El País rompe con el New York Times tras la publicación de un artículo crítico: “los medios españoles son presionados por el gobierno y la deuda”
Ampollas levantadas y sangre por el artículo sobre la escasa solvencia y pérdida de independencia editorial de la prensa española que The New York Times publicó el pasado 5 de noviembre. El diario más afectado por esas críticas, El País, ha decidido romper sus largas relaciones con el medio neoyorquino. “El País no ha publicado este jueves el suplemento de 12 páginas con artículos de The New York Times que venía difundiendo todas las semanas desde mayo de 2004.” Así, lo señala el digital infolibre.es quien asegura que según le han confirmado “fuentes oficiales de Prisa, no se volverá a publicar porque la colaboración entre ambos se ha cancelado de forma “definitiva”.”
Indignado, señala El País que el artículo que dio origen al conflicto “apareció en la portada de la edición norteamericana en papel el viernes 6 de noviembre, fue traducido al español y publicado en la sección América de The New York Times cuatro días después, este martes 10 de noviembre, así como difundido a través de las redes sociales”.
El diario estadounidense informó de la “tormenta perfecta” que ha sufrido en España la industria de la información, acosada por grandes deudas que han provocado una rápida reestructuración financiera que ha llevado a la pérdida de su puesto de trabajo a 11.000 periodistas en siete años y a la pérdida de libertad de los editores para decidir qué noticias ofrecer o cómo, favoreciendo a las entidades a las que deben enormes cantidades de dinero. También citó el informe crítico sobre la situación de la libertad de información en España de International Press Institute, publicado esa misma semana.
Postdigital analizó el artículo de Raphael Minder el pasado 6 de noviembre remarcando cómo el periódico estadounidense “destripa la libertad de prensa española, sometida por el Gobierno y los bancos”: New York Times también disecciona al diario El País, recogiendo las denuncias de los periodistas del periódico español sobre la eliminación o modificación de artículos en su web, como los que hacían referencia a Qatar en un momento en el que el grupo Prisa negociaba con una empresa qatarí para que invirtiera en su grupo empresarial. O también artículos críticos con Telefónica, incluida en el grupo Prisa, que fueron alterados en la publicación del diario, motivo por el cual dos periodistas de su redacción decidieron dimitir recientemente.
El artículo pudo ser el detonante del despido del veterano periodista Miguel Ángel Aguilar, que en ese reportaje se mostró crítico con los principales diarios españoles. Estas fueron algunas de sus sinceras reflexiones en el artículo crítico: “los periódicos están en manos de los acreedores y también en las de un gobierno que ha ayudado a convencer a esos acreedores de que los rotativos deben conservarse vivos aunque sigan asfixiados debido a sus deudas […] Esta es una situación de dependencia que ha hecho un daño terrible a la credibilidad de los medios de comunicación en este país”. Con tono melancólico, Aguilar añadió que “trabajar en El País era el sueño de cualquier periodista español […] ahora hay gente tan exasperada que se está yendo, a veces incluso con la sensación de que la situación ha alcanzado niveles de censura”. El reputado periodista, que tenía una columna semanal en El País desde el año 1994, fue despedido fulminantemente el pasado martes: “le llamó José Manuel Calvo, el jefe de opinión, y le dijo que para liberarle de la presión que denunciaba en el artículo de The New York Times quedaba suspendida su columna”.
El NYT también recogió críticas de Juan Pedro Velázquez-Gaztelu, que dejó El País hace dos años y ahora es el jefe de la oficina de Madrid de Alternativas Económicas: “creo que no existe un momento peor para la libertad de expresión en España desde la muerte de Franco”.
El resentimiento de El País hacia el periódico norteamericano no se queda ahí. A la cancelación del suplemento hay que sumar un par de noticias que estos días pretenden devolver infructuosamente la bofetada; Los editores responden a las acusaciones de ‘The New York Times’ [1] y Crisis en `The New York Times´. Los problemas económicos limitan la expansión de ‘The New York Times’ [2].
En el primer texto, AEDE califica como “caricatura de la realidad informativa española” la crítica del NYT que no “describe la realidad” de la prensa. Añade que el reportaje es “desafortunado” y está lleno de “convencionalismos sin contrastar”, algo “particularmente sorprendente en un medio de tanto prestigio”, pero no cita en ningún momento el informe sobre la situación de la libertad de información en España del International Press Institute, en el que se basa en buena medida el artículo del NYT.
Concluye la Asociación de Editores de Diarios Españoles: “la libertad de prensa goza de muy buena salud y lo demuestran los más de 17 millones de lectores fieles que eligen la prensa como el mejor medio para informarse”, pero omite la evolución de los últimos años, y que desde el comienzo de la crisis los diarios impresos han visto reducidas sus ventas en más de un 30% y su difusión en casi un 40%. Es más, El País ha perdido unos 800.000 lectores desde 2008 según informó el portal especializado prnoticias en abril de este año. Esa situación podrá definirse con muchas expresiones, pero nunca con la cínica “muy buena salud” empleada por la AEDE.
La otra noticia -o pataleta de niño mimado- se publica justo tras la ruptura de la relación entre ambos rotativos, y recoge trapos sucios como el despido de 300 periodistas desde 2008, las pérdidas de 1,5 millones de dólares el pasado año, y la deuda total de 430 millones. Concluye su pataleta relatando el desembarco del magnate mexicano Carlos Slim, propietario de algo más del 12% de las acciones, una “vinculación ha suscitado dudas sobre la dificultad para The New York Times de mantener su línea editorial independiente con un accionista de tanta influencia en el país en el que va a tener una nueva edición”. La paja en el ojo ajeno, y eso que el periódico estadounidense ni siquiera hizo referencia en su reportaje a detalles tan feos como que seis entidades financieras, una inmobiliaria, Telefónica y Rucandio son propietarias del 52,9% de las acciones del grupo PRISA, o a los 129 periodistas despedidos de El País vía mail en 2012.
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[1] http://politica.elpais.com/politica/2015/11/12/actualidad/1447357988_299143.html
[2] http://economia.elpais.com/economia/2015/11/12/actualidad/1447283141_805260.html