Conformista Disconforme •  25/03/2014

¡Que vuelva el 15M!

¡Que vuelva el 15M!

Hace unos días que tuvo lugar una de las mayores movilizaciones de la historia de nuestro país. Era para estar todas y todos contentos, exultantes, pensando en que el cambio es cuestión de poco tiempo. Pero no, no es ese el ambiente. ¿Por qué? Porque somos conscientes de lo que hay y del poder del enemigo, que usa todas sus armas (entre las que se encuentran la represión policial y sus medios de propaganda), así que sabemos que no bastará solamente con salir a la calle aunque seamos más de dos millones en la calle de una misma ciudad.

Ante este panorama de falta de entusiasmo desmedido es inevitable volver la vista atrás y recordar con cierta melancolía cuando el surgimiento del 15M y la acampada de Sol sí que produjo un entusiasmo general, un estallido de esperanza, y eso nos conduce a gritar ¡que vuelva el 15M! y querer volver a crear lo mismo, con su simbolismo, con su acampada, con sus asambleas de miles de personas… Y sin embargo es un error, y lo es por los motivos que voy a enumerar a continuación:

1. En primer lugar, porque el 15M sigue existiendo en barrios, pueblos y ciudades, con una actividad distinta y fruto de una evolución y análisis de quienes lo forman, y por tanto plantear la vuelta atrás sin tener en cuenta la experiencia que hizo al propio movimiento descentralizarse y dejar atrás la acampada de Sol para llegar a los barrios, no es sino un paso atrás.

2. En segundo lugar, porque la sociedad no está en el mismo punto. En 2011 eran escasas las posibilidades de participación, o al menos escasamente conocidas, y por ello la acampada fue un lugar donde compartir lo que se pensaba, donde conocer otra gente que quería cambiar las cosas, donde sentirse parte de un sujeto colectivo que antes no existía en el imaginario colectivo. Pero ahora no es igual, no se busca un lugar de reunión, no se busca una esperanza, sino que tenemos más ambición, buscamos construir la alternativa. Pero no en una plaza, no en una acampada, sino en cada barrio, en cada lugar, y por ello se forman movimientos contra los desahucios, redes de solidaridad popular, centros sociales, cooperativas y movimientos varios que tienen que ser el germen del que surja la nueva sociedad. En ese sentido, de nuevo, el querer volver a centralizarlo todo en una plaza, en un  lugar provisional (porque dormir en la calle no es ni puede ser alternativa permanente para nadie), no es sino un paso atrás.

3. En tercer lugar quiero resaltar lo que para mí es el principal avance que han logrado las Marchas de la Dignidad del 22M, que no es sino la creación de espacios de coordinación, organización y unidad barriales, locales, comarcales y provinciales. Esos espacios suponen un avance considerable en cuanto a organización y aunque existan problemas en ellos ocasionalmente, nos dotan de una estructura desde la que mantener la lucha a largo plazo, porque la lucha no se va a acabar ni hoy ni mañana. De nuevo, el querer volver a la organización en asambleas diarias con millares de personas (que son de por sí excluyentes porque no todo el mundo puede hablar, por simple cuestión de tiempo, ni todo el mundo tiene la posibilidad de estar todos los días) lo considero un desarme de la estructura y la evolución que el propio 15M posibilitó, es decir, de nuevo, un paso atrás.

Por todo ello considero que debemos centrarnos en devolver la ilusión a los y las trabajadoras que no ven un futuro, sí, pero esta ilusión debe venir de la construcción de una alternativa real y organizada, que esté presente en cada barrio, y que trate de dar solución colectiva a los problemas que sufrimos, desde la vivienda al racismo o el machismo, pasando por la sanidad, la educación o la alimentación. Y para ello no hay una solución mágica en forma de acampada, sino la lucha en todos los frentes y con todas nuestras armas, ya sea la desobediencia civil, huelgas, ocupaciones o procesos electorales, así como la lucha activa para desarticular la violencia y las armas del enemigo.


