Todos contra Willy Toledo.
Esta mañana, echando un vistazo a mi cuenta de Facebook, advertí que uno de esos modernitos que han descubierto la política hace dos días, acababa de colgar un artículo sobre Guillermo Toledo en su muro. La columna en cuestión era la de David Torres, un personaje que tiene alojado un blog en Publico.es, y que por lo visto, se ha enfadado mucho con Toledo por las declaraciones que este hizo la semana pasada criticando a Podemos. Nada nuevo en realidad. Como todos sabemos, a Willy suelen caerle de vez en cuando feroces ataques de aquellos que no entienden cómo pueden seguir existiendo comunistas sin complejos en el mundillo de la cultura, tan propenso en este país a cambiar de discurso en beneficio de lo políticamente correcto.
El artículo en sí no tenía demasiada chicha, y básicamente se basaba en atacar a Toledo sin molestarse mucho en contestar a las afirmaciones que este había hecho sobre Podemos y que tanto habían molestado al columnista. ¿Pero qué había dicho Toledo para ganarse una nueva campaña de ataques, iniciada esta vez desde la falsa progresía nacional? Pues en realidad lo que había dicho era algo que ya muchos habíamos advertido, que Podemos tenía un “discurso vacío de contenido e ideología” Willy Toledo es así, tiene la fea costumbre de llamar a las cosas por su nombre y eso no puede gustar siempre.
Pero es que lo que ha dicho es irrebatible. ¿Alguien con un mínimo de formación puede acaso dudar de la inconcreción ideológica de Podemos? ¿Y de su ambigüedad a la hora de abordar asuntos tales como la monarquía, el reparto de la riqueza, el papel de España en la OTAN, Palestina o incluso su posición respecto a la Revolución Bolivariana? Ahora además Podemos parece haber heredado el discurso joseantoniano y ni siquiera se atreven a declararse de izquierdas. Si esto es así ¿qué lugar ocupa Podemos en la sociedad de clases? ¿Con quién se posiciona?
Ya sabíamos que el concepto clase chirría a muchos dirigentes de Podemos que han preferido entender que todos los males de nuestro mundo vienen motivados por la “casta”. Según esta teoría, sería la clase política en general la culpable de la crisis, ignorando el hecho de que esta es sistémica, y que los políticos no son más que meros servidores del capitalismo que es el verdadero origen del problema. Podemos confundiendo estructura con superestructura –por emplear terminología marxista-, exonera al capitalismo de sus responsabilidades y desvía la atención de sus seguidores que siguen así muy lejos de la toma de conciencia de clase.
Recordemos que Podemos surgió de un grupo de lo más heterogéneo entre los que cabían desde la gente de Izquierda Anticapitalista, a socialdemócratas llamazaristas como Monedero, atlantistas como Alba Rico y hasta algún personaje extravagante como Verstrynge, todo ello bajo el liderato de Pablo Iglesias, estrella televisiva del momento que había puesto nuevamente de moda la coleta y las camisas a cuadros de los noventa. Podría entenderse que con tal híbrido político, Podemos no hubiese tenido tiempo para elaborar un corpus ideológico más definido, pero parecía claro que- como mínimo-, sus postulados se corresponderían al de una organización socialdemócrata. Lejos de ello, sus principios se asemejan cada vez más a los del social liberalismo, y todavía estamos esperando que el triunvirato dirigente diga algo que aclare su posición respecto al capitalismo que no sea declarar -como hizo Pablo Iglesias en la Escuela de Verano de IA- que “decir que el problema es el capitalismo no explica nada”
Aun así, y aunque hasta los oportunistas de Izquierda Anticapitalista se hayan dado cuenta de por dónde van los derroteros de Pablo Iglesias, a Willy le ha tocado pillar. Por toda la red abundan los insultos contra él, que va llenando su muro de ataques contra su carrera artística, su origen burgués –es que algunos no perdonan que el padre de Toledo fuese médico-, o incluso su afán desmedido de protagonismo, algo que puede sonar hasta cínico, viniendo de defensores de un tipo que se pasea diariamente por los platós soltando perlas como que Jesús habría militado en Podemos. ¡Qué le vamos a hacer! A Willy Toledo le tocó ya sufrir largos años el desprecio de la caverna mediática de la extrema derecha, ahora le toca apechugar con la de la “extrema ni derecha ni izquierda”