Enrique Muñoz Gamarra •  Opinión •  28/11/2017

El mundo ingresa a un período especialísimo

Desde finales del 2016 hemos sentido un fuerte crujido en el acontecer internacional como si el sistema mundo finalmente estuviera asentándose en una base que corresponde a la nueva coyuntura. Aquello fue con mayor intensidad tras las suplicas de Donald Trump a Rusia y China en su último viaje a Asia (primeros días de noviembre del 2017), según él, crear las condiciones para desarmar a la RPDC.

El asunto es: ¿Hasta qué punto esta percepción es correcta? Lo que sabemos es que tras la implosión de la arquitectura del dominio imperialista occidental al impulso de los grandes cambios habidos en la palestra internacional después del 2008, en lo fundamental, después del ascenso de la RPDC a una potencia nuclear, el descalabro del poderío estadounidense ha sido fenomenal. Se trata nada menos de la caída de un colosal poderío. Sus consecuencias son estratégicas que de hecho afectaran el conjunto del sistema imperialista.

Entonces está abierta ante nuestros ojos un periodo especialísimo que se ubica en la tercera fase de la coyuntura histórica iniciada en 2008, que como sabemos es una fase decisiva.

Veamos esto:

Los grandes cambios que han venido sacudiendo el planeta debían en algún momento asumir a sus desenlaces debidos. En esto hay que resaltar el debilitamiento cada vez mayor del poderío estadounidense. Y en ella no debe pasarse por alto el desarrollo capitalista mundial, sobre todo, la incidencia de la gran crisis económica del 2008.

Ante todo el reajuste capitalista es muy intenso. En esto la gran crisis económica aún no está resuelta. Por supuesto esto agita terriblemente a las burguesías financieras que desesperan por salir de ella y los empuja a descaradas agresiones contra los países débiles y al parecer también a prolongar los conflictos.

Aquí no podemos dejar de señalar que las leyes capitalistas están sumamente agolpadas. Aquella puede resumirse en cuatro excesivas potencialidades: sobrecapacidades productivas, sobreproducción de mercancías, sobreacumulación de capitales y sobreexplotación de la fuerza de trabajo. Entonces el gran conflicto, señalado con genialidad científica por Marx hace 150 años, entre la producción social y la apropiación privada, es una realidad que enrostra la caducidad del sistema de producción capitalista y agita terriblemente a la humanidad.

El resultado de todo aquello es el agotamiento y el entrampamiento del sistema. Además, un desfase del ciclo económico largo. Cierto, su continuidad implica la resolución de la gran crisis económica que afecta de raíz el sistema. Una situación que naufraga el sistema imperialista en la inestabilidad de los ciclos económicos cortos, llevándolo finalmente a la deriva. En concreto el sistema imperialista ha perdido la brújula y avanza sin perspectivas.

Peor aún sus escribas a sueldo, sus Think tank (supuestos «tanques de pensamiento» o centros de adoctrinamiento anticomunista) y sus geopolíticos medievales están en la luna de Paita (no saben ni donde están). Hablan de globalización, neoliberalismo y de reformas a su sistema. Unos dicen viva la globalización, otros viva el proteccionismo y sin embargo ni siquiera tienen una idea de dónde están ubicados en el actual contexto histórico mundial. Simplemente la caducidad e incapacidad del sistema, es flagrante.

Mientras tanto las contradicciones inter-imperialistas se vuelven muy graves. Es una ley del modo de producción capitalista. Y más aún cuando tras la pérdida de la hegemonía mundial estadounidense aquellas (contradicciones inter-imperialistas) están encendidas de forma extraordinaria.

Si se observa con detenimiento las diversas geoestrategias del Pentágono, es imposible no advertir, que su principal objetivo después de la preocupación general del sistema por ahogar la RPDC, es balcanizar Rusia. Esto es aun con mayor razón al percatarse de la reacción y dura confrontación que ofrece este país (Rusia) en salvaguarda de sus intereses.

Esto nos lleva a hablar inevitablemente de un nuevo reparto del mundo. Cada burguesía busca nuevos mercados o en lo posible trata de consolidar sus zonas de influencia. Esta confrontación realmente es muy intensa sobre todo tras la pérdida de la hegemonía mundial estadounidense en 2010 que en un primer momento condujo a una importante reacción política militar de Rusia y China en 2011.

En esto la implosión de la arquitectura del dominio imperialista occidental a finales del 2016 significa el debilitamiento aun mayor del poderío estadounidense. Una situación que trae consigo la desestabilización mundial y una de las características esenciales de la actual situación internacional.

Consiguientemente la carrera armamentística está observada en las tres superpotencias por el control del mundo y por el momento centradas en cómo acabar con la potencia nuclear de la RPDC.

