Enrique Santiago •  28/10/2012

La derecha españolista y la catalanista si alcanzan acuerdos para criminalizar la exclusión social y la protesta política.

Enrique Santiago

El hundimiento económico de España es el resultado de la brutal transferencia de rentas del trabajo hacia el capital provocada por políticas neoliberales dictadas por la Troika y Alemania, previa anulación de nuestra soberanía nacional. Este desmantelamiento del Estado Social y de Derecho se realiza a través de un itinerario predeterminado: recortes sociales, aumento de la pobreza y la exclusión, incremento de la protesta y, finalmente, represión y criminalización de los contradictores de estas políticas. Los gestores de este capitalismo de casino fracasado, necesitan imponernos un estado de excepción que les permita continuar con su sumisión a intereses económicos foráneos a cambio de disfrutar de las migajas concedidas por sus nuevos amos. Las fuerzas conservadoras, derecha españolista y nacionalista catalana fundamentalmente, han forjado una alianza de hierro con este fin que seguramente no será enturbiada ni siquiera por el reciente órdago secesionista impulsado por la burguesía catalana.

 

En julio de este año, el Grupo Parlamentario de CiU en el Congreso de los Diputados, en perfecta coordinación con el PP,  trazaba el camino a seguir presentando una Moción “ante la necesidad de reforzar la seguridad ciudadana y priorizar la lucha contra la multireincidencia  delictiva – en delitos menores, propios de sectores en exclusión social y no respecto a la corrupción  ni la gran delincuencia económica– y contra la violencia urbana”.

 

Las líneas maestras de esta Moción fueron las siguientes: “mejora de la capacidad de las Fuerzas y Cuerpos Seguridad del Estado” para dar respuesta a la “violencia urbana y la multireincidencia”; interconexión de sistemas informáticos con datos personales de ciudadanos; endurecimiento del tratamiento penal de los desordenes producidos en manifestaciones y reuniones; introducción de mayores castigos a la “resistencia pasiva” y endurecimiento de sanciones  por desobediencia a la autoridad; generalización de identificaciones, registros y decomisos a los ciudadanos; restricción preventiva a los derechos fundamentales de reunión y manifestación; tipificación penal de convocatorias de manifestaciones si existe riesgo de que estas acaben en altercados; y en general endurecimiento de los castigos a delitos relacionados con la exclusión social y el empobrecimiento de la población como son los hurtos y robos con fuerza.

El Consejo de Ministros del 14 de septiembre estudió el Informe presentado por el Ministro de Justicia Gallardón –abanderado de la ola represiva puesta en marcha por esta oligarquía vendepatrias que nos gobierna- previo al anteproyecto de nuevo Código Penal “para dar respuesta a las nuevas formas de delincuencia, a la multireincidencia y a los delitos mas graves” entre los que no se contemplan la prevaricación, la especulación económico-financiera ni las defraudaciones masivas -delitos habitualmente cometidos por las clases sociales altas- pero si los delios contra la propiedad industrial, los hurtos o los robos menores.

Podemos clasificar en tres grandes categorías las reformas penales liberticidas que nos han preparado la caterva de lacayunos servidores del capital trasnacional en que se ha convertido el Gobierno del PP:

1º.- Endurecimiento de las penas para delitos relacionados con la pobreza y la exclusión social: la falta de hurto -escasa cuantía económica- se convierte en “delito leve de hurto”; se introducen agravantes al delito de robo como “la participación en grupo organizado”, en clara referencia a las acciones del SAT del pasado verano, y un incremento de las penas para el robo y hurto multireincidente; y se endurece el castigo a las insolvencias punibles que perjudiquen a acreedores -sin diferenciar casos de bienes de primera necesidad como la vivienda- así como las penas de los delitos “contra la propiedad intelectual”, esto es, “piratería” de soportes digitales y venta de productos falsificados.

