Paremos al fascismo

Las derechas y ultraderechas de Occidente están nerviosas. Creen en la democracia si solamente se ajusta a sus intereses y si los resultados electorales les favorece.
Amparadas por el poder mediático, empresarial y judicial que les garantiza público, dinero e impunidad, juegan sus cartas esparciendo estigmas diversos y cuando pierden elecciones llaman a desconocerlas y a degradar la voluntad popular. El desaliento se convierte en un dogma a repartir en redes sociales.
Para ello, cuentan además, con legiones de incultos, mal leídos y desesperados que presumen de ser independientes y libres y con miles de personas que se jactan de no ser ovejas, aunque se las vea en rebaños.
El discurso de «todos los políticos son iguales» crece entre las poblaciones y, sobre todo, entre la juventud.

La pandemia ha generado un caldo de cultivo ideal para los odiadores neoliberales.
Asimismo tienen asegurados los votos de la gente rica que se «asusta» por tener que repartir algo de sus dividendos en sociedades trágicamente desiguales.
Eligen usar términos valiosos para los sentimientos populares, como por ejemplo, libertad; aunque sabemos que la palabra libertad en sus bocas es como la palabra paz en la boca de los fabricantes de armas. Con el mismo objetivo dejan flamear los colores patrios como si esos colores significaran algo para sus referentes.
Cuando todos los caminos se les cierran, hacen uso de la usina del miedo y la violencia.

La democracia occidental o lo queda de ella, no parece advertir los nuevos desafíos ante el avance de estos especímenes, como si la historia no pudiera dar cuenta de tantos sucesos similares que derivaron en autoritarismo y muerte.
No se pueden agredir o vulnerar derechos en nombre de la libertad de expresión.
Si las «democracias» no generan anticuerpos reales y no ponen limites a los fascismos actuales, no tendrán derecho a lamentarse a futuro.
Y pagarán los de siempre y como siempre.
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Escritor y radio apasionado argentino / español:
En 1989 comienza una experiencia comunicacional en Radio Nacional Esquel, Patagonia, Argentina, por lo cual es convocado por la Dirección Municipal de esa ciudad para realizar trabajos de prensa y difusión. A partir de 1992, en Buenos Aires, comienza el programa de radio "SANTOS Y PECADORES "que se extenderá en el tiempo hasta 2018. Allí vincula las letras con las entrevistas, convoca a importantes músicos, historiadores, artistas y vuelca periodísticamente todas esas experiencias en lo que se denomina "radio arte". Con una fuerte impronta en los derechos humanos, colabora para el periódico Madres de Plaza de Mayo, organismo mundialmente conocido.
La poesía ha sido siempre la forma de encarar los proyectos
comunicacionales, anclando las temáticas en cuestiones marcadas por sucesos históricos y también atemporales. Su trabajo comunicacional le ha valido algunos premios y varios reconocimientos.
En 2005, la Editorial Dunken edita "La gran apuesta", antología poética donde participa con el texto "Mapuche".
En 2020, Ediciones La Esfera Cultural (España) edita "El club de los relatores" donde participa con el texto "Un árbol gigante" siendo premiado entre más de seiscientos participantes.
En 2021 gana el segundo puesto en el Concurso Relatos de Otoño que organiza Ediciones Embrujo, por lo que su relato "Viento de octubre" forma parte de la antología "Flor de Otoño y otros relatos" editada en el mismo año.
En 2022, forma parte del Libro editado por la Falla Sant Nicolau Mosquit de Gandia, titulado "Construim" con el poema "Tierra removida", traducido al valenciano.
También, en 2022, es seleccionado para participar de una antología como resultado del Fallo del III Certamen Literario de Relato y Poesía, organizado por el Ayuntamiento de Encinas Reales, Córdoba, Andalucía con su poema "Hoja en blanco". Es director de contenidos en su sitio, "Periodismo en Cronopia"
En 2024, la editorial Diversidad Literaria de Madrid, selecciona su poema "Hallazgo" para formar parte de la antología poética "Versos en el aire".
Actualmente reside en la Comunidad Valenciana.