Cierto, la concreción del armamento nuclear incluida el desarrollo de sus portadores (misiles balísticosintercontinentales, ICBM) por parte de un país socialista, ha sido extremadamente mortal para el sistema capitalista en ciernes. Esto es sencillamente alarmante para todas las burguesías financieras actuales. Algo que para estas burguesías no debió ocurrir. De hecho un fenómeno de lo más trascendental de todo lo que sucede actualmente en el mundo.

Recordemos que cuando hablamos sobre la gran colusión claramente habíamos señalado que aquella colusión estaba orientada fundamentalmente contra este país (RPDC). Esto, por supuesto, ya indicaba la asimilación al que habían llegado estas superpotencias (China, Estados Unidos y Rusia) respecto a lo que realmente significaba este hecho (ascensión a potencia nuclear de la RPDC). 

Y tras estos gravitantes hechos ahora la bomba atómica ya no es garantía para la supervivencia del sistema imperialista. Esto es absolutamente crucial, de vida o muerte, que agita a las burguesías financieras. El asunto es que este armamento estratégico ahora está en manos de un país socialista. Y no de cualquier país que de palabra se llama socialista, sino, de un autentico país que trabaja por la construcción socialista, eliminando por completo la propiedad privada y aplicando en los hechos las enseñanzas de los padres del marxismo.

Hemos señalado en notas anteriores que su existencia en la historia humana de estos últimos tiempos, en particular, en esta coyuntura de máxima dictadura imperialista mundial, era única. En principio un choque con la RPDC no será como lo hacen, por ejemplo, con Rusia o con China, con los que pueden entrar en componendas y colusiones, con la RPDC no habrá eso.

Se entiende que el concepto de guerra en la RPDC es más completo que en los países imperialistas. Allí el pueblo es consciente de la guerra y la paz. La máxima dirección comunista del Partido del Trabajo de Corea (PTC) y la República Popular Democrática de Corea (RPDC), ahora bajo liderazgo de Kim Jong-un, tiene un claro concepto del imperialismo. Por consiguiente el pueblo norcoreano sabe que la guerra con el imperialismo estadounidense, será a muerte y de forma terminal. Si se tiene que reventar, la RPDC, lo hará sin contemplaciones de ninguna clase. Porque la historia y el proletariado norcoreano lo exigirán así.

Esto por supuesto ha conducido al sistema imperialista a una inestabilidad histórica. A partir de aquí los riesgos para este sistema son monumentales. Y de lo que precisamente resulta la enorme desesperación del conjunto de las burguesías financieras por aplastar a este país (RPDC).

Consecuentemente a partir de aquí las perspectivas capitalistas, es decir, las perspectivas de las burguesías financieras son absolutamente inciertas, particularmente, muy inciertas para la burguesía financiera estadounidense.

Es este el periodo tan especial e histórico al que se ha ingresado actualmente. Es uno de los trechos más importantes y decisivos de la coyuntura histórica. Los poderes mundiales a partir de aquí trasuntan sus horas más cruciales.

En este caso los más connotados miembros del grupo de poder de Washington que controlan al milímetro el siniestro Estado estadounidense, en sus insanos propósitos por ahogar a la RPDC, deambulan entre sus pasillos casi como zombis. Pero la historia avanza a grandes trancos. Una situación inevitable.

El asunto es muy grave que incluso el piso que sostiene a los grupos de poder mundial de segundo orden (India, Japón, Alemania) también está removido.

Y a partir de aquí las cúspides y las llanuras pueden alcanzarse en un abrir y cerrar de ojos. Sin embargo el pentágono no tiene ni un ápice de coraje para un ataque nuclear preventivo contra la RPDC. Sería su suicidio. Lo dijimos en notas anteriores.

Entonces de entre lo que puede sobrevenir, la agresividad militar estadounidense que en la actualidad son provocaciones y más provocaciones, es lo esencial. Esta es la forma de cómo está plantando muy cara su derrota militar el Pentágono. Esto por supuesto cuadra perfectamente con el carácter guerrerista de las burguesías parasitarias. Aquella ley está vigente y lo estará mientras exista el capitalismo.

Consecuentemente los peligros contra la soberanía de los países débiles y oprimidos, se convertirán en muy graves, pues, lo que más tiene, por ejemplo Estados Unidos, es el armamento convencional y más de 1000 bases militares alrededor del mundo y, la imposición del fascismo por la pérdida de su autoridad, en este caso, sostenido en sus bandas paramilitares desplegadas en casi todas las regiones del planeta (incluido en Rusia y China, solo a excepción en la RPDC). Hay que tomar nota de esto.

Entonces todo lo anterior merece toda nuestra atención y exige a los demás un análisis mucho más serio de lo que sucede en el ámbito internacional.

ENRIQUE MUÑOZ GAMARRA:

Sociólogo peruano, especialista en geopolítica y análisis internacional. Autor del libro: “Coyuntura Histórica. Estructura Multipolar y Ascenso del Fascismo en Estados Unidos”. Su Página web es: www.enriquemunozgamarra.org


Opinión /