Impressões de um Informático •  15/10/2009

Su ¿paz?

Su ¿paz?

“Hay que respetar las opiniones de los demás aunque no coincidan con las nuestras”. Esta frase, aunque muy justa en su esencia original, ha sido pervertida como tantas otras expresiones y conceptos por la peor escoria de la sociedad y utilizada para apoyar posturas que promueven la discriminación social de otras personas. Muchos de los que la utilizan consiguen enmascararse como demócratas cuando en realidad lo que buscan es la impunidad de sus acciones y sus actitudes, así como perpetuar sus privilegios.

Así encontramos en este grupo a los taurinos “demócratas”, supuestamente más moderados que los taurinos radicales. Les escucharemos decir “nosotros respetamos a los anti-taurinos, nos parece que defienden un mensaje noble, pero ellos también tienen que respetar a los que no pensamos como ellos y consideramos la tauromaquia un arte”. Buscan con esto, mantener su fiesta nazional que consiste en la tortura de animales para goce y disfrute de una pandilla de psicópatas que gusta de ver como corre la sangre de un toro.

Nos encontramos también a los neomachistas, que cínicamente se muestran como feministas, que consideran que la igualdad entre hombres y mujeres ya está conseguida puesto que la mayoría de constituciones y leyes de los países del mundo occidental ya reconocen la igualdad de derechos en un papel. Olvidan que la realidad sigue siendo que las mujeres continúan siendo discriminadas en determinados ámbitos, ganando menos dinero, siendo excluidas de los cargos directivos de las empresas, obligadas a prostituirse, tratadas como inmorales por disfrutar del placer del sexo, terminando muchas asesinadas a manos de sus maridos… con lo cual se posicionan contra las políticas que pretenden acabar con esta situación actual. Estos neomachistas “demócratas” solo buscan perpetuar su situación de superioridad de facto sobre las mujeres e incluso apelarán a una falsa “igualdad” para conseguirlo.

Tenemos también a los monárquicos. Dicen que es tan legítimo defender una república como una monarquía y no dudarán en decir que el rey es muy campechano y bonachón, que un jefe de estado cobra siempre un montón de dinero de las arcas públicas y que por tanto no tiene sentido protestar porque este señor y su familia gobiernen todo un estado o nación de naciones por simple derecho de sangre. Mantienen con su postura a un individuo que está por encima del resto de ciudadanos y que goza de mayores derechos, situándose ellos mismos si hace falta como súbditos fieles y obedientes.

Otros nuevos “demócratas” que nos encontramos hoy en día es a los que dicen defender el bilingüismo cuando realmente buscan la imposición lingüística del castellano sobre los demás idiomas de la península. Nos dirán que tienen tanto derecho como los “nacionalistas” a defender su postura, como si ellos no fuesen los primeros ultranacionalistas. Ignoran la situación de discriminación que sufren los hablantes de gallego, asturiano, euskera, catalán y aragonés en las comunidades en las que se hablan estas lenguas, más allá de su supuesta oficialidad (o no), y en donde la ausencia de una normalización lingüística solo permite llevar una vida plena si cambiamos al castellano. Buscan, con su postura, frenar a los movimientos de defensa de las lenguas para que la situación actual no cambie y se acabe imponiendo el castellano definitivamente.

Lo más irritante de estos “demócratas” es la defensa que hacen de su derecho a la tranquilidad. Así los capitalistas “demócratas” seguirán defendiendo su derecho a amasar fortunas, a mantener sus beneficios, a pagar menos impuestos, a privatizar los servicios públicos de la ciudadanía, a tener un trato preferente… mientras se oponen a toda política que busque encontrar un mejor equilibrio social y de la riqueza o una mejor gestión de los recursos naturales, que busque acabar con un sistema que crea más pobres que r. Cuando algún paria perturba su paraíso al intentar reclamar los derechos que le son negados, apelarán a la “paz” para lograr la desmovilización de los oprimidos, para perpetuar el sistema del terror que mantiene a dos tercios de la población mundial en la pobreza más extrema.

Es muy fácil defender la paz en un sistema que te beneficia y que se impuso por la fuerza, incluso con violencia cuando fue “necesario”. Más difícil es defenderla cuando no tienes dinero para comer todos los días, cuando te deniegan un ascenso por ser mujer, cuando no puedes llevar una vida medianamente justa, cuando las políticas aprobadas por el bipartidismo solo benefician a los de siempre.

¿Os parece eso paz? A mí no, yo no quiero su “paz”.


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Soy programador informático y activista a favor del software libre. Simpatizo con diversas causas como puede ser la libertad de la información, el socialismo, la coexistencia pacífica, el feminismo, el derecho de autodeterminación de los pueblos, el ateísmo, la libertad lingüistica, la autogestión obrera, la unión de la clase trabajadora, la solidaridad y cooperación entre los pueblos o el antifascismo.