Contra el dogma
Poco a poco el imperio de la oferta y la demanda se fue convirtiendo en un dogma. No se podían regular los precios de los productos agropecuarios ni tampoco el servicio de los transportistas privados a los que nadie había visto jamás cargando combustible para sus vehículos en un servicentro.
También poco a poco se ha demostrado que dogma al fin era falso, y que la “mano invisible del mercado” puede ser controlada para que estimule una producción o servicio sin estrangular a los de abajo, como sucede hasta en algunos países capitalistas.
A pesar de los intentos iniciales de chantajear al estado desabasteciendo las ciudades y la defensa que de los especuladores hizo la prensa privada, han tenido que resignarse a la regulación que hace dos meses se impuso en los principales productos agrícolas con gran apoyo popular.
Este 14 de julio el noticiero de la televisión cubana anunció medidas del gobierno provincial de La Habana regulando los precios abusivos de transportistas privados que reconocieron adquieren el combustible robado y no han recibido aumentos de impuestos. Al que no cumpla se le retirará la licencia para operar. Muchos esperamos que sea el inicio de una transformación más profunda que tenga en cuenta opiniones como esta expresada por Ricardo Sánchez Sosa en un artículo de Cubadebate hace tres años sobre las revisiones técnicas a los vehículos y que me parece muy oportuna en este momento:
“Está muy bien que se hagan las revisiones técnicas, que se hagan con una institucionalidad incorruptible, pero es una solucion “al final del tubo”, pues se ha creado mucho después de un conjunto de decisiones del Ministerio de Transporte y del propio Minint, que permiten que a vehículos obsoletos se les instalen motores diesel para los que no estan diseñados y que se han constituido en una amenaza en las calles, sobre todo en la capital.
“Por otra parte, el otorgamiento de licencias para taxis, que permiten operar en todo el territorio nacional ha permitido emigrar hacia la capital a centenares de vehículos “almendrones” y sus dueños y choferes, lo que por una parte ha debilitado el transporte en las provincias y por otra ha llenado la capital de vehículos peligrosos conducidos por choferes inexpertos y no conocedores de la ciudad.
“Como tercer aspecto, esas licencias no establecen rutas ni piqueras, cosas que La Habana ha tenido desde épocas lejanas, incluyendo el capitalismo y la época revolucionaria bajo la ANCHAR (Asociaciòn Nacional de Choferes de Alquiler Revolucionaria) en que el servicio estaba priorizado y no el mercado. Ahora son las reglas ciegas del mercado las que rigen estos asuntos y solo circulan por donde hay pasaje y no por donde hay necesidad.
“Considero este es un tema que lleva un análisis mas profundo y que ha sido decidido sin considerar plenamente la situación de la capital, la historia de ordenamiento que desde 1959 fue teniendo y que por su complejidad requiere una atención y soluciones, en los que el mercado sea solo un instrumento y no el que prime en ninguna solución. Recordar que la poblaciòn de La Habana es de alrededor de dos millones de habitantes mas una población flotante nacional e internacional (la capital es el principal polo turistico del país) y requiere soluciones distintas y no convertirla en lo que es hoy, llena de vehiculos obsoletos, bien peligrosos y compitiendo por el pasaje en las principales avenidas.”
Incorporo además un fragmento del post que con el título de “¿Acelera, Pepe, acelera?” publiqué en diciembre de 2015 y que también guarda relación con el tema:
“Es cierto, entre los cubanos hay inconformidad con los resultados de la implementación de los Lineamientos económicos y sociales pero son el incremento de la indisciplina social, la desigualdad no basada en el aporte a la sociedad que tributa a una pirámide social invertida, la ilegalidad y los efectos indeseados de las transformaciones en la distribución y comercialización de alimentos del agro lo que más irrita a las mayorías que, además, tienen la educación suficiente para saber que con soluciones capitalistas les iría mil veces peor.
“Decía [la académica británica Emily] Morris, llamando la atención sobre un efecto de la dualidad monetaria que pocos advierten:
“A medida que el sector no estatal se ha desarrollado, se ha vuelto cada vez más claro que las empresas privadas relativamente ineficientes han sido capaces de prosperar dentro de la economía nacional ya que sus costos en pesos cubanos, incluyendo la mano de obra, están infravalorados en la tasa CADECA/CUC que utilizan para sus transacciones. En efecto, el Estado cubano está subsidiando el nuevo sector no estatal a través de la tasa infravalorada de CADECA. Mientras tanto, las empresas estatales tienen que utilizar el tipo de cambio oficial sobrevaluado, una grave desventaja en términos de su competitividad. Una forma de “ilusión monetaria” que significa que las empresas estatales eficientes reportan pérdidas por lo que no pueden obtener capital para la inversión, mientras que los empresarios privados que operan a niveles muy bajos de productividad disfrutan de fuertes subsidios estatales ocultos pero se quejan de impuestos excesivamente altos.”
“El 60% de los contribuyentes del sector privado evaden impuestos. Ya sabemos que carecen de un mercado mayorista, pero pagan a precios subsidiados agua, electricidad y gas, además de aumentar la generación de desechos y la contaminación que recaen sobre toda la comunidad sin erogar un centavo para contribuir a su solución. La economía no estatal tiene mucho que aportar en Cuba pero la ilegalidad, la evasión fiscal, el acaparamiento y la especulación con productos deficitarios no son los mejores aliados para convencer sobre sus virtudes.
“Según el periódico Juventud Rebelde, mientras todos los medios de comunicación hablaban del crecimiento de visitantes a Cuba, “las entidades turísticas estatales y mixtas del país dejaron de percibir entre enero y marzo último 26 303 700 pesos convertibles en comparación con el primer trimestre de 2014, para un descenso del 3,9 por ciento por concepto de ingresos” que fueron al sector privado, lo cual estaría muy bien si se pagaran los impuestos como es debido y todos los operadores utilizaran el mismo valor de cambio para poder competir en igualdad de condiciones.
“También es causa de inconformidades que el transporte público de la capital permita el viaje hacia el bolsillo de los choferes de la recaudación, se imponga a los pasajeros con un audio también de propiedad pública la peor “música”, se “engalanen” los vehículos de propiedad estatal con cualquier cosa menos con algo de valor cultural o utilitario, y que los cientos de miles de litros diarios de combustible con que circulan cinco mil carros de alquiler privados, jamás vistos en un servicentro, salgan ilegalmente de la economía estatal.
“Es todo eso lo que la mayoría de los cubanos quiere ver retroceder y la política de EEUU, junto a la prensa que le sirve, acelerar: La apropiación privada de la riqueza colectiva.”
(Tomado de La pupila insomne)