Eduardo Andrade Bone •  Opinión •  19/03/2020

Chile, coronavirus, crisis económica y demanda social

Precisamente en los momentos en que va escalando la pandemia del corona virus, los principales indicadores bursátiles de Europa cayeron un 4% en la apertura del 18 de marzo por la incertidumbre y temor a una recesión económica global producto de la propagación del coronavirus COVID-19.

Junto con ello también nos encontramos con un precio del petróleo Brent que se desplomó por debajo de los 28 dólares por barril por primera vez desde el 10 de enero de 2016, de acuerdo con informaciones procedentes del mundo especulativos y financiero (bolsas).

Ahora el culebrón del corona virus, esta comenzando a afectar el comercio mundial y el tránsito de mercancías a escala global, cuestión que afectara a todos aquellos países que se encuentran menos preparados para enfrentar la pandemia y que tendrá serias consecuencias económicas en los países mono exportadores y que venden productos sin valor agregado, en América Latina el candidato más afectado sería Chile, pues cuenta con una economía que depende mucho de los vaivenes económicos y comerciales a escala global.

Sin embargo cabe destacar que la economía neoliberal chilena, desde hace un tiempo que viene manifestando más reflujos que flujos, cuestión que comienza a agudizarse desde comienzo del año 2019, año en que más de mil empresas se fueron a la quiebra, produciendo la detención de un sector importante de la actividad productiva y elevando la cesantía.

En realidad Chile es una economía muy debilitada, que se encuentra desequilibrada, producto de la ineptitud y la incompetencia de quienes han gobernado estos dos últimos años y que tienen al país ante la eventualidad de una crisis económica aún mayor. Diversos expertos económicos nacionales expresan que el modelo económico neoliberal, se encuentra en estado terminal y muy dependiente de lo que ocurra a escala mundial, de allí el desconcierto.

Por otro lado nos encontramos con una elite política (75%) inconsciente, que en su gran mayoría, parecieran no ser de este mundo, o simplemente viven en otra dimensión o están afectado por cierto autismo, en relación con lo que son las preocupaciones diarias de la gran mayoría de los chilenos y que han visto como se han venido deteriorando sus condiciones de vida, con salarios de difícil sobrevivencia, altamente endeudados (75%) y con pensiones de hambre.

De allí que no es raro, que incluso los que votaron por el actual mandatario, se sienten hoy desilusionados, estafados, ante un gobierno de derecha errático y torpe, que solo cuentan con un apoyo de un 6% de la ciudadanía y que hoy exigen su renuncia.

Sebastián Piñera ha cumplido dos años de un gobierno que ha fracasado en su gestión y que solo genera incertidumbre e inestabilidad con respecto a los dos últimos años que le quedan. El gobierno ha fracasado prácticamente en todo, no cuenta con programa, no tiene reformas que contribuyan a paliar la situación de los sectores sociales con menor poder adquisitivo, ha sido incapaz de establecer el orden público y con una policía militarizada que actúa con plena brutalidad. El gobierno de la derecha (Chile Vamos) ya nadie lo quiere y su slogan de “los tiempos mejores”, han quedado en el vacío más absoluto.

El modelo económico neoliberal, con “crecimiento económico y desarrollo, que lo defendieron y lo han protegido los gobiernos post dictadura, no ha sido más que una gran falacia, pues su resultado ha sido generar una gran brecha entre unas cuantas familias ricas, que ya controlan alrededor del 40% del PIB, cuyo resultado ha sido un crecimiento gradual de las desigualdades sociales. Digamos que después de 30 años de gobiernos post dictadura, los chilenos han vivido una ficción económica, que no les ha permitido vivir con dignidad.

El gobierno de la derecha chilena, al igual que Macri, se propuso demagógicamente metas que ha sido incapaz de cumplir y que ante la crisis económica, política y social, todo se ha esfumado en el aire.

Sebastián Piñera, ante las protestas y demandas sociales que han explotado desde el 18 de octubre pasado, solo ha respondido con proyectos de ley de carácter represivo. Y ahora que por el mundo se despliega el bulo del corona virus, el mandatario chileno a toda costa busca militarizar el país durante 90 días, o sea, siempre implementado el terror desde su gobierno y del aparato del estado buscando criminalizar las demandas y la protesta social.

De allí que no es raro que el gobierno de Piñera comience a vivir un desbalance fiscal, con un bajo crecimiento económico, aumento del desempleo (8%), con una inflación que se estima para el presente año de un 4% anual. Ahora el culebrón del sistema capitalista mundial, puede ser un durísimo golpe a la mal administrada economía neoliberal en decadencia, pero que aún le permite ganar tiempo, puesto que con una oposición fragmentada y sin un nuevo modelo de desarrollo económico para el país, podría contribuir a la permanencia en el gobierno por cuatro años más a la derecha chilena.

Lo cierto es que el gobierno de “los tiempos mejores”, a partir del 18 de octubre pasado, ha vivido una virtual derrota política, económica, cultural, con una derecha pinochetista que busca adaptarse ante la debacle y que a ratos pareciera resquebrajarse del todo, además con el desplome de todas las instituciones y un alto desprestigio de la elite política, producto del nepotismo, la corrupción, el tráfico de influencias y los conflictos de intereses de una buena parte de los parlamentarios.

Es cierto que la derecha gano con muchos, entre los pocos que votaron (48%) y con el apoyo de la Democracia Cristiana. Sin embargo después de dos años de gestión se ha desplomado y ahora la oposición a través del senado, si quiere, puede inhabilitar al presidente y decidir su sucesión. Cuestión que no va a ocurrir puesto que la ex Concertación y sus neoliberales, no quieren que nada cambie, para así mantener su poder y sus privilegios, pero que son ampliamente repudiados por el ciudadano de a pie.

Con todo y ante el coronavirus, la crisis económica severa que se avecina, las demandas sociales solo se podrán alcanzar con movilización social y con diversas formas de protesta. La pregunta que surge es si los chilenos maltratados tantos años por la constitución de la dictadura y el modelo económico vigente están dispuestos a seguir esperando?.

El saldo hasta este momento es crear alarma intencionada por el coronavirus, campaña del terror ante el “apruebo” por una nueva constitución, demandas sociales sin respuesta, represión brutal y violación sistemática de los derechos humanos, todo esto, con el apoyo de una parte de la ex Concertación neoliberal y bajo el imperio de la derecha empresarial y política.

Eduardo Andrade Bone. AIP/MP. Comunicador Social


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