta nos convertiremos en la sociedad con mayor conciencia social de la historia de la humanidad. De televisión española no os hablo porqué ya sabéis en lo que se ha convertido.

Durante meses se ha repetido constantemente que votar es un símbolo de libertad, y claro, todo el mundo quiere ser libre, la contraposición era un PP tirando gasolina al cabreo de la gente, un PSOE en medio de una operación cosmética. La posición de IU fue totalmente silenciada.

La desorientación ha sido mayúscula. Se puede ver en la abstención, pero quién quiera apoderarse de los que no votan es que no ha entendido nada. El miércoles 12 de noviembre Rajoy me volvió a sorprender diciendo que había más catalanes que independentistas[1]. El cachondeo fue mayúsculo, como cuando dijo que le gustaban los catalanes porqué hacían cosas[2].

Volvamos al asunto. El martes ya había decidido que votaría, y el sábado después de escuchar al Presidente Mariano Rajoy ya supe cual sería mi voto.

Y el 9N llegó, bajo la amenaza de la delegada del Gobierno en Catalaunya y de la fiscalía de empapelar a los responsables de los centros públicos que los cediesen para realizar las votaciones, bajo la prohibición del Tribunal Constitucional, votamos más de 2.000.000 de catalanes.

En mi centro electoral, el IES Ernest Lluch, el mismo en que voto siempre, tardé siete minutos en hacer la cola para poder dejar la papeleta. Había siete mesas, en cada una se votaba según la letra del apellido. Como de costumbre voy con un amigo del barrio a votar, él me acompaña y luego lo acompaño dónde le toca. Visitamos un colegio electoral de camino, el CEIP Joan Miró, en el que había una muchedumbre en la entrada, la gente se abrazaba alegre por poder votar, algunos iban con la Estelada colgada al cuello, no compartí ese sentimiento, pero entendí que para algunos ese día era muy especial.

Finalmente llegamos al CEIP Els Llorers, de tanta cola que había nos fuimos y volvimos por la tarde, la cola llegó a ser de más de una hora y media para poder votar, en ese centro había un mínimo de siete mesas.

Cola CEIP Els Llorers

Además de la votación, en la puerta de los colegios electorales había mesas de recogida de firmas para denunciar al Gobierno Español ante tribunales internacionales.

Toda la gente que montó el dispositivo eran voluntarios, los que estaban dónde voté los conozco, vecinos, antiguos profesores y conocidos. Tuve ganas de decirles que también se movieran por la sanidad, la educación, o el derecho a la vivienda, no dije nada. Envidio como se han organizado para movilizarse tanto y tan bien.

Una vez cerraron los colegios volvió el ruido y pasó lo que todos sabíamos que pasaría, que después del 9N llegaría otro lunes al sol para muchos.

 

Notas.

[1] https://twitter.com/marianorajoy/status/532497305921126400

[2] http://www.elplural.com/2012/10/29/rajoy-me-gustan-los-catalanes-porque-hacen-cosas/


Tiempos Modernos / 

Andreu Llabina.

@andrullabi

Barcelonés del 86.

Historiador.

Miembro de Observatori Internacional de Conflictes Estela Barcelona.

He colaborado en Tercera Información Catalunya.

Colaborador habitual en la revista de pensamiento y cultura El Ciervo.