Tiempos Modernos •  23/11/2014

Hablemos de ilusión

Hablemos de ilusión

He sido del Barça toda mi vida, de pequeño sabía casi todos los jugadores y entrenadores de fútbol que habían pasado por el club. Mi primer gran recuerdo culé fue cuando me fotografié con los jugadores del Dream Team  en la hierba del Camp Nou. Era la temporada 1993/94 y el Barça ganó por 4 a 0. Todavía puedo escuchar los balones que estrelló Koeman contra la portería de Ablanedo II, el arco temblaba.

De un equipo maravilloso y campeón pasamos a un caos deportivo e institucional, vinieron Bobby Robson, después Van Gaal, Serra Ferrer, Carles Rexach, Van Gaal de nuevo y Radomir Antic. Entonces llegó Frank Rijkaard de la mano de Joan Laporta (temporada 2003/04), y volvió la estabilidad.

Durante los años del desierto nunca dejé de animar y ver los partidos de mi equipo. Cuando la apatía entró en los cromosomas culés seguía esperanzado en cada año y en cada encuentro. Tenía fe hasta cuando los mejores del equipo eran Patrik Kluivert, un delantero holandés que se dedicaba a controlar balones imposibles en el borde del área, y Carles Puyol, un defensa arrollador con más corazón que técnica. En esos momentos me sentía culé al 100% y no soportaba un “entorno” quejica incapaz de animar o de llenar el campo.

La segunda vez que fui al Camp Nou Iván De la Peña se lesionó de gravedad al inicio del encuentro. Fue durante la segunda etapa de Van Gaal. Antes de terminar el encuentro se hizo una gran “pañuelada”. No recuerdo nada más, únicamente la gente silbando, creo que esa tarde se perdieron los tres puntos.

Volvamos al punto en que llega Laporta con Rijkaard. El club pasó a llevarse cómo un colmado de barrio chanchullero, a darle la forma de una gran empresa. Volvió la ilusión en gran parte a Ronaldinho, un brasileño mágico que enamoró con su juego alegre. Volvía la vida después de Johan Cruyff.

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Y se volvió a ganar, y se conquistó Europa, y la afición del Barça creció, de repente todo el mundo era del Barça. Qué fácil es sumarse cuando las cosas van bien. En mi mente seguían los años en que se anunciaban los fichajes de Saviola, Riquelme, Overmars, la marcha de Figo, la chilena de Rivaldo contra el Valencia. Algunos nuevos culés se atrevían a dar lecciones de barcelonismo. En fin, no sirve de nada reprochar.

Saltemos hasta la temporada 2007/08. El Barça regala la Liga a pocas jornadas de la conclusión del campeonato. Ese equipo que había devuelto la ilusión, ese equipo que jugaba por Europa sin miedos, ese equipo que daba sensación de control y seguridad, que se podía medir contra cualquier equipo y ganar. Ese equipo se dedicó a la fiesta, a hacer el gamberro y parrandear. Ese equipo mató mi ilusión por el Barça.

El siguiente año cogió las riendas del primer equipo Pep Guardiola (el Profeta del barcelonismo). La temporada 2008/09 fue la mejor de la historia. Pero no la disfruté, a penas vi partidos. Claro que vibré con el golazo de Iniesta en Stamford Bridge, y con la victoria en la final de Roma, y con las jugadas de Messi. Pero no era lo mismo, disfrutaba los momentos puntuales. Me habían disgustado demasiado el año anterior.

Que quiero decir con todo esto, pues que algo parecido me ha pasado con la izquierda transformadora de este país. Me alegro que muchos se sumen al carro (hablo de proyecto, no de siglas), me alegro y estoy esperanzado que tanta gente quiera cambiar las cosas, que irradien ilusión por cada uno de sus poros. Pero yo no puedo, las últimas elecciones Europeas me dolieron, no el resultado, que fue buenísimo, sino el proceso.

Desconozco si el “Guardiola” ya ha tomado las riendas o las está tomando, no sé si mi Barça sigue siendo el Barça o ahora es el FCB. Vamos, que hablo de IU y Podemos, hablo de Pablo Iglesias y de Alberto Garzón, hablo del proyecto por encima de siglas. Hablo de mi. Hablo de sentimientos, de la ilusión. Todavía me dura el cabreo, siento esta ola en el cuerpo sin que me arrastre. Lo mismo que me sucedió con el mejor equipo de la historia.


Tiempos Modernos / 

Andreu Llabina.

@andrullabi

Barcelonés del 86.

Historiador.

Miembro de Observatori Internacional de Conflictes Estela Barcelona.

He colaborado en Tercera Información Catalunya.

Colaborador habitual en la revista de pensamiento y cultura El Ciervo.