Conformista Disconforme / 

Me llamo Sergio, nací en 1984 y trabajo diariamente para que entre todas las personas construyamos una sociedad democrática, justa y libre de opresión y explotación. Para ello, lucho contra el sistema capitalista actual y contra la clase dominante que lo dirige y explota al conjunto de la clase trabajadora.
He crecido y vivido la mayor parte de mi vida en Fuenlabrada. Mi niñez y adolescencia fue tranquila y considerablemente feliz. Como siempre digo, creo que he tenido una vida muy fácil, y se lo debo en su mayoría a mi madre y mi padre. Estudié en un colegio concertado desde la escuela infantil hasta bachillerato. Fui muy buen estudiante, no tanto por especial esfuerzo (me dediqué a cumplir con lo mínimo que se me exigía) sino porque tuve la suerte de que siempre se me dio muy bien estudiar. Estudié el bachillerato tecnológico y entré a la carrera que deseaba, Ingeniería Aeronáutica, con cierta holgura en la nota.
Siempre daré las gracias a mi madre y mi padre por haberme dado lo mejor y haber trabajado lo que no está escrito para que todo fuera bien. Sin embargo, a día de hoy pienso que todo lo que me dieron, una vida fácil, una educación en un colegio concertado y la ausencia de apreturas económicas, hizo que viviera en una burbuja, en un mundo sin contradicciones con el sistema, en el que parecía que todo el mundo podía hacer lo que soñaba si se esforzaba por ello. En esa situación mis sueños no eran más que ser una persona de éxito tal y como se nos vende en el sistema. Eso pensaba yo a mis 17 años cuando ingresé en la Universidad Politécnica de Madrid y casi al mismo tiempo comenzaba a participar como voluntario en la Asociación Infantil y Juvenil Mejor Juntos, por el simple motivo de que mis mejores amigas estaban participando allí. No tenía yo por entonces muchas ideas de izquierdas.
Pero llegó la primera contradicción con el sistema: la carrera que había elegido era adecuada para tener éxito, no me pareció imposible de aprobar en ningún momento, y sin embargo estuve convencido a los 4 meses de que no era lo que deseaba. Al curso siguiente me matriculé en la Licenciatura en Administración y Dirección de Empresas en la Universidad Carlos III de Madrid. Y a partir de ahí, sin prisa pero sin pausa, mi base ideológica fue cambiando progresivamente gracias a dos factores esenciales: estudiar la economía capitalista y participar en el mundo asociativo como monitor y coordinador de tiempo libre.
Estudiar la teoría económica capitalista me hizo analizarla y ver lo que era evidente: se asentaba sobre bases falsas y con ello sus conclusiones y análisis eran erróneos. Participar en el mundo asociativo, trabajar con diversas personas de diferentes estatus sociales y formarme en el terreno de la educación no formal (Curso de Monitor de Ocio y Tiempo Libre en 2004 y Curso de Coordinador de Tiempo Libre en 2010, además de diversos monográficos), me hizo conocer otras realidades y unas visiones más críticas de la sociedad.
Finalmente acabé la carrera en Febrero de 2009, ya que me costó más de lo que debería debido a múltiples motivos como la desmotivación por la contradicción entre lo que estaba estudiando y la ideología que poco a poco iba adquiriendo, o la falta de tiempo debido a que trabajaba por las tardes y realizaba muchas tareas asociativas como la época en que fui a la vez presidente de Mejor Juntos, vocal del Consejo de la Juventud de Fuenlabrada, miembro de Juventudes Socialistas de Fuenlabrada (sí, estuve allí entre 2007 y 2008, antes de desengañarme y ver que no representaba lo que yo quería, ni en el fondo ni en la forma, lo que me hizo votar a IU en las generales del año que dejé JJSS) y representante de Mejor Juntos en el Consejo Local de Atención a la Infancia y la Adolescencia de Fuenlabrada, entre otras cosas.

Casi al mismo tiempo que terminé la carrera, comencé a militar en Izquierda Unida, implicándome más poco a poco. Desde Enero de 2010 a Marzo de 2013 fui Coordinador de Jóvenes de Izquierda Unida de Fuenlabrada, y durante ese tiempo también formé parte del Consejo Político de Izquierda Unida de Fuenlabrada y de la Comisión Coordinadora de Jóvenes de IU-CM. Sin embargo, mi participación en IU fue bajando en motivación gracias, en gran parte, a los chanchullos y tejemanejes de los dirigentes de Fuenlabrada hasta que me di de baja en 2014.

También participé en el movimiento 15-M desde sus inicios, yendo a aquella manifestación que le da nombre, y estando presente en Sol la noche del 16 de Mayo cuando la policía del entonces Ministro del Interior Rubalcaba decidió reprimir y acabar con la acampada pacífica de protesta que allí se había organizado, lo cuál hizo que el movimiento tuviera una mayor visibilidad y apoyo por parte de toda la sociedad ya por entonces indignada. A partir de su descentralización y formación de las asambleas en barrios y municipios, participé más intermitentemente de lo que debería en el 15M de Fuenlabrada.

Además de esto, seguí participando en otros colectivos y plataformas como el Frente Cívico-Somos Mayoría del que fui coordinador en Fuenlabrada, la Plataforma contra los Recortes y en Defensa de los Servicios Públicos, y promoví con otras personas y organizaciones las Marchas de la Dignidad 22M en Fuenlabrada. Sigo trabajando como monitor de tiempo libre, coordinador y formador no formal, además de participar en la Asociación Mejor Juntos.

En Otoño del 2014 me enfrasqué en un proyecto que me ilusiona como pocos, y es la formación de una candidatura popular local (GANAR FUENLABRADA) en Fuenlabrada que lleve lo que las calles dicten a las instituciones.

Por último, quiero destacar cuál es mi ideología, para que nadie se lleve a engaños al leer este blog. Me considero comunista y marxista, y creo firmemente que la clase trabajadora debe organizarse y luchar contra la opresión que sufre de parte de la clase capitalista dominante (que viene a ser lo mismo que las de abajo y los de arriba, u otras denominaciones análogas), hasta lograr que se garantice pan, trabajo, techo y vida digna para todas, y que los principios de democracia, participación y libertad estén presentes realmente. Para ello, considero de vital importancia la formación y la mirada a medio-largo plazo, puesto que el cortoplacismo suele llevarnos a parches poco duraderos que no cambian la sociedad ni las injusticias, sólo las maquillan.
Espero que esto les ayude a haberme conocido algo más, y les incite a seguir leyendo el blog.
“Ni guerra entre pueblos,
ni paz entre clases”