Otra querella contra Notitia Criminis que se va a la papelera
En la primavera del año 2010 el que entonces era director de los servicios jurídicos de Sacyr-Vallehermoso, el abogado Fernando Agulló Díaz-Varela, consideró calumniosa e injuriante la información contenida en uno de los artículos publicados aquí: “Fernando Agulló Díaz-Varela, un eslabón político en los negocios toledanos de los “malayos” Román, Arteche y el presunto mafioso Gianni Montaldo“.
Decidido a acabar con la tropelía, con el blog y con quien lo escribía buscó, como antes habían hecho el presidente de la Diputación de Toledo y el presidente del parlamento regional de Castilla la Mancha, a la sazón José Manuel Tofiño y Gregorio Fernández Vaquero, lo mejor de lo mejor, uno de esos despachos que, sin menguar el valor de su ciencia jurídica, tienen guardados en sus cajones unos espeluznantes listines telefónicos.
Así pues, el señor Agulló no contrató los servicios del bufete Garrigues, como habían hecho los citados Tofiño y Fernández para cosechar un fracaso estrepitoso, sino los del renombradísimo letrado D. Nicolás González Cuellar Serrano, el mismo que aparece fotografiado arriba, imponente en su despacho de Madrid.
El Señor González Cuellar ha tenido clientes señalados, el ministro Soria, por ejemplo o la propia Ana Botella que lo contrató para eximir de responsabilidad al Ayuntamiento del que era alcaldesa en el caso Madrid-Arena, a más de, por ejemplo, el que fuera presidente de la CEOE y que ahora es presidiario de derecho común, Gerardo Díaz Ferrán, el propio juez José Antonio Martín, acusado de asesorar al abogado del narcotraficante Rafael Bornia, y a los propietarios de la constructora AIFOS, punto neurálgico de la trama del caso Malaya; pero sobre todo, es también parte de una importante saga jurídica a la que ya pertenecía su padre, el fiscal D. Antonio González-Cuellar García, de reputadísima carrera y que ocupó el puesto de Vocal del segundo Consejo General del Poder Judicial bajo la Presidencia de Antonio Hernández Gil.
En fin, que cuando se dispara contra Notitia Criminis, se dispara con calibre grueso. Sin embargo, a pesar de tal derroche de fuerza ofensiva, de tanto ímpetu belicoso, recientemente, el Juzgado de Instrucción nº 46 de los de Plaza de Castilla ha archivado la querella que, en nombre de Agulló Díaz Varela, había interpuesto el ilustre letrado Nicolás González-Cuellar. Otra vez, ni con obuses de los de 203 m/m se rinde esta plaza.
Podría aconsejar a tan descomunales y desaforados querellantes, pasados o futuros, que mejor contrataran mis servicios, sin embargo es notorio que carecen de recursos para pagar mi minuta y mi vergüenza.
Bien, que pase el siguiente.