Paco Campos •  Opinión •  30/06/2019

Relajados en la racionalidad

Filósofos como Habermas o Chomsky piensan que los humanos poseemos la racionalidad, algo que compartimos en mayor o menor medida, según seamos capaces de descubrirla en nuestro interior. Volvemos a la apelación de una universalidad para así poder relajarnos, porque vivir poniendo en cuestión los “principios naturales” sería negar nuestras atribuciones como especie.

Rorty, teniendo en cuenta lo que supone esta creencia de cara a una determinación de la democracia, contrarresta diciendo que la uniformidad de características en el género humano no sólo daría al traste a la contraposición entre arios y negros, sino que haría posible la indisolubilidad del matrimonio o la desaparición de los vegetarianos –por ejemplo, según colijo.

En fin, todo menos abrirse a la contingencia. Tenemos miedo a la contingencia; y ahora que la religión ya no es de fiar, no nos relaja, no nos deja tranquilos, como a los de antes, pues ahora echamos mano, recurrimos a las categorizaciones que nos definen y decimos: tenemos lenguaje, conciencia moral, deseos y creencias. El resto de los vivos –aunque le pese a los animalistas- están a lo que caiga, mientras que nosotros podemos dormir tranquilos.


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