Notitia Criminis •  26/02/2009

El PP contesta al presidente de CR Aeropuertos que no acepta chantajes “de un individuo que acaba de demostrar su catadura moral”

Ayer, 25 de febrero del 2009, Juan Antonio León Triviño (en la foto con traje claro junto a Barreda y Nemesio de Lara) difundió una carta abierta a Mª Dolores de Cospedal (que se puede descargar desde aquí) En la que después de explicarle que con la actual Ley del Suelo de Castilla-La Mancha (LOTAU) «sería legalmente imposible construir en los suelos del aeropuerto un hotel o unas oficinas para una empresa que no fuese propiedad exclusiva del Aeropuerto de Ciudad Real. Sin la modificación de dicha LOTAU sería imposible seguir desarrollando el proyecto del aeropuerto»; añade, que le están llegando «comentarios muy negativos» que por supuesto no puede «creer ni entender», relacionados con Cospedal, comentarios de los que le da traslado para que Cospedal no permanezca en la inopia:

«Los comentarios que me llega, de tu entorno ―dice León Triviño― Son de varios tipos y me permito trasladártelos:

Por un lado, según dicen, estás tratando de confundir a la gente de tu Partido (incluido Mariano Rajoy, Presidente de tu partido) ―valga el pleonasmo, añado yo― Haciéndole llegar que en Castilla-La Mancha se está preparando una modificación de la LOTAU para que los amigos del Presidente regional puedan dar un pelotazo y ganar mucho dinero con el Aeropuerto»

Eso, según el Sr. León Triviño es rotundamente falso porque «el único objetivo común es desarrollar un proyecto que sea beneficioso para toda la región».

Que alguien pretenda atribuir al Sr. León Triviño, a Domingo Díaz de Mera y a algunos otros la pretensión de obtener beneficios multimillonarios, modificación de la Ley del Suelo de Castilla-La Mancha por medio ―algo inaudito, un desvarío sin duda― debe ser muy ominoso para unas personas que sólo piensan en el beneficio «para toda la región», pero es que ahí no queda la cosa.

Además, según le «comentan» a Juan Antonio León Triviño, «estásCospedal, se entiende― tratando de utilizar nuestro proyecto para desprestigiar a la Caja de Castilla-La Mancha y a los socios que participamos en él, marcándote como objetivo poder criticarnos… Para de esta forma buscar cómo responsabilizar a nuestro Presidente regional».

Finalmente, sin lugar a dudas para que Cospedal se entere de hasta qué punto hay gente mala, maledicente, insidiosa y de lengua tan ponzoñosa que de mordérsela caerían fulminados sin remedio, le dice que «no faltan comentarios que tienen que ver con otro tipo de relaciones personales que te afectan con un ex consejero ―creo que aquí falta alguna coma o sobra algún anacoluto― de la Corporación de Caja Castilla-La Mancha que fue impuesto por ti en la misma en perjuicio de gentes de nuestra región que podrían haber defendido mejor los intereses de todos».

Con estas, Juan Antonio León Triviño acaba rogando a Cospedal que ella y su grupo parlamentario apoyen la modificación de la LOTAU sin la cual el negocio del Aeropuerto de Ciudad Real resultaría imposible, igual que el del aledaño complejo llamado El Reino de Don Quijote, y esto no por ánimo de lucro ni porque Díaz de Mera, León Triviño y sus otros socios pretendan que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha ―Gobierno regional, dicho en corto― y el Parlamento de la Comunidad les confeccionen leyes a medida y les aprueben un urbanismo a demanda; sino por «el beneficio de toda la región».

Pues bien, resulta que las buenas intenciones del Sr. León han sido totalmente malinterpretadas por el PP y por María Dolores de Cospedal que, en lugar de tenerlas por lo que son, un afectuoso intento de advertir a Cospedal para que salga al paso de tanto rumor «muy negativo» que le «trasladan» a Juan Antonio León; han creído ver en la carta de éste una insidiosa amenaza, y a causa de ello el Comité de Dirección del PP ha contestado a la carta de marras en estos términos:

«… haciendo referencia a unos supuestos comentarios que, de una manera impropia de una persona seria y responsable y que también reúne en su persona la condición de presidente de la Cámara de Comercio de Ciudad Real, asegura que le han hecho y que, si no retira usted inmediatamente, deberá demostrar que efectivamente se los han hecho o que pudieran ser ciertos –que no los son, sin duda- delante de un juez.

Le diremos que esté Comité, que representa a más de 50.000 afiliados del Partido Popular de Castilla-La Mancha, jamás cederá a la presión o chantaje de cualquier tipo, venga de quien venga y menos de un individuo que acaba de demostrar su catadura moral con la carta que envía a los medios de comunicación, llena de insinuaciones, amenazas veladas o plena de mentiras burdas, las más de las veces. Así mismo, lamentamos profundamente que el cargo de presidente de la Cámara de Comercio sea detentado por una persona que no hace honor a la institución y que se dedica a hacer política, cuando no otras cosas.

Seguidamente le recordamos que sus amigos del PSOE, entre los que se encuentra “su presidente”, (con quien por cierto esta misma mañana ha estado usted, casualmente, departiendo amigablemente) pueden perfectamente aprobar esa Ley con la mayoría absoluta que le otorgaron las urnas».

Teniendo en cuenta que el Sr. Juan Antonio León Triviño es un hombre muy celoso de su buen nombre y reputación, no parece probable que acepte mansamente que se le llame «individuo», que se ponga en duda su «catadura moral», que se le tilde de «chantajista», propagador de «burdas mentiras», etc. etc.

Mucho me temo que los Tribunales de Toledo van a tener que presenciar en breve una conflagración formidable entre juristas de gran talla… O no, porque después de todo no es lo mismo enfrentarse al aparato jurídico del PP, que querellarse contra el periodista y blogger Carlos Otto Reuss, que fue despedido fulminantemente de «El Día de Ciudad Real», uno de los periódicos de Díaz de Mera, tras cometer la imponderable ofensa de llamarle ―a Díaz de Mera, digo― «capo culipardo», lo que le ha valido que tanto éste como León Triviño pretendan presentar contra él sendas querellas por injurias y calumnias.

Por cierto, para entendernos: culipardo ―que ya me he ilustrado sobre el término― es a ciudadrealeño, más o menos, lo que bolo a toledano, de forma que «capo culipardo» es algo así como «jefe ciudadrealeño».


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