Crónicas de la revolución Cubana: El “Gallego” Manuel Piñeiro
Don Serafín Piñeiro Varela nació en Río Bo, provincia de Lugo en 1887. En 1905 cuando tenía 18 años inicia la carrera de sacerdote, para luego abandonarla para marchar a la emigración. Se embarco para Cuba, llegando al puerto de La Habana en 1912. El primer empleo que tuvo fue en la droguería Sarrá y más tarde fue jefe de ventas de la misma. La droguería fe fundada por dos catalanes en 1853, Valentín Catalá y su sobrino José Sarrá y Catalá en pleno corazón de La Habana Vieja, junto a un pozo de agua pura (sin dureza e idónea para la elaboración de medicamentos). Con el transcurso del tiempo en las primeras décadas del siglo XX, se transformó el prestigioso negocio en uno de los emporios más importantes de Cuba, con 46 edificios, 600 empleados y más de 500 productos. En 1914 don Serafín se caso con su compatriota Elisa Losada. Del matrimonio nació José que estudio bachiller en Ciencias Comerciales y fue gerente la empresa familiar “Viuda de Piñeiro e Hijos”. El otro hijo fue Serafín, Contador Graduado y estudiante de Ciencias Comerciales en La Habana y por ultimo Manuel.
En 1917 Don Serafín cambio de empleo y se fue a trabajar como viajante de la “Cía. Licorera de Cuba” y posteriormente en la “Cía. Hollanda, Inglesa”. En 1926 la familia se traslada a Matanzas estableciéndose por su cuenta en la tienda llamada “La Cunqueira”, dedicada a la importación de productos típicos españoles, como conservas, embutidos, vinos embotellados etc. En 1929 adquirió el restaurante y bar “La Dominica”. Transcurría 1933. Doña Elisa a pesar de su embarazo avanzado seguía ayudando en lo que podía en el restaurante. Hacía varios días que se pronosticaba una fuerte tormenta tropical, que podía terminar en huracán. Así fue como el 14 de marzo, el viento huracanado y las lluvias torrenciales, aceleraron el parto. La fuerte tormenta impidió que el partero pudiera llegar a tiempo y en el propio mostrador del bar, tuvieron que improvisar el parto, con la ayuda del marido y de algunas vecinas ya experimentadas. El niño nació a pesar de las dificultades bien y le pusieron de nombre Manuel. Don Serafín después de tener los tres hijos decide vender el restaurante en 1936. A partir de allí, hasta su muerte fue representante, en Matanzas de la prestigiosa firma “Bacardí”. Especializándose en la Cerveza “Hatuey y Cía”. También distribuyo los refrescos “Canadá Dry” y la “Paz S.A.” A parte de su labor comercial Don Serafín fue presidente de la sección de Recreo del Centro Gallego de La Habana y perteneció a la directiva del Casino Español de Matanzas. Falleciendo en 1941. A partir de aquel trágico suceso, la empresa familiar paso a llamarse “Viuda de Piñeiro e Hijos”. En septiembre de 1953, y luego de participar en las protestas estudiantiles motivadas por el golpe de Estado del 10 de marzo de 1952, su madre lo envía a los Estados Unidos, para alejarlo del enrarecido ambiente político nacional y para que continuara sus estudios en la Universidad de Columbia, de Nueva York.
Según sus propios testimonios, mientras estudiaba y trabajaba en esa ciudad, se reafirmaron sus inquietudes políticas, en particular su rechazo a las desigualdades sociales, a la discriminación racial, nacional y cultural, típica de la sociedad norteamericana.
“Fui camarero en Nueva York. -Nos cuenta Piñeiro- Ser camarero es difícil. No se me olvidan las bandejas que tenía que cargar en aquel restaurante y soportar todas las malcriadeces de los clientes…Eran horas y horas cargando con las bandejas y los platos. Fue una experiencia dura…Allí tuve que batirme duro…Fui maestro de ceremonias y hasta hice en un pequeño teatro, “Un buchinche”, como decimos en Cuba, algunas presentaciones cómicas, bilingües. Eso fue después que empecé mis estudios, pero entonces establecí relaciones con los revolucionarios de otros países, y algunos de mis compañeros (casi que en una trampa) se les ocurrió levantar mi candidatura como secretario general (o presidente) de los estudiantes extranjeros que estudiaban en esa universidad. Cuando mi familia se entero de todo eso, considero que estaba por un camino equivocado y había que regresarme a Cuba, pasa salvarme. Primero me enviaron de aquí para allá pasa salvarme y luego tuvieron que regresarme para salvarme otra vez…”
Luego de su regreso a Cuba en 1955, participó en la fundación del Movimiento 26 de Julio (M-26-7) en su ciudad natal, donde fue detenido y fichado por los órganos represivos de la tiranía de Fulgencio Batista. Continúa sus actividades clandestinas en La Habana, hasta incorporarse a las tropas rebeldes en Sierra Maestra, como combatiente de la columna comandada por Fidel Castro.
En reconocimiento a sus méritos fue elegido para integrar el grupo de oficiales que, bajo el mando del comandante Raúl Castro, fundaría, en marzo de 1958, el Segundo Frente Oriental «Frank País». En este nuevo escenario participó en diferentes acciones combativas y luego fue promovido a su Comandancia, como Jefe de la Dirección de Personal e Inspección, dependencia que incluía el Servicio de Inteligencia y la Policía Rebelde. Durante los combates por la toma de Santiago de Cuba, es ascendido a Comandante del ejército insurgente. Luego del triunfo de la Revolución es nombrado Jefe de la Plaza Militar de Santiago de Cuba. Es en esta época que es captado por primera vez por las cámaras, donde se observaba su barba roja, que denotaba el porqué era llamado así por las tropas rebeldes. Luego es trasladado a La Habana, donde cumplió diversas funciones para la creación de los organismos de inteligencia y seguridad. El 6 de junio de 1961, fue nombrado Viceministro del Ministerio del Interior y jefe del denominado Vice ministerio Técnico, órgano encargado de desarrollar la política de inteligencia y expandir la Solidaridad e Internacionalismo de la Revolución Cubana. En 1965 es nombrado miembro del Comité Central del Partido Comunista Cubano, cargo que desempeñó hasta 1997. A comienzos de 1975, pasó a dirigir el Departamento «Américas» del CC del Partido Comunista Cubano. A partir de 1997, se retiró de todos los cargos y se dedicó a escribir y corregir libros y estudios sobre la Revolución Cubana. El 11 de marzo de 1998, luego de recibir un homenaje por los 40 años de la creación del Frente Oriental, sufrió un accidente mientras conducía hacia su casa y se estrelló contra un árbol, perdiendo la vida. Poco tiempo después de su muerte nos contó su compañera, la famosa escritora Marta Haneker: “Manuel era un enamorado de Galicia. Con el hicimos varios viajes. Pudiendo visitar el pueblo donde habían nacido sus padres”.
Seguramente el “gallego” Piñeiro o “barbaroja” haya sido uno de los colaboradores directos más importantes del Che. Juntos organizaron y soñaron revoluciones en todo el mundo.