 

2º.- Criminalización de la protesta social: la paulatina puesta en práctica por el Estado de políticas criminales de “excepción” durante los últimos años en el País Vasco –equiparación de los desordenes públicos a “terrorismo callejero”, con absoluta permisividad de la sociedad al tratarse del “problema vasco”-  sirve ahora para aplicar y generalizar esa practica liberticida –prevalencia de la seguridad frente a la libertad- al conflicto económico y social: cualquier supuesto de acometimiento, enfrentamiento o violencia –incluso verbal- sobre agentes de policía se convierte en delito de atentado, a la vez que se mantiene y posiblemente se endurecerá, el castigo a la resistencia pasiva y la desobediencia, abundando así en la equiparación de ambas conductas; se endurecerán las penas  por “alteración del orden público” y se castigará la difusión de convocatorias y mensajes  que “inciten” a cometer un delito de alteración del orden público, incluso aunque no se haya producido tal alteración como resultado de la anterior difusión.

 

3º.- Multiplicación y endurecimiento de las penas de privación o restricción de la libertad personal, conculcando los principios constitucionales de seguridad jurídica y de legalidad: el derecho penal moderno nace del tránsito entre el castigo punitivo retributivo y la pena resocializadora con fines disuasorios y preventivos, resultado del avance de las ideas de la Ilustración. La reforma penal en ciernes nos hace retroceder doscientos años, a épocas absolutistas predemocráticas. Se prescinde de los principios constitucionales de Seguridad Jurídica y de Legalidad – pena predeterminada por ley para cada delito- y se introducen penas de dudosa constitucionalidad que pueden ser consideradas crueles, inhumanas o degradantes –es decir, equivalentes a tortura- tales como la prisión permanente revisable y la custodia de seguridad o la sustitución de la libertad condicional por la mera suspensión temporal y condicionada de la pena. Todo ello constituyen retrocesos impropios de sistemas democráticos. Especialmente arbitraria es la denominada “prisión permanente revisable”, inconstitucional pena de “cadena perpetua” encubierta, copia exacta del modelo punitivo-vengativo estadounidense que ha hecho de ese país el de mayor población reclusa y criminalidad por habitante de todo el mundo. Con este sistema –aplicable según esta propuesta, entre otro supuestos, al homicidio cometido contra el Rey o el Príncipe heredero- , una vez cumplida la pena determinada y cierta establecida por un tribunal, dependerá de una decisión arbitraria y discrecional de la autoridad   -no sabemos aún si administrativa o judicial-  la puesta en libertad del penado o bien su permanencia indefinida en prisión. Toda una pesadilla kafkiano-orweliana convertida ahora en realidad. En la misma línea, la denominada “custodia de seguridad” también conculcará el principio de legalidad respecto a la certeza de la pena predeterminada por ley, al ser aplicable también de forma discrecional por los tribunales, que de esta forma podrán establecer medidas de control y limitación de la libertad deambulatoria hasta diez años después de haber cumplido la pena impuesta en el debido proceso judicial.

 

La reforma del Código Penal propuesta aparece trufada por la pseudo técnica de “legislación en caliente” a golpe de titular periodístico, sin ninguna reflexión o definición en metería de política criminal y exacerbando de así los sentimientos mas vengativos y demagógicos de una sociedad atemorizada por los mismos responsables de su decadencia, quienes pretenden mostrar como responsables de la degradación de la vida social no a quienes se benefician  de la crisis, sino a las victimas del fin del Estado Social y de Derecho, las víctimas de la desaparición de las políticas de protección a los ciudadanos.

En esta situación de emergencia, y frente al continuo deterioro de las condiciones de vida y de las libertades individuales y colectivas, el recientemente constituido desde Izquierda Unida Foro de Abogados/as de Izquierda, planteó en su II Encuentro celebrado el pasado mes de Julio, la necesidad de utilizar el derecho como instrumento de resistencia y defensa de la democracia y el Estado Social y de Derecho,  frente a las continuas agresiones que, en particular en los ámbitos social y penal, sufre hoy todo nuestro pueblo.

 

La izquierda debemos ser capaces de convertir  también la Administración de Justicia en un instrumento al servicio de toda la sociedad, respondiendo así a su razón de ser como derecho fundamental. No perdamos de vista que el acceso a la justicia y a una defensa de calidad para todos los ciudadanos se encuentra también en grave peligro a consecuencia de los recortes presupuestarios que han afectado al derecho a la Justicia Gratuita hasta hacerla prácticamente desaparecer, al no destinarse recursos económicos para pagar los servicios de los abogados del turno de oficio.

