El futuro, España y el TTIP pasan por Catalunya(III): (posible) DESENLACE (o no)
El régimen del 78 está deslegitimado por méritos propios, así que hace falta un nuevo régimen con nuevos actores que controlen el país los próximos 40 años. A eso vamos, a una nueva transición que culminará con la aprobación de una nueva Constitución Española. Esta nueva Constitución debería consagrar al nuevo Rey, idealizar a una nueva generación de políticos brillantes que sacaron al país de la crisis y de su descomposición.
Pero que es lo que pasará, por donde nos marcarán el gran gol. Pues eliminando todos los artículos de derechos sociales que contiene la actual Constitución, reducirán el poder del estado para nacionalizar y expropiar sectores estratégicos, etc. Todo eso será bendecido por Europa, y en especial por los responsables de hacernos tragar con el TTIP.
Se discutirá y muy fuerte sobre el encaje de Catalunya en la nueva constitución, sobre Euskadi y Navarra, si hace falta hasta Galicia y Andalucía. Pero será teatro, puro teatro. Todo el mundo debería saber que si se blindaran la cultura, la educación y la lengua catalanas en Catalunya, impidiendo que ningún insensato que gobierne desde Madrid pudiera tocarlas, y un nuevo y justo financiamiento, las aguas se calmarían. Estoy seguro que quién debería saberlo lo sabe, y que será lo que hagan una vez tengan que redactar la nueva Constitución.
Mi impresión es que van tarde. Catalunya ha iniciado un viaje que no creo que se detenga hasta que consiga votar, del mismo modo que hizo Escocia, para decidir su futuro. Hay una sensación que se pide algo perfectamente legítimo, algo democrático, un derecho que hace tiempo se debería haber ejercido.
El pueblo de Catalunya debe poder votar SÍ o NO, me da igual si la pregunta es “¿quiere que Catalunya siga dentro del Estado Español?”, o “¿quiere que Catalunya se convierta en un estado independiente?”. Hay que votar sí o sí. Ya no valen excusas, llevamos años que se hacen cada vez más largos hablando y hablando de lo mismo. El derecho a decidir hay que ejercerlo, y si no existe, hay que redactarlo y aprobarlo en el parlamento correspondiente.
No se puede tener miedo a la democracia. Hay que tener miedo al TTIP. Por eso, si Catalunya vota, se abre un nuevo marco en el que no será sencillo hacer las cosas tan chapuceras cómo hasta ahora. Si la voz del pueblo se escucha, la democracia tal y cómo la conocemos, pasará al museo. Se abrirá a la participación ciudadana. Si Catalunya vota, que podrá impedir que el pueblo soberano decida sobre el TTIP, o sobre participar en cualquier conflicto armado.
Ahora bien, me preocupa que no seamos capaces de manejar este proceso. Me molesta infinitamente pensar que las futuras generaciones vendrán y nos pedirán rendir cuentas de la chapuza que habremos hecho en la nueva transición, del mismo modo en que nosotros hicimos con la generación de nuestros padres. Y será una lección de vida.
Por eso hay que meter toda la carne en el asador, para poder decir que nosotros logramos una República y frenamos la entrada del TTIP, que los de abajo usamos la democracia para dar una patada al culo a la casta. Y que en Catalunya usamos las urnas para decidir nuestro futuro, y que funcionó. Y que la transición de las élites fracasó, y que creamos un verdadero Estado de Bienestar. Pero que todo ello pasa por echar a la casta, y los primeros en irse debe ser los Borbones.