 

Sin duda ha llegado el momento de esgrimir las normas jurídicas contra la deriva discriminatoria y autoritaria del propio sistema, apoyando y siendo partícipes de las estrategias de los movimientos sociales, políticos y sindicales democráticos y de izquierdas, de protesta y reivindicación social, dirigidas a conseguir la sujeción al Derecho de los culpables de la actual situación de crisis económica y social.  Ante la masiva conculcación de derechos fundamentales, también aparece cada día  más necesario impulsar, junto con los movimientos sociales y sindicales, un nuevo proceso constituyente que, fruto del previo proceso de acumulación de fuerzas que lo haga posible,  nos permita construir un nuevo modelo de país.

 

 

 


Enrique Santiago / 

Inicio la andadura de este Blog tras las encarecidas e insistentes recomendaciones de distintos compañeros/as, que me han animado, casi empujado, a hacerlo. No les faltaban motivos: en estas sociedades en que vivimos, las de las revoluciones científicas, digitales y de las comunicaciones, todos aquellos que no somos propietarios de un medio de comunicación masivo -la practica totalidad de la humanidad- y sin embargo tengamos algo que decir, o algo que queramos contar, debemos aprovechar las posibilidades que nos brinda el ciberespacio para, con paciencia y entre todos, ir generando y divulgando otros puntos de vista, otros argumentos y otras propuestas que nos ayuden a hacer realidad la sociedad mas justa, mas libre y mas igualitaria a la que muchos aspiramos y que yo no me ruborizo en definir como la sociedad socialista del Siglo XXI: no sabemos exactamente como será, pero estamos seguros de que será mejor que este capitalismo injusto, ultraliberal, egoísta y criminal en el que nos toca vivir. Concibo por tanto el Blog como una mera herramienta de difusión, intercambio y construcción de propuestas y opiniones, no solo mías, sino colectivas, de todos aquellos y aquellas que aspiren a hacer realidad esa sociedad socialista con la que muchos soñamos.

Pretendo que este Blog sea útil, motivo por el cual introduciré en él todos aquellos textos que considere interesantes porque sirvan para difundir nuevas perspectivas, nuevos puntos de vista, o bien porque considere que pueden ser documentos de trabajo útiles para otros y otras. No me sobra el tiempo, y mantener este blog va a convertirse en una nueva tarea a sumar a las múltiples que ahora pretendo abarcar, no siempre consiguiéndolo de forma correcta y eficaz, pero al menos intentándolo: desgraciadamente, son muchos los frentes en los que los luchadores por la justicia social y los derechos humanos debemos emplearnos.

Os animo a todos y a todas a que enviéis vuestros textos y vuestras opiniones. Seguro que tendrán un sitio en este Blog. Incluso aunque no sean plenamente coincidentes con las opiniones del titular del Blog, militante desde hace muchos años del Partido Comunista de España y de Izquierda Unida. No hago extensiva la oferta a las ideas xenófobas, racistas, fascistas, imperialistas, machistas, defensoras del capitalismo o a los textos insultantes. Esas posiciones ya tienen a su disposición multitud de grandes medios de comunicación y por ello tendrán proscrita la presencia en este Blog.

Os pido paciencia y comprensión cuando por error o por imposibilidad no sea capaz de introducir en el Blog todo lo que debiera estar, o cuando lo introducido no tenga la suficiente calidad o utilidad. Y ya advierto que, puesto que este Blog va a reflejar mi trabajo y las propuestas –propias o ajenas- que haré también mías, en él encontrareis materiales relativos a mis grandes pasiones vitales: los derechos humanos –civiles, políticos, económicos, sociales, y culturales- en todas sus facetas y vertientes, y la solidaridad internacional. Porque además de que la “solidaridad es la ternura de los pueblos” (frase atribuida al Che), los privilegiados que vivimos entre esa cuarta parte de la población mundial que al menos tiene cubiertas a diario sus necesidades vitales y no tan vitales, tenemos la obligación moral y política de trabajar para que las otras tres cuartas partes de la humanidad que apenas sobreviven a diario o que sufren la absoluta carencia de lo mas básico para llevar una vida digna o que entran de lleno en las estadísticas de la pobreza, puedan romper sus cadenas, remover los obstáculos que impiden su desarrollo y el de sus sociedades, y disfrutar de un mundo que tiene suficientes recursos naturales y técnicos como para que todos pasemos nuestra corta estancia en él como seres felices.

Gracias por vuestra atención.